Chris.
Mi ceño se frunció y tensé la mandíbula porque a pesar de que era una buena suma de dinero que nos beneficiaría, no podía aceptar.
—¿Y bien? ¿No dirá nada?
Necesitaba pensarlo, porque en mis planes no estaba acabar con la vida de mi suegro. Toqué mi mentón, sintiéndome contra la espada y la pared.
No. Lilia terminaría odiándome si le quitaba la vida a su padre. Jax había sido tan bueno conmigo cuando era un niño, e hizo lo posible para quedarse con mi custodia, pero lamentablemente no lo consiguió y me mandaron al orfanato.
—El trabajo que me pide es muy riesgoso —mentí—. Estamos hablando del hombre que permaneció en el puesto número uno como el mejor CEO. Su seguridad es amplia y difícil de superar.
Él rio con fastidio.
—Me está diciendo que no puede hacerlo —bufó.
Me dolía rechazar el dinero, pero mis principios estaban antes que cualquier billete. Asesinar a Jax, significaba perder a Lilia para siempre, porque ella jamás me perdonaría algo así.
—¿Y dónde está su mano derecha? Pídale a alguien más que lo haga por usted —sugirió, dándome opciones—. Si es que no quiere arriesgarse, pues mande a uno de sus cabecillas.
—¿Me puede decir su nombre? —cuestioné.
—Ja, todavía rechazas la oferta y quieres que te diga mi nombre —Ladeó la sonrisa, divertido—. Alexander Collins. Decidí conservar el apellido de mi padre.
Collins...
Tenía que buscar información al respecto porque no recordaba ese apellido. Si el padre de Alexander fue un enemigo de Jax en el pasado, yo no sabía nada sobre eso.
Tal vez Lilia podría ayudarme.
—Muy bien, Alexander. Ha sido un placer reunirme con usted —Me levanté, dispuesto a despedirlo—. Pero me temo que tendré que rechazar su oferta. No suelo meterme con personas de alto poder y menos si se encuentra en la otra ciudad.
Todo lo que dije era una excusa para que se fuera y olvidara el asunto. Estreché su mano, él la aceptó de mala gana porque no obtuvo lo que quería.
—Que pésima decisión —masculló—. Pero no importa, habrá otro que sí quiera hacer el trabajo sucio.
—Suerte encontrándolo —sonreí con malicia.
Sabía que ninguna otra familia sería capaz de arriesgar sus vidas por asesinar a Jax Brown, si me contactó a mí, fue porque ya lo intentó en otros lugares, ¿no?
El hombre se marchó a regañadientes, después de acomodar su corbata. Se llevó con él el maletín que había traído, seguro con el dinero.
Despeiné mi cabello, aliviado de que no se haya puesto a la defensiva.
Pasaron varios segundos y Deus venía caminando hacia mí a pasos muy rápidos, con una cara de: ¿qué carajos hiciste?
—Chris Benett, exijo que me digas ahora mismo por qué acabo de ver al hombre con el que te reuniste, salir molesto —soltó, cruzado de brazos.
Sus cejas se inclinaron de mala manera. Tuve que suspirar.
—No acepté el trabajo —confesé, encogido de hombros.
—¿Rechazaste esa suma de dinero? —Abrió la boca, con ofensa—. Tiene que haber una buena razón para hacerlo.
—Me mandó a matar al padre de Lilia, ¿tengo que darte más detalles? —Alcé una ceja.
ESTÁS LEYENDO
Atrapada por el mafioso millonario
RomanceLilia y Chris hicieron una promesa de casarse cuando eran niños, pero la vida los separó y ella olvidó esa promesa. Años después, Jax Brown compromete a su hija con Ethan Watson, un viejo amigo de la familia que ha regresado del extranjero. A medida...