Bucky no pudo quedarse quieto, viendo cómo Nat seguía adelante. Su instinto lo empujaba a hacer algo, a no permitir que Rachel enfrentara todo esto sola, por mucho que ella insistiera.
—No voy a quedarme atrás. —murmuró mientras alcanzaba a Nat, quien lo miró de reojo con una ligera sonrisa, como si hubiera esperado ese movimiento.
—Sabía que no lo harías. —respondió ella sin detenerse, su tono firme pero con un atisbo de satisfacción.
Por otro lado, Rachel ya había llegado al lugar donde, según las pistas, podría estar su hermana. Su corazón latía con fuerza mientras observaba el edificio desde la distancia. Era una instalación discreta, pero con suficientes guardias y medidas de seguridad como para confirmar que algo importante se ocultaba dentro.
Con sigilo, logró infiltrarse, moviéndose entre las sombras como si fuera una con ellas. Cada paso la acercaba más a la verdad, pero también aumentaba su ansiedad. No sabía cómo iba a reaccionar si la encontraba. Después de tanto tiempo, ¿recordaría Eli siquiera quién era ella?
Dentro del complejo, Rachel comenzó a buscar de manera metódica, revisando cada pasillo, cada sala, cada rincón. Se había preparado para cualquier eventualidad, pero el peso emocional de la misión la superaba. Su mente estaba dividida entre la esperanza y el miedo.
"¿Qué le voy a decir?", pensaba mientras se movía, su respiración controlada pero su interior hecho un caos.
En uno de los pasillos, escuchó pasos acercándose. Sin perder un segundo, se escondió detrás de unas cajas, su mano en la empuñadura de su arma. Cuando los pasos pasaron de largo, dejó escapar un suspiro de alivio y continuó su búsqueda.
Mientras tanto, Nat y Bucky se acercaban a la misma instalación. Nat lideraba, usando sus habilidades para evitar cualquier sistema de vigilancia. Bucky, aunque menos sutil, seguía su ritmo.
—¿Crees que estará aquí? —preguntó Bucky en voz baja.
—Si las pistas son correctas, sí. —respondió Nat sin mirar atrás. —Pero ya sabes cómo es ella. Aunque la encontremos, no significa que nos deje ayudarla.
Bucky apretó la mandíbula.
—No importa. No la voy a dejar sola.
Dentro del edificio, Rachel finalmente encontró una puerta cerrada con un sistema de seguridad avanzado. Su instinto le decía que algo importante estaba detrás. Se apresuró a desactivar el sistema, su respiración cada vez más acelerada.
Cuando la puerta se abrió con un leve clic, Rachel sostuvo el aire al entrar, su mirada recorriendo rápidamente el interior de la habitación. Su corazón se detuvo por un segundo al ver una figura al otro lado, encadenada y encorvada.
—Eli... —susurró, su voz quebrándose.
La figura alzó la cabeza lentamente, sus ojos cansados encontrándose con los de Rachel. En ese instante, todos los años de separación y dolor parecían desvanecerse, dejando solo el lazo que las unía.
Pero antes de que Rachel pudiera dar un paso más, una alarma comenzó a sonar en todo el complejo. Su momento de reunión estaba a punto de convertirse en una lucha por la supervivencia.
Rachel dio un paso hacia Eli, pero la alarma perforó el aire como un grito de advertencia. El sonido la obligó a detenerse y girar hacia la puerta, que ahora estaba cerrándose automáticamente con un fuerte clang.
—¡Maldita sea! —murmuró Rachel, sacando su arma y asegurándose de que el camino estuviera despejado.
Volvió su mirada hacia Eli, quien parecía confundida y débil, pero consciente de lo que ocurría.
—Voy a sacarte de aquí, ¿me escuchas? —le dijo Rachel, acercándose rápidamente para examinar las cadenas que la sujetaban.
Eli asintió débilmente, pero no dijo nada, lo que solo aumentó la ansiedad de Rachel. Mientras intentaba desactivar los mecanismos que sujetaban las cadenas, escuchó pasos apresurados y voces al otro lado de la puerta.
"Van a entrar", pensó Rachel, maldiciendo su mala suerte.
Antes de que pudiera hacer algo, la puerta se abrió de golpe, y un grupo de agentes armados irrumpió en la sala. Rachel reaccionó instintivamente, sacando su pistola y disparando a los primeros que entraron, moviéndose con precisión para usar el mobiliario como cobertura.
—¡Atrás! —gritó, su voz cargada de determinación.
Eli trató de decir algo, pero Rachel estaba demasiado ocupada protegiéndolas. Uno de los agentes logró acercarse, pero antes de que pudiera atacarla, una figura familiar apareció detrás de él.
Bucky, con su brazo metálico brillando bajo las luces fluorescentes, derribó al agente con un golpe seco, seguido de Nat, quien desarmó al siguiente con la misma facilidad con la que respiraba.
—¡¿Qué demonios hacen aquí?! — gritó Rachel, su tono una mezcla de sorpresa y furia.
—Ayudándote, aunque no lo quieras. —respondió Nat con una sonrisa irónica mientras lanzaba un cuchillo hacia otro agente que intentaba alzar su arma.
—No voy a discutir esto ahora. ¡Despejen el camino! —ordenó Rachel, volviendo a centrarse en Eli.
Bucky se acercó rápidamente, bloqueando con su brazo un disparo que iba directo hacia Rachel.
—Cadenas. —dijo brevemente, señalando a Eli.
Rachel asintió y le lanzó un cortador de plasma que había guardado en su cinturón. Bucky lo encendió y comenzó a cortar las cadenas mientras Nat y Rachel mantenían a raya a los refuerzos que llegaban.
Cuando las cadenas finalmente cedieron, Eli cayó hacia adelante, pero Bucky la atrapó antes de que tocara el suelo.
—Tengo a tu hermana. —dijo, mirando a Rachel.
—Bien, ahora salgamos de aquí antes de que nos superen.
Nat asintió.
—La salida está asegurada, pero tenemos que movernos ya.
Rachel tomó una última mirada a Eli, asegurándose de que estaba viva y consciente, antes de liderar al grupo hacia el pasillo. Los tres se movían en perfecta sincronización, cubriéndose mutuamente mientras esquivaban disparos y neutralizaban enemigos.
llegaron a una puerta lateral que daba al exterior. Nat abrió el camino mientras Bucky cargaba a Eli, y Rachel cubría la retaguardia.
Cuando cruzaron el umbral hacia el aire frío de la noche, Rachel exhaló profundamente, pero su alivio fue breve.
—No hemos terminado. Esto solo fue el principio. —dijo, mirando a Eli.
Bucky, todavía sosteniéndola, miró a Rachel con una mezcla de preocupación y respeto.
—Lo que sea que venga, no lo enfrentarás sola.
Rachel no respondió, pero la intensidad en sus ojos decía más que mil palabras. Su lucha no había terminado, pero por primera vez en mucho tiempo, no estaba completamente sola.
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Entré el amor y el odio
De TodoEn un mundo de sombras y secretos, Rachel, una joven agente de Hydra, se encuentra con Bucky Barnes, el Soldado del Invierno. Criada para ser una arma letal, Rachel busca escapar de su pasado y encontrar la verdad sobre sí misma. A medida que se enf...