PASIONES ENCUBIERTAS [Libro 1]

CAPÍTULO 45

Divertido.

Alessia.

En la mañana del domingo tuve que llegar a un acuerdo para que Caesar se fuese sin un escándalo que prometió hacer. Se tenía que ir en la mañana sin que nadie lo viera y en 15 minutos tenía que tomar mis cosas e irme ya que me estaría esperando afuera. «El idiota había escondido su auto en el bosque».

No estaba muy segura por tener que ser tan cruel con Phillipe pero no me podía arriesgar, así que di una estúpida excusa diciendo que tenía mucha migraña y que una amiga iba a venir por mí. El príncipe lo entendió y dijo que nos teníamos que ver luego pero su "profesora" me juzgó con la mirada y creo que ya no le agrado. Igual yo no quería que ella me viera haciendo algo con Phillipe.

Ahora subo el "humilde y que no llama para nada la atención" Lamborghini veneno.

—Fueron 17 minutos.—me regaña.

—Ay porfavor, solo me tardé 2 minutos.

—¿Haciendo qué?

—Despidiéndome de forma imprevista.

—¿Solo eso?

Recuesto la cabeza de mala gana del asiento.

—¡Sí!—me frustro—Ya vámonos.

Blanquea los ojos y arranca el vehículo llevándonos a no sé dónde, no sé si vuelva a pasar algo porque yo no me quiero rebajar a ser una "amante". Además que su novia ya tiene el ojo puesto en mí.

—¿A dónde iremos?—pregunto.

No responde, ahora solamente me ignora poniendo a prueba mi paciencia.

—¿A dónde me estás secuestrando?

—A un lugar.

—No seas payaso porque te mueres de hambre.—bromeo—¿Me puedes decir a dónde carajos me estás llevando?

—No.

Me rindo con mi insistencia dándole la espalda y clavando la vista en la ventana, la carretera fue alrededor de una hora tal vez. Yo estaba mareada, con hambre y estresada ya que no hablamos en todo el camino pero al menos me dejó colocar música.

Me parece que estamos fuera de la ciudad en un lugar bastante lejano y despejado. Los árboles comienzan a ser menos cada vez y dejan a la vista una hermosa propiedad solitaria.

—¡Wow!—me asomo por la ventana como si fuese una niña pequeña.

Es una propiedad sumamente gigante y hermosa, se ve demasiado tranquila y cómoda con ornamentación vegetal. Hay una finca con varios animales, motos de cuatro ruedas y muchas cosas divertidas.

Estaciona el auto donde están otros más y se baja del vehículo, hago lo mismo y él me espera mientras me quedo observando todo con detalle.

—Me encanta este lugar.

No dice nada, otra vez está en su faceta de pocas palabras y de hombre misterioso.

Lo sigo cuando entramos a la mansión que no parece tener vigilancia ni nadie por los alrededores.

—¿No hay nadie?—cuestiono.

—No. Nadie conoce este lugar, solo mis empleados de confianza que vienen para el mantenimiento.

Asiento mientras nos paseamos por los pasillos de madera con cuadros deslumbrantes en los alrededores.

—¿Y eso que me trajiste aquí?

—Tranquilidad.—responde cortante.

Suspiro y ambos llegamos a una especie de sala cómoda con hermosas decoraciones.