Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)

Trece.

Narra Kylie:

Al día siguiente, lunes.

Me desperté lentamente, moviéndome levemente en la cama. ¿Qué había pasado la noche anterior? Abrí lentamente los ojos y los rasqué con la palma de la mano.

De repente, un dolor de cabeza tremendamente fuerte se apoderó de mí, por lo que puse mis dedos en mis sienes. Era como si me estuvieran dando martillazos en la cabeza, literalmente. Suspiré profundamente y volví a rascarme los ojos para aclarar mi visión.

Espera, espera... Esta no era mi habitación, ¿dónde estaba?

Me sobresalté levemente dando un brinco en la cama cuando un brazo bronceado y fuerte se dejó caer encima de mi vientre.

Miré a mi derecha y vi el rostro dormido de Ashton. "Bienvenida al cielo"

Sonreí mirando cómo dormía, cómo parecía un ángel. La sonrisa se borró de mi mente al caer en la cuenta de qué narices hacía yo durmiendo en la misma cama que Ashton.

Miré que él sólo llevaba puesto unos pantalones cortos de chándal y de color gris, y me mordí el labio cuando se puso boca arriba y admiré su torso desnudo.

Abrí los ojos sorprendida cuando un pensamiento se cruzó por mi mente, y levanté la sábana mirando mi cuerpo. ¿No habría hecho nada con Ashton estando borracha, verdad?

Suspiré aliviada cuando vi que llevaba mi pijama puesto, aunque no recordaba habérmelo puesto.

—Buenos días... —Susurró Ashton con una sonrisa y su voz algo ronca al acabarse de despertar.

—Hola... —Susurré mirándole, y sonriendo, puse una mueca de molestia y me toqué la cabeza. Maldito dolor.

—¿Tienes resaca? —Preguntó mientras se rascaba los ojos y se incorporaba.

—Sí —susurré mirándole, sería muy adorable verlo así si obviamos el hecho de que está semidesnudo—... ¿Tú no?

—No —dijo riendo mientras me miraba—, se notaba que nunca antes habías bebido, ibas muy mal... —Dijo mirándome, sonriendo, como siempre.

—Sí, bueno... Había bebido una vez —Dije sonriendo, ya que me dolía la cabeza sólo de reírme.

—Espera aquí, voy a por una pastilla milagrosa que tomo siempre que tengo resaca —dijo levantándose. Le miré mientras lo hacía, y le vi salir de la habitación.

"Seguro que es la misma pastilla que me dio mi hermana el día siguiente al concierto" pensé.

Me tomé unos segundos para observar la habitación de Ashton. Era grande, de eso no había duda alguna.

Tenía todo lo que una habitación tiene. Un escritorio, un armario, mesita de noche, y la cama, que era enorme.

Y la batería, en una esquina de la habitación tenía una batería. Me pregunté por qué ya no estaba pasando sus días de descanso en Sídney en la casa de sus padres.

Aunque el hecho de que sólo tuviera un par de pósters en la habitación me dijo que vivir en esa casa quizá era temporal.

Ashton entrando semidesnudo por la puerta con un vaso de agua y una pastilla me sacaron de mis pensamientos. Me obligué a mí misma a mirarle a la cara, aunque quisiera mirar a otra parte de su cuerpo, y sonreí.

—¿Ya? —le pregunté amablemente cuando se sentó en la cama y me entregó el vaso y la pastilla.

Me metí la pastilla en la boca y tomé un trago de agua para tragármela.