Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)

Cuarenta y seis.

Narra Kylie:

—Pero a ver, a ver -dijo Luke haciendo aspavientos con las manos-... ¿Entonces estáis juntos?

—Se puede decir que sí —explicó Sam con una timidez evidente.

—¿Desde cuándo? —preguntó ahora Ashton.

—¿Dos semanas? —respondió Michael mirando a su ahora novia.

—¡¿Y por qué no nos lo habéis contado?! —exclamó Calum pegando un leve golpe a la mesa, bromeando.

—Íbamos a hacerlo, pero ocurrió lo de Kylie —dijo Sam mirándome, y puse una mueca—, y no creíamos que fuera el momento oportuno.

Suspiré al oír lo que la chica acababa de decir y agaché la cabeza al notar las ganas de llorar.
No sabía si era porque estaba borracha, pero el hecho de que yo no parase de ser un problema para todos, me había golpeado fuertemente.
Michael y Sam habían comenzado una relación, y no le habían dado la importancia de hacerla pública, al menos con sus amigos, porque yo "era la parte importante ahora".
No paraba de hacer daño a Ashton. Si era amable con él, le hacía daño. Si intentaba esquivarle, le hacía todavía más daño.

—Voy a la calle —susurré antes de levantarme del sofá y salir de allí.

—Kylie —oí la voz de Ashton a mi espalda, y me giré, interrumpiéndole—...

—En serio, sola —zanjé el tema antes de volverme a girar y caminar algo mareada hacia la puerta.

Salí a la calle, y me abracé a mí misma cuando sentí la brisa de aire congelado chocando contra mi cuerpo al abrir la puerta.
Caminé unos pasos hacia la izquierda para alejarme de la puerta, y de la gente que había en esta, fumándose un cigarro o tomando el aire.

Cerré los ojos sin dejar de abrazarme a mí misma y suspiré al notar las lágrimas bajando por mis mejillas.
Ojalá nadie se sintiera condicionado de decir o hacer algo por mi culpa. Ojalá pudiera recuperar la memoria, y dejar de hacer daño a mis amigos, y a Ashton. Ojalá.

—¿Kylie? —oí a una voz conocida llamarme a gritos. Me giré hacia el lugar del que provenía la voz, y reconocí fácilmente el pelo de Michael.

—Michael, déjala —dijo Sam saliendo detrás de él—, quiere estar sola.

Me escondí en la esquina de la discoteca en la que estábamos, para que no me pudieran ver. Quería saber qué haría Michael si no me encontrase.

—¡Kylie! —gritó mirando a su alrededor.

—Escúchame Michael, o la dejas tranquila ya, o te juro que te dejo más calvo de lo que ya estás. Y hago que la jirafa y el chino miren el proceso —Amenazó Sam cogiéndole del brazo.

Abrí los ojos mientras reía por lo que le había dicho, pero de repente, esa punzada en mi cabeza volvió a aparecer. Sentí cómo todo daba aún más vueltas, y caminé unos pasos inconscientes, saliendo de mi escondite, mientras ponía una mano en mi cabeza.

Miles de imágenes sin sentido de Michael y Sam juntos se cruzaron por delante de mi mente. Todas las veces que Sam le había llamado calvo a Michael en mi presencia, se volvían claras en mi mente. Al igual que todas las veces que alguien había llamado en mi presencia jirafa a Luke por su estatura, o chino a Calum por sus rasgos faciales.
Me caí al suelo.