Cincuenta y seis.

1.7K 166 24
                                    

Narra Kylie:

—¡Una vaca! —exclamé en voz baja mientras miraba al enorme animal.

Sonará triste, pero nunca había visto a una vaca en persona. Sólo una vez que fui a una granja con el colegio, pero ya ni me acordaba.
Era un animal honestamente bonito, y más grande de lo que pensé que sería.
Se me ocurrió algo.

—¿Qué estás pensando? —susurró Ashton mientras me abrazaba por la espalda y apoyaba su barbilla en mi clavícula.

—¿Crees que podremos ordeñarla? —dije mirándole divertido.

Él me miró horrorizado y se alejó de mí, haciendo movimientos extraños con las manos, como cuando alguien de tu clase pasa las uñas por la pizarra y siempre está el típico compañero al que parece que -por eso mismo- le esté dando un ataque de epilepsia.

—Yo no pienso tocar eso —dijo hablando rápidamente mientras me miraba indignado.

—¿El qué? ¿La vaca? —pregunté sorprendida. No me podía creer que le diera asco tocar a una pobre y simple vaca.

—La vaca en sí no, si no —hizo una pausa, señalando a una parte concreta de la vaca—... ¡Eso! —dijo alterado.

—¿El qué? ¿Las ubres? —dije riendo.

—No te rías, las ubres son como las tetas de las vacas —susurró cruzándose de brazos. Morí de ternura al verlo ahí, de esa forma.

—¿Y por qué te da tanta cosa tocarlas? Ya has tocado unas antes —dije mirándole divertida, diciéndolo medio en broma, medio en serio.

Conseguí que Ashton me mirara y de su rostro se escapara una sonrisa, a lo que no pude evitar sonreír yo.
Se acercó a mí.

—No, espera Ash —dije riendo—. No quería darte a entender eso —dije sin dejar de reír mientras los brazos de mi novio me envolvían.

—Ahora te aguantas —susurró en mi oído, lo que me hizo cerrar los ojos inconscientemente.

Narra Ashton:

Al cabo de una media hora salimos del granero. Me había salido con la mía, y no habíamos ordeñado a la vaca.
No sabía por qué, pero verdaderamente no podía hacerlo. Me daba mucha cosa tocarle eso a la vaca, y mucho más ordeñarla, ya que quizá le podía hacer daño, o algo por el estilo.

—Tienes paja en el pelo —dije mirando el pelo de mi novia justo antes de coger la paja que tenía en el pelo y quitársela.

—Gracias —dijo justo antes de coger mi mano y dejar un suave beso en ella.

Entramos a la casa de campo, donde ya mi madre se había ocupado de abrir las ventanas para ventilar el sitio, y dónde se oían los pasos de Harry y Lauren en el fondo de la casa, donde se encontraban las habitaciones.

—Ashton, cielo, ¿puedes entrar las maletas? —oí a mi madre.

—Claro —dije justo antes de darle un beso a Kylie en la frente y salir de la casa, hacia la furgoneta aparcada justo en frente.

Cuando abrí el maletero del coche y comencé a sacar las maletas de todos, miré a mi izquierda y me sorprendí al ver que de una de las chimeneas de los campos que habían junto al nuestro, estaba saliendo humo.

Pensaba que todos los campos estaban deshabitados en este momento.

"Mientras que no nos molesten a nosotros..." Pensé para mí mismo.

Narra Kylie:

Cuando Ashton salió de la casa para ir a coger lo que su madre le había pedido, me acerqué a Anne y le ayudé con su tarea de abrir todas las puertas de los armarios de la cocina. Acto que estaba realizando con intención de ventilar los muebles, ya que no podíamos saber cuánto tiempo llevaba la casa sin estar habitada.
No debía ser mucho, de todos modos. Porque los platos y vasos de los armarios de la cocina estaban limpios, ni siquiera tenían polvo.
Y lo mismo con todos los muebles de la casa. Me había dado cuenta de eso, ya que desde que era pequeña me enseñaron en casa a tener todo limpio e impecable, y ahora sabía apreciar el polvo de una mesa a metros de distancia.

—¿Sabes, Kylie? —oí de repente a la madre de Anne decir. Le miré sonriendo— Ashton me ha hablado muchísimo de ti.

—Él también me ha hablado de ti —dije sonriendo, intentando tutearla, por lo que me dijo nada más conocerla.

—Él te quiere muchísimo, Kylie. Y sé que tú también a él. La historia de cómo os conocisteis es surrealista, me pongo en tu papel y yo estaría pensando todo el rato que esto es una broma, o un sueño —dijo sonriendo.

—Sí, a día de hoy sigo sin creerme que esto sea cierto. Es increíblemente fantástico, soy muy afortunada —susurré, más para mí misma que para ella.

—Tú eres muy afortunada de tener a Ashton, muy afortunada de haber tenido toda la suerte que has tenido respecto a él. Pero ten en cuenta, Kylie, que él ha sido así contigo por un motivo.

—¿Cómo?

—Quiero decir... No ha sido simple casualidad. Si Ashton siguió intentando coincidir contigo a todo lugar donde ibas, es por algo. Es porque vio algo en ti que no vio en todos los demás. Cada vez que me hablaba de ti, confirmaba más mi teoría de que te has ganado que Ashton te ame tanto como lo hace. Pero ahora que te he conocido en persona, puedo ver lo que él vio en ti cuando te conoció —dijo Anne sonriendo mientras me miraba.

Me pasé la mano por los ojos con cuidado de no arruinar mi maquillaje, y me descubrí a mí misma llorando.

—Muchas gracias —dije sin poder creerme lo que la madre de Ashton me acababa de decir.

—Gracias a ti —dijo mientras me abrazaba—, por hacer tan feliz a Ashton.

Lo cierto era, que mi relación con Ashton era, sin lugar a dudas, una relación de ensueño.
En todo el tiempo que llevábamos de relación, no habíamos tenido grandes discusiones. Tan solo la que generó mi incidente con Ryan, y fue porque ambos perdimos los nervios.
Pero nunca habíamos discutido, no habíamos tenido entre nosotros ningún roce. Se supone que cuando mantienes una relación así con un famoso que no está en un lugar fijo contigo -si no que cada día está literalmente en una ciudad diferente-, las peleas son más frecuentes, y la relación es mucho más difícil.
Eso nunca supuso un problema para Ashton y para mí. Aunque debo admitir, que en parte era porque Ashton me invitó a pasar la gira con ellos.

Pero era algo especial. Creo que Ashton y yo nos queríamos de verdad. Yo desde luego, le quería con cada fibra de mi ser. Había pasado de tener una relación -con Ryan- en la que yo daba pero no recibía nada a cambio, de tener una relación -con Ashton- donde recibía exactamente lo mismo, o incluso más, que daba.
Y sólo eso, me hacía quererle muchísimo. Luego habían más cosas, como su personalidad y su forma de tratarme (entre otras cosas), que hacían imposible no querer a Ashton.

No pude evitar reír cuando noté de repente el cuerpo de Ashton uniéndose al abrazo que Anne y yo nos estábamos dando, colocando un brazo alrededor de mi espalda y el otro brazo alrededor de la espalda de su madre:

Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora