Treinta y siete.

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Narra Kylie:

Me subí al taxi rápidamente, agobiada tanto por lo ocurrido con Ashton, como por el hecho de que al salir del hotel habían cientos de fans gritándome tanto cosas buenas, como cosas malas.

Me puse el cinturón de seguridad, y una vez hecho, apoyé aliviada la cabeza en el respaldo de mi asiento a la vez que cerraba los ojos.

-¿Dónde la llevo, señorita? -Preguntó el taxista mirándome por el retrovisor interior del coche.

Le devolví la mirada y pensé. No lo sabía ni yo. ¿A dónde me llevaba? ¿Dónde me podía llevar, en una ciudad totalmente extraña para mí, de un país que no conocía absolutamente nada?

De repente, me acordé de las palabras de Michael: "Nos vamos ya al Mc Donalds que hay dos calles más abajo"

-¿Podrías llevarme al Mc Donalds que hay dos calles más abajo? -pregunté con la voz entrecortada por haber llorado, corrido y haberme agobiado.

El hombre asintió, y puso en marcha el coche. Era el centro de una ciudad enorme, así que había mucho tráfico. Noté mi móvil vibrando y al sacarlo, me fijé en que tenía 20 llamadas perdidas y 40 mensajes de la misma persona: Ashton.

Me metí a leer los mensajes, aunque sabía que eso no me ayudaría a sentirme mejor. Pero tenía que leerlos. No podía evitarlo.

"¿Por qué te has tenido que ir?"

"Bueno, vale. Te has ido porque te estaba gritando."

"Pero entiéndeme, Kylie. Tienes marcas de que te han hecho daño, y no me lo has contado..."

"¿Por qué no me lo has contado?"

"Menudo hijo de puta. Le voy a arruinar la vida. A ti no te toca nadie."

"Dime al menos que le has denunciado"

"Kylie, vuelve al hotel..."

"Tenemos que hablar sobre eso, y no quiero que te vayas sola por la ciudad..."

"Kylie... Contéstame..."

"Vuelve, por favor. Estoy preocupado"

"Te amo"

Releí los mensajes una y otra vez. Sin cansarme. Recordado cada coma, cada punto. Cada sílaba y letra. No quería olvidarlos jamás. Era otra prueba más de que de verdad me quería y estaba preocupado por mí. No lo iba a olvidar.

-¿Pero qué cojones...? -Oí de repente al conductor. No le di importancia, ya que estaba ocupada leyendo por última vez los mensajes.

Justo cuando estaba escribiendo: "Estoy bien" absolutamente todo se volvió negro.

Narra Ashton:

Miré el móvil nervioso. No entendía por qué Kylie estaba escribiéndome un mensaje hace un segundo, y de repente dejó de escribir. Y seguía metido en la conversación, rezando para que apareciera el deseado "escribiendo...". Pero no llegaba.

Oí golpes en la puerta y me levanté de la cama corriendo para abrir, pensando que era Kylie.

Me decepcioné levemente al ver las caras de mis compañeros de banda, y la de Sam.

Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora