Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)

Veinte.

Narra Kylie:

Cuatro horas después, al terminar la cena:

Después de tener aquella conversación con Ashton, la cuál me hizo sentir mejor (pero no omitió el hecho de que mis cuatro amigos, que a la vez eran mis ídolos, se iban otros seis meses), volvimos a casa.

Todos mostraron alivio en su expresión facial al vernos bien, al verme bien. Subí al baño a quitarme todo el maquillaje, y estuvimos disfrutando de nuestra mutua compañía hasta que tuvieron que irse un poco antes de la hora de cenar.

Pero la cosa no acababa ahí, no. En ese par de horas, aparte de hacer el tonto, también tuvimos tiempo de planear una acampada de despedida.

Os explico: Tuve el valor de preguntarles qué día se irían, y la respuesta fue que pasado mañana, después de comer.
Por lo que Calum tuvo la maravillosa idea de planear una acampada mañana, quedándonos a dormir también con ellos, y volviendo a casa un poco antes de la hora de la comida.

El único inconveniente era que ese día tenía clase, y, por lo tanto, no me dejarían asistir a la acampada.
Pero mi plan era decirles que ese día había huelga, y que por tanto, nadie iría a clase. Obviamente, la huelga era mentira.

La acampada implica mentir a mi hermana y a mi padre, y faltar a clase. Dos cosas que odio, pero un día es un día. Y sobre todo si es un día como este.

Así que aquí me encontraba, cenando con mi padre y mi hermana, y pensando en cómo iba a hacer todo lo que tenía que hacer.

Mañana iría a clase, y por la tarde, cuando mi hermana saliera a trabajar, vendría Ashton con el coche de Calum para guardar en el maletero todas mis cosas.
Llamaría a mi hermana y le explicaría todo sobre la falsa huelga y la acampada, y lo demás sería simplemente pasarlo bien con todos.

—¿Qué piensas? —Oí preguntar a mi padre. Sonreí y negué suavemente con la cabeza.

—Nada, me he quedado embobada —dije terminándome la poca cena que me quedaba en el plato—. ¿Puedo irme a la cama? Tengo sueño, y además mañana tengo examen.

—Claro que sí, cielo. —Dijo mi hermana sonriendo, a lo que le sonreí de vuelta.

—Buena suerte mañana, estoy seguro de que lo harás bien. —Dijo mi padre sonriendo cuando me acerqué a darle un beso "de buenas noches" en la mejilla.

—Gracias —dije sonriendo. Me giré hacia mi hermana y repetí la acción con ella.

El día siguiente, por la tarde:

—¿Sabes que vamos a una acampada, no de viaje, no? —Dijo Ashton bromeando al ver todo lo que estaba metiendo al maletero.

—Podrías dejar de bromear y ayudarme a meter cosas, encanto —dije sonriendo cínica.

—Claro, encanto —dijo él imitando mi voz a la hora de decir la última palabra. Comenzó a ayudarme.

—Y sólo he traído mi saco de dormir, mi mosquitera, una mochila con ropa limpia, y la tienda de mi padre, ya que ninguno de vosotros teníais —dije mirando a mi novio.

Una hora y media después:

—Michael, ¿puedes dejar de meterle el palo en la nariz a Calum y dármelo? ¡Lo necesitamos para montar la tienda! —Exclamó Lydia.