Treinta y nueve.

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Narra Kylie:

"Kylie... Kylie..." De repente comencé a oír esa voz. Esa voz que tanto había extrañado.
Me parecía increíble cómo una simple voz te puede hacer llorar. Da igual si es una voz grave, aguda, alta, baja, tosca, delicada... Pero es increíble cómo puedes echar tanto de menos la voz de una persona.

Y yo sentía mi pecho estremecerse al oír la suya.

Mamá, ¿por qué oigo tu voz, pero no te veo? ¿Dónde estás? Por favor, necesito verte.

"Kylie, hija mía. Necesito que luches."

¿Cómo que luche? Mamá, por favor, necesito verte. Necesito ver a la persona que más necesito en mi vida. Mamá. Mamá. Déjame volverte a ver una vez más.

Y la vi. Pero no estaba delgadísima y enferma, como cuando se fue. Era la mujer sana y fuerte que yo veía todos los días antes de que enfermara.
Con su pelo rizado y rubio. Su sonrisa. Su cuerpo perfecto, aunque pequeñito. Y sus ojos marrones llenos de vida.
Era mi madre. Ella.

Corrí hacia ella, aunque no tenía del todo claro si estaba flotando, o sobre alguna superficie plana.

Y entonces, cuando la iba a abrazar, no podía avanzar.

"Hija, no. Espera. No corras tanto. Debo decirte algo."

¿Qué? No. Yo quería abrazarla. Yo quería. Necesitaba abrazarla. La quería abrazar.

"Hija. Estoy aquí para ayudarte a tomar la decisión más importante de toda tu vida.

Tienes que luchar. Estás entre la vida y la muerte. Y tienes que decidir qué vas a hacer."

Narra Ashton:

La estaba observando, como todo el tiempo desde hacía dos días. No había dado señales de nada. Seguía estable. Sin despertarse. Y el médico decía que era raro que se alargase tanto el estado de inconsciencia. Pero solo nos quedaba esperar.

Los chicos se habían ido a dormir un poco. Menos Michael. Él se negaba totalmente a alejarse de Kylie.
Tuvimos que posponer varios conciertos, porque no queríamos actuar sabiendo que ella estaba así. Ni podíamos hacerlo.

—Tengo que ir al baño —susurré levantándome de la silla mientras miraba a Michael.

Este asintió, y cuando le solté la mano a Kylie, ella empezó a agitarse y convulsionar.

Abrí los ojos asustado, y presa del pánico, me acerqué a Kylie. No paraba de tener espasmos en todo el cuerpo, y de agitarse en la cama.

—¡Enfermera, médicos, por Dios, que venga alguien! —Gritó Michael por el pasillo.

Mientras oía la voz de Michael desesperada, mis ojos empezaron a aguarse mientras miraba a Kylie.

El sonido pausado que hacía la máquina que indicaba cómo de rápido y cuántas veces latía el corazón de Kylie, ahora sonaba muchas veces por segundo, lo cual quería decir que su corazón estaba yendo rápido.

De repente, tres médicos y cuatro enfermeras entraron a la habitación, y nos pidieron que saliéramos de la habitación. Pero yo no iba a irme.

—¡No! —Exclamé cuando sentí los brazos de Michael arrastrándome fuera de la habitación.

Pero yo no tenía fuerzas para resistirme demasiado. Y ese fue el motivo por el cuál, cuando de repente, aparecieron Luke y Calum, me sacaron de la habitación.

Pero por desgracia, pude ver cómo le clavaban a Kylie una jeringuilla enorme en el pecho.

Narra Kylie:

Escuché lo que mi madre me acababa de decir, y acto seguido, comencé a oír un sonido parecido a una avalancha de nieve cayendo.

¿Qué ocurre?

"Eres tú, muriendo. Kylie, tienes que decidirte ya: Morir, o vivir."

Pero... ¿Qué ocurriría si moría?

"Si mueres, vendrás conmigo. Volveremos a estar juntas por fin. Podré acariciarte como antes lo hacía, y podré besar tu pelo y abrazarte de nuevo.
Pero, al mismo tiempo, dejarás atrás a todos: A papá, a tu hermana, a Ashton, Sam, Michael, Calum, Luke..."

No los quería dejar. Pero también quería estar con mi madre.

"Ten en cuenta, hija mía, que aún no es tu hora. No tienes por qué venir ya. No te esperamos todavía. Aún te quedan muchas cosas por vivir.
Y yo quiero ver cómo las vives, aunque no pueda estar contigo para compartirlas."

Mamá... Yo... Estoy cansada. Estoy cansada de la vida. Sin ti todo es más difícil. Todo pesa más.

"Tienes muchas cosas por las que quedarte, y solo unas pocas por las cuáles irte.
Debes pensar que estás viviendo un sueño, algo que a muchas personas les gustaría vivir.
Y debes pensar en el dolor emocional que les dejarás a todos si te vas, aun pudiendo quedarte.

Kylie, tienes algo que yo no tuve: El poder de elegir. No lo desperdicies, mi niña..."

Pero... No te quiero volver a perder. No quiero que te vuelvas a ir. Mamá, te quiero.

"No me vas a perder. Yo siempre... Siempre estaré contigo..."

Narra Ashton:

Tras una media hora que se me hizo eterna, los médicos salieron de la habitación de Kylie.

Durante esa media hora, había estado hablando con el padre y la hermana de Kylie, los cuales no podían permitirse volar hasta aquí para verla, pero estaban tremendamente preocupados.

—¿Está bien? —Pregunté desesperado al primer doctor que salió de la habitación.

—Sí, la hemos estabilizado hace un cuarto de hora y ahora está bien. El cuarto de hora después de estabilizarla nos hemos quedado con ella por si acaso volvía a tener otro ataque. —Dijo el doctor.

—De acuerdo, muchas gracias —contestó Calum por mí.

Sentí el brazo de Luke alrededor de mis hombros, y entramos a ver a Kylie, la cual ahora estaba como si no hubiera pasado absolutamente nada.

Pero yo jamás podría borrar la imagen de ver a Kylie así.

Narra Sam:

Cuando ya todo estaba más calmado, la situación era la siguiente: Ashton sentado en el sofá, al lado de Kylie, agarrándole la mano como de costumbre. Calum y Luke en la ventana, mirando alternativamente a Kylie y por la ventana. Michael estaba en la silla, sentado y sin dejar de mirar a Kylie. Y yo estaba acariciando el pelo de Michael, mirando a Kylie y a los demás chicos alternativamente.

—¡Ha movido la mano! —Dijo Ashton de repente, mirándonos con los ojos como platos.

—¿Otro ataque? —Preguntó Michael nervioso.

—No, este movimiento ha sido como más... sutil —dijo Ashton mirando a Kylie.

Todos nos acercamos, poniéndonos alrededor de la camilla, mirando expectantes.

De repente, movió de nuevo las manos, y los párpados, como apretándolos. Los pitidos de la máquina fueron ligeramente más rápido, pero nada fuera de lo normal.

Y, entonces, abrió los ojos.

Narra Michael:

No bastó más que un segundo desde que Kylie abrió los ojos, para que Ashton le abrazase delicadamente.

Kylie paseó la mirada por todos nosotros mientras le devolvía el abrazo a Ashton.
Cerró los ojos, y cuando se separaron, los volvió a abrir.

Ahora todos estábamos sonriendo. Kylie se había despertado. Estaba bien. Sana. Ahora todo volvía a la normalidad.
Podríamos volver a estar de bromas siempre, podríamos volver a retomar la gira. Mi mejor amiga por fin estaba de...

—¿Quiénes sois? —oí de repente la voz de Kylie.

Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora