Sesenta y cinco.

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Narra Kylie:

*3 meses después*

Bajé corriendo las escaleras de mi casa, contenta por el: "Kylie, tienes visita" que mi hermana, con tono cantarín, había exclamado por el hueco de la anteriormente mencionada escalera.
Cuando quedaban dos escalones y vi de quién se trataba, sonreí ampliamente y salté hacia él, como hacía siempre.

Él, ya acostumbrado, rió y me cogió en volandas para que no me cayese al suelo, y acto seguido, nos abrazamos como si no nos hubiésemos visto en meses.

Chicos, os visteis ayer —oí decir a mi padre mientras se servía un vaso de leche. Era su manera sutil de decir: "parad ahora mismo". Lo entendía, para él seguía siendo su niña pequeña.

Jake sonrió y me dio un pequeño beso en la nariz antes de dejarme en el suelo. Cuando lo hizo, me acerqué a la cocina y cogí la mochila.
Acto seguido, me acerqué a mi padre y le di un beso en la mejilla como despedida.

—Permíteme —dije divertida antes de darle un trago a su vaso de leche, y coger una manzana del frutero.

—Pásalo bien en clase —dijo riendo mi padre mientras me revolvía el pelo.

—¡Papá! —exclamé molesta mientras me pasaba los dedos por el pelo, intentando peinarlo, mientras caminaba hacia Jake.

—Estás perfecta —susurró Jake besando mi cabeza mientras caminábamos hacia la salida de mi casa.

—Tampoco sé por qué me peino, si cuando me quite el casco... —dije poniendo una mueca de desesperación, a lo que él sonrió.

Sonreí mirándole y suspiré aliviada. Jake me entregó mi casco, y me lo puse a la vez que él. Esperé a que se montase en la moto, y cuando lo hizo, le imité.
Pasé los brazos alrededor de su cintura y apoyé la cabeza en su espalda.
Cuando oí rugir el motor de su moto, cerré los ojos y esperé a llegar a la universidad.

Cuando volví a casa, decidí que no quería pasarme los días haciendo nada en casa, o trabajando en algún sitio de poca monta donde me explotarían por un salario pésimo, así que aprovechando que mi padre y mi hermana estaban trabajando, y que habíamos acabado de pagar la hipoteca, decidí matricularme en la universidad, y estudiar una carrera.
Es lo que habría hecho si no hubiera decidido ir con Ashton en el tour, así que, eso hice.

Intenté e intento rehacer mi vida como puedo. Al igual que él había hecho, ya que las fans se encargaban de hacerme saber todo lo que Ashton hacía que pensaban que podía herirme. Por eso mismo, desactivé mi cuenta de Twitter, y me hice una nueva, privada, para que siguiera la gente que yo quería que me siguiera.
Luke, Calum, y Michael solicitaron seguirme en dicha cuenta, lo cuál me pareció tierno, querían seguir manteniendo el máximo contacto posible conmigo (de hecho, hablábamos casi todos los días por mensajes), y yo con ellos. Acepté sus solicitudes, por supuesto.

Jake estuvo a mi lado durante un mes de lloros, insomnio y desganas totales, y aguantó cada segundo, cada minuto, cada hora, todos los días.
Me ayudó a levantar cabeza, a olvidarme del tema -ya que era lo único que podía hacer-, me obligó a salir, a divertirme, a hacer cosas para entretenerme.
Me hizo sentir mucho mejor y me escuchó en todo lo que le conté. Y así me di cuenta de lo especial que era para mí. Y un día, le besé.
Y al mes siguiente, nuestra relación se formalizó.
Y ahora, un mes después de aquello, podía decir que estaba bien. Con él, con mis nuevos amigos de la universidad, y con mi familia.
Realmente le debo a Jake que a día de hoy, pueda decir en voz alta que estoy bien sin que se me quiebre la voz.

Unpredictable (TERMINADA 1ª PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora