El sol ya estaba alto cuando llegué al campo de entrenamiento, el cansancio aún pesaba en mis músculos, pero la emoción del día anterior seguía revoloteando en mi interior. Había dormido apenas un par de horas, con el recuerdo del beso con König repitiéndose en mi mente una y otra vez. Todo había cambiado entre nosotros, y no podía evitar preguntarme qué significaba realmente para él.
Me alineé junto con los demás reclutas para comenzar la rutina matutina, intentando enfocarme en los ejercicios. Mientras hacíamos las primeras series de calentamiento, lo vi a lo lejos: König, de pie junto a otros oficiales, su imponente figura destacando sobre el resto. Llevaba su máscara habitual, y aunque sus ojos se cruzaron brevemente con los míos, los desvió rápidamente, como si no quisiera ser descubierto mirándome.
Intenté no dejar que eso me afectara y concentrarme en los ejercicios, pero el nudo en mi estómago no hacía más que crecer. "Concéntrate", me repetía. "No dejes que nada te distraiga".
Sin embargo, mis esfuerzos por mantenerme enfocada se fueron por la borda cuando escuché una risa familiar a mis espaldas. Me giré instintivamente y la vi: Anya. Se acercaba a König con su característica sonrisa, esa que no significaba nada bueno. Sentí un escalofrío recorrerme la columna al verla inclinarse hacia él, susurrándole algo al oído mientras le tocaba el brazo con una familiaridad que me revolvió el estómago.
Respiré hondo, tratando de no dejar que eso me afectara. "No es asunto tuyo", intenté convencerme. Pero justo cuando comenzaba a alejarme, escuché un murmullo entre algunos de los otros reclutas.
"¿Viste cómo Anya se le pega a König?" comentó uno, riéndose por lo bajo.
"Sí, definitivamente hay algo raro entre esos dos..." respondió otro con un tono malicioso.
Mis manos se apretaron en puños mientras intentaba contenerme. No quería sacar conclusiones apresuradas, pero las últimas semanas habían sido un desfile constante de miradas despectivas y burlas por parte de Anya. Decidí que no podía quedarme con la duda por más tiempo.
Tomé mi botella de agua y me acerqué un poco más hacia ellos, intentando parecer casual. Me detuve a unos metros, lo suficiente para escuchar su conversación, aunque no esperaba que Anya fuera tan directa.
"Dime, König," la escuché decir con un tono descarado, su voz alta y clara para que cualquiera a su alrededor pudiera escuchar, "¿hay alguien especial en tu vida? ¿Alguien que te interese?"
Vi cómo él se tensó al escuchar su pregunta. Desvió la mirada hacia sus documentos, claramente incómodo y sin saber cómo responder.
"Vamos, no seas tímido" insistió Anya, dándole un golpecito en el hombro como si fueran viejos amigos. "Solo tengo curiosidad. Además, creo que tú y yo haríamos una buena pareja, ¿no crees?"
El mundo pareció detenerse. Sentí como si el aire se escapara de mis pulmones y mis manos temblaron ligeramente al sostener la botella de agua. Mi corazón latía tan fuerte que temía que todos pudieran oírlo.
König no respondió de inmediato. De hecho, parecía haber quedado sin palabras, y eso le dio a Anya la excusa perfecta para soltar una risita burlona.
"No te preocupes, entiendo que es difícil resistirse a mí," añadió ella, como si fuera la cosa más graciosa del mundo.
No pude soportarlo más. Me acerqué con paso firme y tosí suavemente para anunciar mi presencia.
"Buenos días, Coronel König," dije, mi voz más firme de lo que esperaba. "¿Podría hablar con usted un momento?"
König giró la cabeza hacia mí con una expresión que pasó de sorpresa a alivio en cuestión de segundos. Sus ojos azules parecían agradecidos al verme.
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En el Fuego de la Batalla [König x T/N]
FanficEn una prestigiosa academia militar, te esfuerzas por destacar a pesar del agotamiento constante. Todo cambia cuando el legendario Coronel Konig, conocido por su valentía y liderazgo en KorTac, llega para dar una conferencia y te encuentra dormida e...