Capitulo 19

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Estabas sentada en una banca en el campo de entrenamiento, el aire fresco de la tarde envolvía tu cuerpo dolorido después de los días intensos que habías vivido. El sonido lejano del viento moviendo las ramas de los árboles te brindaba una pequeña tregua, pero el agotamiento físico no podía compararse con la carga emocional que llevabas. A tu lado, en silencio, estaba König. Su imponente figura era una constante, una presencia que habías llegado a conocer bien, pero hoy había algo diferente en la atmósfera.

Ambos se sentaron en silencio durante unos minutos. Él parecía estar buscando las palabras correctas, y tú no sabías cómo empezar. A pesar de la paz del ambiente, sentías una mezcla de tensión y alivio, sabiendo que la conversación pendiente no podía aplazarse más.

Finalmente, fue König quien rompió el silencio.

"Lo que pasó hoy con Lucas..." comenzó, su voz baja pero firme. "No puedo dejar de pensar en ello."

Suspiraste, mirando tus manos. El dolor que te había causado Lucas a lo largo del tiempo, sus palabras y burlas, te habían desgastado más de lo que querías admitir, pero había algo más. Algo que tenía que ver con König, con su reacción, con cómo había intervenido de manera tan decisiva.

"Yo tampoco," dijiste finalmente, tu voz sonando más cansada de lo que esperabas. "No entiendo qué estaba pensando Lucas… todo lo que me dijo, lo que hizo antes… y luego, su declaración… simplemente no tiene sentido." Te cruzaste de brazos, sintiendo de nuevo la incomodidad en tu estómago.

König te observó en silencio por un momento, su mirada profunda recorriendo tu rostro. "No debió haberse acercado a ti de esa manera." Su voz tenía un filo, una dureza que dejaba claro cuánto le había molestado la situación.

Levantaste la mirada para encontrarte con sus ojos, y en ese momento te diste cuenta de que lo que había pasado con Lucas no solo te había afectado a ti. Había afectado a König también. Y no de la manera en la que esperabas.

"¿Te preocupa que Lucas vuelva a hacerlo?" preguntaste, queriendo ir al fondo de lo que realmente le estaba molestando. Sabías que no todo era sobre Lucas, había algo más que estaba en juego.

König negó con la cabeza lentamente. "No es solo eso." Hizo una pausa, mirando hacia el campo vacío frente a ustedes. "Es que… odio ver cómo te trata. No debí permitir que llegara tan lejos." Su voz se endureció, pero había una nota de arrepentimiento en ella.

"Esto no es culpa tuya," respondiste rápidamente, enderezándote en la banca. "Lucas es así… siempre ha sido así. No podías prever lo que iba a pasar hoy." Sentiste que debías aclarar las cosas, aunque una parte de ti sabía que él no se perdonaría tan fácilmente.

König bajó la cabeza, como si no quisiera aceptar lo que decías. "Tal vez no, pero como tu superior… debería haber hecho más. No me gusta verte en situaciones así. Y no es solo porque soy responsable de ti en el equipo." Se detuvo, y algo en su tono te hizo sentir que estaba luchando con sus propias emociones.

Lo miraste de reojo, sintiendo que había más en lo que decía. Te mordiste el labio, decidiendo finalmente preguntar lo que llevabas un rato intentando entender. "Entonces, ¿por qué te afecta tanto? No es solo por Lucas, ¿verdad?"

König te miró por un largo momento, como si estuviera debatiendo si debía responderte honestamente o no. Finalmente, soltó un suspiro pesado y se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas mientras miraba al suelo.

"Porque me importa lo que te pase." Las palabras salieron más suaves de lo que esperabas, pero el peso detrás de ellas era palpable. "Y no puedo soportar la idea de que te hagan daño… ni Lucas, ni nadie."

Te quedaste en silencio, sorprendida por la confesión. Sabías que König siempre había sido protector, pero esto era diferente. Había algo más profundo en su preocupación, algo que iba más allá del deber profesional.

"¿Es por eso que has estado tan… rudo últimamente?" preguntaste en voz baja, recordando los entrenamientos duros, las palabras cortantes, la forma en la que te había empujado hasta el límite en los últimos días.

König asintió lentamente, sin mirarte a los ojos. "No sabía cómo manejarlo. Sabía que algo estaba mal entre nosotros, y en vez de hablarlo, lo convertí en un reto físico. Creí que si te entrenaba más duro, podría distraerme de lo que sentía. Pero al final, solo te hice sufrir más."

El peso de sus palabras cayó sobre ti como un bloque de hielo. Ahora todo comenzaba a tener sentido: las miradas intensas, la dureza en los entrenamientos, su actitud distante. König había estado lidiando con algo más, algo personal.

"Me dolió, König," admitiste en voz baja, sin apartar la mirada de él. "Pensé que estabas molesto conmigo por algo. No entendía por qué te habías vuelto tan severo, tan… distante."

König se enderezó y finalmente te miró a los ojos. Había una mezcla de arrepentimiento y vulnerabilidad en su mirada que nunca habías visto antes. "Nunca quise lastimarte. Solo… no sabía cómo manejar todo lo que estaba sintiendo."

Te tomó un momento procesar todo lo que te estaba diciendo. Habías estado tan concentrada en tu propio dolor que no te habías dado cuenta de lo que él estaba atravesando. "¿Y ahora?" preguntaste, no solo refiriéndote a lo que había pasado con Lucas, sino a lo que estaba pasando entre ustedes.

König respiró profundamente antes de responder. "Ahora, sé que no puedo seguir así. No puedo seguir escondiéndome detrás de los entrenamientos o del deber. Quiero que sepas que estaré aquí para ti, de verdad, no solo como tu superior, sino como alguien que se preocupa por ti."

Las palabras quedaron en el aire, cargadas de significados no dichos, de emociones que ambos habían intentado ignorar durante demasiado tiempo. Miraste hacia el horizonte, sintiendo cómo la tensión entre ustedes comenzaba a suavizarse, aunque sabías que la conversación aún no había terminado del todo.

Finalmente, te permitiste sonreír un poco, solo lo suficiente para que él lo notara. "Gracias, König. Aprecio que seas honesto conmigo… aunque no lo hubieras dicho antes."

König asintió, relajándose ligeramente al ver tu reacción. "No más entrenamientos duros… a menos que tú lo pidas." Su tono tenía un toque de humor, lo que te hizo reír suavemente.

"Lo tendré en cuenta," dijiste, sintiendo cómo poco a poco la tensión se disipaba. Pero mientras ambos se sentaban en la banca, sabías que algo había cambiado entre ustedes. Ya no era solo el comandante y la soldado, ni el protector y la protegida. Había algo más creciendo, algo que ninguno de los dos había querido admitir hasta ahora.

Y tal vez, eso no era algo tan malo.

En el Fuego de la Batalla [König x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora