El sol comenzaba a declinar, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados mientras el día se acercaba a su fin. La sesión de entrenamiento había sido exhaustiva, y la fatiga se sentía en cada rincón de tu cuerpo. El pavimento del campo de entrenamiento, frío y sólido bajo tu espalda, ofrecía un alivio pequeño pero bienvenido después de horas de esfuerzo implacable.
Con las piernas extendidas y los brazos extendidos a los lados, te tumbaste en el suelo, sintiendo cómo el peso de la jornada se hacía más manejable al entrar en contacto con el frío de la superficie. Tus músculos estaban tan tensos que no podías evitar un ligero temblor, pero el suelo frío ayudaba a calmar la inflamación que comenzaba a aparecer en tu cuerpo. Los sonidos del campo se habían convertido en un murmullo distante, y tu respiración era el único ritmo constante que percibías.
Mientras tratabas de recuperar el aliento y relajar los músculos doloridos, escuchaste pasos acercándose lentamente. Levantaste una ceja, preguntándote quién podría estar viniendo en ese momento. Miraste hacia arriba, y allí estaba König, su figura alta e imponente destacándose contra el cielo que se oscurecía. A medida que se acercaba, la luz del atardecer iluminaba sutilmente su rostro, y podías ver un ligero nerviosismo en sus movimientos.
König se detuvo a unos metros de ti, la postura rígida pero sus ojos mostraban una apertura que raramente veías. Observó cómo te movías en el suelo, y por un momento, te miró en silencio, como si estuviera decidiendo cómo hablarte. El contraste entre su actitud dominante en el campo y su actual incomodidad era palpable.
"¿Estás bien?" preguntó, su voz grave sonando un poco más suave de lo que solía ser. "Pareces... cansada."
No era una pregunta que esperabas, especialmente viniendo de él. Te giraste hacia un lado, mirando hacia arriba para encontrarte con su mirada. La forma en que te observaba era diferente, más preocupada y menos crítica de lo habitual. Te costó un poco responder, ya que la fatiga nublaba tus pensamientos.
"Sí, solo necesito un momento" contestaste, tu voz saliendo más rasposa de lo que esperabas.
König asintió lentamente, pero la expresión en su rostro mostraba que no estaba completamente satisfecho con esa respuesta. Se rascó la nuca, una señal de que estaba nervioso, una rareza en alguien que siempre parecía tener un control absoluto. Entonces, parece que tomó una decisión, acercándose un poco más.
"La cafetería está a punto de cerrar" dijo, tratando de sonar casual, aunque había una cierta urgencia en su tono. "Si quieres, podría... llevarte algo para comer. No me parece que deberías quedarte aquí en el suelo."
El ofrecimiento era inesperado, y por un momento, te quedaste allí, sorprendida por el gesto. Aunque el cansancio te hacía cuestionar si tenías la energía para moverte, la idea de compartir un momento más tranquilo con él, fuera del campo de entrenamiento, te parecía tentadora.
"¿De verdad?" preguntaste, tratando de sonar curiosa y no demasiado sorprendida. "Eso sería genial. Gracias."
König asintió, y hubo un breve destello de alivio en su rostro, como si estuviera agradecido por no haber sido rechazado. Se inclinó un poco, ofreciendo una mano para ayudarte a levantarte, su gesto lleno de una gentileza que raramente mostraba. Cuando tus dedos tomaron los suyos, sentiste una pequeña corriente de calidez, no por la temperatura, sino por la forma en que te ofreció su apoyo.
Con un esfuerzo, te pusiste de pie, y el dolor en tus músculos era un recordatorio constante del día agotador que habías tenido. König te observó con una mezcla de preocupación y algo más, como si estuviera buscando signos de que realmente estabas bien. Luego, comenzaste a caminar hacia la cafetería, y él te siguió a una distancia cercana, tratando de mantener una conversación ligera para distraerte de la incomodidad.
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En el Fuego de la Batalla [König x T/N]
FanfictionEn una prestigiosa academia militar, te esfuerzas por destacar a pesar del agotamiento constante. Todo cambia cuando el legendario Coronel Konig, conocido por su valentía y liderazgo en KorTac, llega para dar una conferencia y te encuentra dormida e...