Mientras completaba la última ronda de lagartijas, sentí un leve ardor en los brazos que me daba una satisfacción peculiar; ese tipo de dolor que te recuerda que te estás fortaleciendo. Me recosté en la banca para descansar, con la respiración aún agitada, tratando de calmarme.
En ese momento, vi cómo Konig se acercaba con paso lento y controlado. Su imponente figura, con la máscara cubriendo su rostro y solo dejando ver esos ojos intensos, siempre parecía llenarlo todo con una presencia que era imposible ignorar. Se sentó a mi lado en el banco, y el ligero roce de nuestros cuerpos hizo que mi corazón diera un pequeño vuelco. Por supuesto, no dije nada, y él tampoco pareció notar más que yo lo incomodaba. Aunque no había duda de que ambos sentíamos la electricidad en el aire.
Me entregó una botella de agua sin decir nada, pero con un leve asentimiento de cabeza. Lo miré un momento y luego acepté gustosa, bebiendo a tragos grandes. Sentía la sed acumulada de toda la sesión, y el agua fresca fue un alivio inmediato.
“Gracias,” murmuré, apartando la botella de mis labios y limpiándome el borde de la boca con el dorso de la mano.
Él asintió con suavidad y cruzó los brazos, bajando la mirada un momento, como si estuviera ensayando mentalmente lo que quería decir.
"Se que ya tienes la aceptación en la KorTac," dijo finalmente, sus palabras calmadas, pero con una firmeza que no dejaba lugar a dudas sobre la importancia del tema. "Sin embargo, hay una evaluación final que todos los reclutas deben pasar. Queremos asegurarnos de que todos estén listos. Será una prueba que mide fuerza, inteligencia, rapidez, agilidad… y tiro al blanco."
Sus palabras me hicieron enderezarme un poco más, casi por inercia. No me sorprendía que hubiera más pruebas, pero escuchar la lista y la seriedad en su voz me hizo darme cuenta de que esta no sería solo otra sesión de entrenamiento.
"¿Cuándo sería eso?" le pregunté, tratando de mantener la compostura, aunque por dentro ya estaba procesando la importancia de la evaluación.
"Pronto. Aún no tengo la fecha exacta, pero te avisaré en cuanto lo sepa." Se quedó un momento en silencio, observándome. Sentí que evaluaba mi reacción, como si quisiera asegurarse de que comprendiera la seriedad de la situación.
"Lo entiendo," respondí firmemente, sin apartar la mirada.
Él asintió una vez más, y un breve silencio se estableció entre los dos. Observé su perfil, preguntándome si el silencio se prolongaría hasta que alguno de los dos decidiera irse, cuando, inesperadamente, su voz volvió a romper la quietud.
"Escucha… sobre los días en que no te respondí," comenzó, visiblemente incómodo. Su voz era un poco más baja, y su postura rígida, como si le costara encontrar las palabras correctas. "No fue intencional, pero… lo lamento."
La disculpa me sorprendió, y él, claramente, notó mi expresión. Me observó con esos ojos que podían comunicar más que mil palabras, y pareció titubear un instante. Fue entonces que, con un ligero carraspeo, se aclaró la garganta y se giró un poco para mirarme de frente.
“Pensaba que… bueno,” dudó, claramente luchando con las palabras que parecían atascadas en su garganta. “Pensaba que después del entrenamiento, podríamos ir a comer algo. Si quieres, claro.” Su tono de voz bajó, y fue casi cómico ver cómo una figura tan imponente como él parecía titubear al hacer una invitación tan sencilla.
No pude evitar una ligera sonrisa, que traté de disimular al instante. Konig era una mezcla fascinante de fuerza y torpeza emocional. Lo más gracioso fue cuando, rápidamente, intentó justificar su invitación.
"Solo porque… ya sabes, porque no he estado muy presente, y… no quiero que lo malinterpretes. Es… para compensar."
Asentí, aún con una pequeña sonrisa en el rostro. Me resultaba algo enternecedor que intentara encontrar excusas para una invitación que sonaba más a una disculpa o, tal vez, a algo más, pero que él no quería admitir. “Claro,” respondí, sin perder la oportunidad de alargar el silencio entre ambos. “Sería bueno hablar… y claro, comer.”
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En el Fuego de la Batalla [König x T/N]
Hayran KurguEn una prestigiosa academia militar, te esfuerzas por destacar a pesar del agotamiento constante. Todo cambia cuando el legendario Coronel Konig, conocido por su valentía y liderazgo en KorTac, llega para dar una conferencia y te encuentra dormida e...