El sol apenas asomaba en el horizonte, iluminando el campo de entrenamiento con una luz anaranjada y cálida, mientras el aire frío de la mañana nos rodeaba. Yo estaba junto a un grupo de reclutas, todos vestidos con nuestras camisetas ajustadas de entrenamiento y pantalones de camuflaje, listos para enfrentar el día que definiría nuestro futuro. Sentía el sudor frío recorrer mi nuca y me ajusté los guantes, intentando distraerme con los murmullos nerviosos de los demás. A mi alrededor, podía escuchar el susurro de conversaciones ansiosas y las respiraciones entrecortadas de mis compañeros. Yo también estaba nerviosa, pero intentaba mantener la compostura.
Sin embargo, mis ojos no podían evitar buscarlo. König. Estaba sentado en la mesa de jurado, con su imponente figura destacando sobre los demás. Incluso desde la distancia, su presencia era difícil de ignorar. Vestía su uniforme militar impecable y llevaba su máscara, como siempre, pero sus ojos eran inconfundibles, esos ojos claros que me habían mirado tantas veces con una mezcla de ternura y determinación. Su postura era rígida, formal, como si se esforzara en mantener la imagen profesional que se esperaba de él en un evento tan importante.
Recordé de inmediato la noche anterior.
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Flashback:
Nos habíamos alejado del bullicio de la base y habíamos encontrado una banca apartada bajo un árbol solitario. El sonido de los grillos llenaba el aire, y la luna proyectaba su luz suave sobre nosotros. Yo estaba sentada a su lado, con las piernas cruzadas, mientras él miraba al frente, claramente luchando por encontrar las palabras correctas.
"König, ¿qué es lo que te preocupa?", le pregunté suavemente, dándole un pequeño empujón con el hombro. Él suspiró y finalmente giró su cabeza para mirarme.
"Mañana es tu evaluación final", dijo, con una voz un poco más baja de lo habitual. "Yo... seré uno de los jurados".
Mi corazón dio un vuelco al escuchar eso, y no pude evitar sentir una mezcla de alivio y nerviosismo al saber que él estaría allí, observándome y evaluando mi desempeño. Antes de que pudiera decir algo, él continuó:
"Quiero que estés tranquila", añadió, su tono era más suave, casi íntimo. "Sé que lo harás bien. Eres fuerte, más de lo que crees. Sólo... no te pongas nerviosa. Confío en ti".
Sus palabras fueron un bálsamo para mis inseguridades, y me encontré asintiendo lentamente mientras él me observaba con esos ojos penetrantes. Me sentí reconfortada por su presencia y su fe en mí, pero también sentí el peso de las expectativas. No quería fallar, no cuando él creía tanto en mis habilidades.
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El sonido de las voces de mis compañeros me devolvió a la realidad. Volví a mirar hacia el área donde estaba el jurado, y mi corazón se hundió al ver una figura femenina caminando hacia la mesa con un aire de confianza y una sonrisa radiante. Anya. Mi estómago se contrajo al ver su cabello rubio ondeando al viento mientras se acercaba a König y los otros oficiales. No podía creerlo.
Ella también sería jurado.
Era como si una nube oscura hubiera cubierto el cielo brillante de mi mañana. Anya no me había dado tregua en las últimas semanas, siempre buscaba formas de menospreciarme en los entrenamientos, lanzándome miradas despectivas y burlándose de mis errores frente a los demás reclutas. La ansiedad que había logrado mantener bajo control comenzó a abrirse paso, aplastando cualquier esperanza que König me había dado la noche anterior.
La vi inclinarse sobre la mesa, su sonrisa coqueta y amplia mientras hablaba con König, quien asintió con rigidez, apenas mirándola. Pero yo sabía que él no podía hacer nada para alejarla en un entorno tan profesional. Aun así, no podía evitar sentir una punzada de celos y rabia al ver cómo Anya se esforzaba en acercarse a él, como si quisiera demostrar algo... como si supiera exactamente cómo afectaría eso a mis nervios.
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En el Fuego de la Batalla [König x T/N]
FanfictionEn una prestigiosa academia militar, te esfuerzas por destacar a pesar del agotamiento constante. Todo cambia cuando el legendario Coronel Konig, conocido por su valentía y liderazgo en KorTac, llega para dar una conferencia y te encuentra dormida e...