En el Fuego de la Batalla [König x T/N]

Capitulo 3

El sol apenas había salido cuando llegaste al campo de entrenamiento. El aire fresco de la mañana lugar de sentirte renovada, el cansancio pesaba sobre tus hombros. Apenas habías dormido la noche anterior, y tus músculos todavía estaban adoloridos por el duro entrenamiento y las emociones que habías reprimido. Aun así, sabías que no podías faltar. La disciplina lo era todo en la academia, y además, hoy entrenarías con Konig.

Mientras te alineabas con los demás cadetes, tus ojos se encontraron con la figura imponente de König al otro lado del campo. Vestido con su uniforme táctico, su presencia emanaba autoridad y control. A pesar de tu cansancio, sentiste una leve emoción al verlo, mezclada con una tristeza que no podías sacudir.

König se acercó al grupo con su andar firme. Su mirada recorrió a cada uno de ustedes, evaluando su estado físico y mental. Cuando sus ojos llegaron a ti, se detuvieron por un momento más de lo necesario. Su expresión no cambió, pero algo en su mirada parecía más suave, como si percibiera tu agotamiento.

"Hoy vamos a enfocarnos en resistencia y combate cuerpo a cuerpo," anunció König con su voz profunda, captando la atención de todos. "Quiero que den su máximo, pero recuerden siempre escuchar a su cuerpo. No quiero ver a nadie caer por agotamiento."

Las palabras resonaron en tu mente. "Escuchar a tu cuerpo." Sabías que estabas agotada, tanto física como emocionalmente, pero no querías mostrar debilidad, especialmente delante de König. Te obligaste a ti misma a mantener la cabeza alta y la postura firme.

El entrenamiento comenzó con una serie de ejercicios de resistencia. Cada vez que levantabas peso o realizabas un movimiento, sentías como si tus músculos protestaran, recordándote lo adoloridos que estaban. Aun así, seguiste adelante, concentrándote en cada repetición, intentando ignorar el peso en tu pecho.

Durante una pausa, mientras los cadetes se recuperaban, König se acercó a ti. Notaste que sus pasos eran más lentos cuando se dirigió hacia donde estabas sentada en el suelo, respirando con dificultad. Se paró a tu lado, su sombra cubriéndote momentáneamente del sol de la mañana.

"¿Estás bien?" preguntó en voz baja, lo suficientemente suave para que solo tú pudieras escuchar.

Asentiste rápidamente, evitando su mirada, aunque no estabas segura de si era para protegerte a ti misma o para evitar que él viera la tristeza en tus ojos. "Sí, solo un poco cansada," respondiste, intentando sonar convincente.

König te observó por un momento más, su mirada intensa estudiando tu rostro. "El cansancio es parte del proceso," dijo, pero había algo en su tono que sugería que entendía que tu agotamiento iba más allá de lo físico.

"Lo sé," dijiste, respirando hondo para calmarte. "Solo... un mal día."

König no dijo nada más, pero su mirada se suavizó un poco antes de asentir. "Si necesitas descansar, tómate un minuto. No tienes que demostrarle nada a nadie, solo a ti misma." Su voz era firme, pero había un matiz de comprensión en ella que te reconfortó más de lo que esperabas.

Asentiste, agradecida por sus palabras, y te permitiste unos segundos para recuperar el aliento. Cuando él se alejó para seguir supervisando al resto del grupo, sentiste un leve alivio. Sabías que podías confiar en Konig, y sus palabras, aunque breves, te habían dado un poco de la fuerza que necesitabas para continuar.

El entrenamiento continuó con ejercicios de combate cuerpo a cuerpo. Te emparejaron con un compañero, y aunque tus movimientos eran más lentos de lo habitual, te esforzaste por mantener el ritmo. A lo lejos, veías a König observándote de vez en cuando, su mirada evaluando pero sin juzgar.

Al final de la sesión, estabas agotada pero satisfecha de haberlo dado todo, a pesar de lo que había pasado. Mientras recogías tu equipo, notaste que König se acercaba a ti de nuevo. Esta vez, había una leve sonrisa en su rostro.