Capitulo 16

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Konig estaba de pie al otro lado del campo de entrenamiento, observando tus movimientos mientras completabas la rutina del día. Aunque siempre mantenía una actitud profesional, no podía evitar prestarte más atención de la habitual. Notaba que algo estaba diferente en ti esa mañana.

Te movías con lentitud, mucho más de lo normal, y no respondías con la misma energía y precisión que solías mostrar. Intentaste seguir el ritmo de los ejercicios, pero tu cansancio era evidente. Konig frunció el ceño bajo su máscara, preocupado. Él conocía tu fortaleza y dedicación, así que ver ese cambio en ti lo inquietaba.

Dudó por un momento, preguntándose si era mejor dejar que lo resolvieras por tu cuenta. Pero conforme avanzaba el entrenamiento, y tus movimientos se volvían más erráticos, decidió que tenía que intervenir.

Se acercó a ti, sus pasos resonando suavemente en el suelo de cemento mientras te observaba con atención. Cuando llegó a tu lado, su tono bajo y grave rompió el silencio.

"¿Todo bien?" preguntó, inclinando ligeramente la cabeza. "Hoy no estás rindiendo como de costumbre."

Te detuviste por un momento, tomando una respiración profunda antes de mirarlo. Aún estabas sudando y claramente agotada, pero trataste de forzar una sonrisa para quitarle importancia.

"Solo... dormí poco anoche," respondiste rápidamente, sin querer que se notara demasiado. "Nada grave."

Konig no se movió ni por un segundo, solo te observó en silencio, intentando leer más allá de tus palabras. Aunque no lo dijiste directamente, la respuesta no lo convenció del todo. Sabía que algo más debía estar afectándote, pero no quería presionarte.

"Es importante que te cuides," dijo finalmente, con una leve preocupación en la voz. "No te exijas demasiado si no estás descansando bien. El cuerpo necesita recuperarse."

Tú, aún queriendo ocultar la verdadera razón de tu cansancio, asintiste rápidamente. "Lo sé, lo sé. Solo fue una mala noche, nada más."

Lo que no le dijiste era que habías estado hasta altas horas de la madrugada hablando con Mateo, el chico de la cafetería. La conversación había fluido tan bien que perdiste la noción del tiempo. Sin embargo, no querías que Konig supiera eso. Era tu superior, y además... había algo en su presencia que te hacía querer mantener ciertos aspectos de tu vida privada fuera de su conocimiento.

Konig, aunque aceptó tu respuesta, no podía evitar seguir observándote con cautela. "Si necesitas una pausa, dímelo. No tienes que empujar tu cuerpo si no está en condiciones."

A pesar de su tono profesional, podías notar la ligera preocupación detrás de sus palabras, un cuidado que no se veía a menudo en su rígida postura militar. Aunque él intentaba mantener la distancia de "superior y recluta", había momentos como este donde su lado más humano se asomaba, y en ese instante, solo quería asegurarse de que estuvieras bien.

"Gracias, coronel," dijiste, sonriendo un poco. "Solo necesito terminar la rutina, luego me recuperaré."

Konig asintió lentamente, pero se quedó un momento más a tu lado, observándote antes de regresar a su posición. Mientras te alejabas para continuar, no pudo evitar sentir que había más detrás de tu agotamiento, pero decidió no presionar más por ahora. Te dejaría espacio, aunque seguiría atento a cómo te desenvolvías.

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Horas después del entrenamiento, Konig no podía sacarte de su mente. Aunque habías insistido en que todo estaba bien, algo no cuadraba. Tu agotamiento era demasiado evidente, y aunque él trataba de ser profesional y no entrometerse en tu vida personal, su preocupación lo empujaba a actuar.

En el Fuego de la Batalla [König x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora