Durante el primer mes en la casa de campo, Penelope experimentó una paz que no había sentido desde hacía mucho tiempo. La tranquilidad del entorno, la lejanía de los recuerdos confusos y la ausencia de Colin en su vida diaria le habían permitido empezar a reconstruirse, a reencontrarse consigo misma. Sus días eran sencillos, llenos de paseos al aire libre, lecturas en el jardín y la compañía de los criados que la conocían desde siempre. Por primera vez desde el accidente, empezaba a sonreír de nuevo, sintiéndose cada día más radiante y ligera.
Mientras tanto, Colin, quien al principio había intentado mantenerse fuerte y aceptar la distancia, sucumbió de nuevo a las noches de alcohol encerrado en su cuarto, en una espiral de autodestrucción y culpa, alejando la posibilidad de rememorar lo que habían compartido. Una mañana con algo de lucidez, en su desesperación por recordar los momentos felices entre ellos, comenzó a leer las cartas que Penelope le había enviado durante sus viajes por Europa. Esas cartas estaban llenas de cariño, de confianza y de un afecto que Penelope nunca había ocultado, palabras que parecían cobrar un nuevo significado ahora que él comprendía la profundidad de sus sentimientos.
Fue entonces cuando tuvo una idea: ¿y si compartía esas cartas con ella? Tal vez, al leer las palabras que ella misma había escrito, podría recordar los sentimientos que alguna vez la habían unido a él, o al menos comenzar a verlo con menos temor y más familiaridad.
Con el corazón latiendo con una mezcla de esperanza y ansiedad, eligió una de las cartas que Penelope le había enviado cuando él estaba en Roma, una en la que le hablaba de los mercados que solían visitar, donde de forma sutil le decía que le echaba de menos mientras compraba su caramelo favorito para su vuelta. Guardó la carta en un sobre, con una breve nota suya en la que escribía:
Querida señorita Featherington,
Espero que esta carta le traiga un poco de la alegría que usted misma me brindó en el pasado. Este es un fragmento de sus propias palabras, escritas hace algún tiempo, cuando yo viajaba por Europa. Sé que nuestros recuerdos juntos están difusos, pero espero que leer esta carta le ayude a comprender cuánto significaba para mí su amistad y su confianza.
Atentamente,
Colin BridgertonColocó la carta en el sobre y se aseguró de que fuera enviada a la casa de campo Featherington. Aunque sabía que el gesto era arriesgado, confiaba en que las palabras de Penelope, las que ella misma le había escrito con tanto cariño, pudieran ayudarla a recordar lo que habían compartido y, tal vez, le dieran una razón para verlo bajo una nueva luz.
Mientras el sobre partía hacia el campo, Colin aguardaba con el corazón en un hilo, con la esperanza de que aquel gesto pudiera abrir una puerta que ella misma había cerrado sin darse cuenta.
Cuando Penelope recibió la primera carta, una mezcla de curiosidad y confusión la invadió. El remitente era Colin, y aunque no la abrió, su presencia le resultó desconcertante. Había estado disfrutando de su tiempo lejos de la ciudad, de la paz que la distancia de los Bridgerton y, especialmente, de Colin le había proporcionado. No quería romper esa tranquilidad que había logrado al volver a su rutina, al respirar el aire fresco del campo y al redescubrirse lejos de la confusión y el miedo que su presencia le provocaba.
Así que, en lugar de abrir la carta, la guardó en un cajón de su escritorio, diciéndose a sí misma que no necesitaba enfrentarse a lo que pudiera contener. Sin embargo, al día siguiente, llegó una segunda carta, y luego otra, y otra más. Cada mañana, una nueva misiva llegaba desde la ciudad, escrita con la misma dedicación y paciencia.
Aunque al principio intentó ignorarlas, las cartas comenzaron a acumularse, y Penelope, lejos de desecharlas, decidió almacenarlas cuidadosamente. Una parte de ella se resistía a leerlas, temiendo que cada palabra la acercara a recuerdos dolorosos y a sentimientos que no estaba lista para enfrentar. Sin embargo, la otra parte, la que había sido amiga de Colin y había confiado en él en algún momento de su vida, no podía simplemente tirarlas.
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El accidente que me olvidó
FanfictionFanfic Polin con Romance y Drama en el que los dos protagonistas, Colin y Penelope, buscan la mejor versión de si mismos tras un evento trágico. La historia tendrá drama pero también habrá amor, deseo, complicidad, momentos cómicos y tambien sensibl...