El accidente que me olvidó

Capítulo 9: Paseo Bridgerton ❤️

A la mañana siguiente, envuelta en un mar de dudas y con la necesidad de encontrar claridad, Penelope redactó una nota para Colin, solicitándole un paseo por el parque con la familia Bridgerton. Sabía que, al estar con ellos, disfrutaría de la libertad y el espacio que necesitaba para ordenar sus pensamientos, sin la presión constante de su madre sobre la búsqueda de un esposo.

La nota fue enviada, y, mientras esperaba su respuesta, Penelope sintió una mezcla de nervios y esperanza. El paseo en el parque con los Bridgerton podría brindarle la oportunidad de conocer a Colin desde una perspectiva más relajada y cercana, y, al mismo tiempo, quizás ayudarla a aclarar los sentimientos y recuerdos que aún la envolvían en misterio.

La familia Bridgerton llegó a la residencia Featherington en pleno para recoger a Penelope, y, al verla, la rodearon con el afecto cálido y familiar que siempre había sentido de su parte. Eloise, con una gran sonrisa, fue la primera en abrazarla, seguida de los demás hermanos, cada uno saludándola con alegría y cariño, como si la recibieran de vuelta en el núcleo familiar.

Cuando llegó el turno de Colin, ambos se miraron y compartieron una sonrisa discreta. Sabían que debían guardar las apariencias, así que, en lugar del abrazo que quizás ambos deseaban, Penelope le ofreció una leve reverencia, y él respondió con una inclinación cortés, aunque sus ojos reflejaban una complicidad que hablaba más que cualquier gesto.

Pronto, todos se pusieron en marcha hacia el parque, conversando animadamente y disfrutando de la mañana calurosa. Penelope se sintió en paz al estar rodeada de los Bridgerton, sin la presión que habitualmente la acompañaba en los eventos sociales.

Mientras caminaban por el parque, Penelope, sin pensarlo mucho, enganchó su brazo en el de Colin, disfrutando de la calidez y la seguridad que su presencia le ofrecía. Colin, sorprendido pero encantado, se relajó y correspondió el gesto, ajustando su paso al de ella. La familia Bridgerton, con una complicidad tranquila, se fue adelantando poco a poco, dejándoles el espacio que sabían ambos necesitaban.

Era una libertad que Penelope no habría podido disfrutar si su madre estuviera presente, siempre pendiente de la mejor oportunidad para asegurar un matrimonio adecuado para su hija. En cambio, aquí, con los Bridgerton, se sentía libre de ser ella misma, de explorar sus sentimientos y dudas con Colin a su lado, sin la presión constante de las expectativas sociales.

Caminaron en silencio por un momento, hasta que Penelope lo miró y, con una sonrisa suave, le dijo:

—Gracias por venir hoy... y por darme este espacio. Contigo y tu familia, es fácil respirar.

Colin la miró con ternura, respondiendo en voz baja:

—Siempre que necesites ese espacio, Pen... estaré aquí.

Penelope apretó con más fuerza el brazo de Colin y, con un gesto delicado, lo hizo inclinar un poco la cabeza hacia ella. Su voz bajó a un susurro, como si temiera que alguien más pudiera oírla.

—Colin... tengo otra pregunta para ti —dijo, titubeando, mientras una leve sonrisa nerviosa se asomaba en sus labios—. Pero... me da vergüenza preguntar.

Colin, intrigado y ligeramente divertido, le lanzó una mirada curiosa.

—Pregunta lo que quieras, Pen. Prometí ser completamente honesto contigo.

Ella tomó aire, reuniendo el valor necesario, y finalmente soltó la pregunta que la había estado rondando desde que despertó aquella mañana.

—He soñado que dormías a mi lado... con tu brazo agarrándome por la cintura. —Hizo una pausa, mirándolo con los ojos entrecerrados por la confusión y la vergüenza—. ¿Es realidad... o solo un sueño?