El accidente que me olvidó

Capítulo 35: Siempre es para siempre ❤️❤️❤️(FINAL)

Los siguientes cuatro años fueron un período de inmensa felicidad para Colin y Penelope. Su hogar se llenó de risas, amor y creatividad, mientras ambos perseguían sus pasiones y disfrutaban de su creciente familia.

Los diarios de viaje de Colin sobre Grecia, Italia, París y Malta se convirtieron en un fenómeno mundial. Traducidos a varios idiomas, circularon por todo el mundo, inspirando a lectores de diferentes culturas a soñar con aventuras y explorar horizontes lejanos. Colin recibía cartas de admiradores desde lugares tan lejanos como América y Asia, agradeciéndole por sus relatos que no solo hablaban de paisajes, sino también de la emoción de vivir plenamente.

—¿Te das cuenta de que ahora eres más famoso que muchos nobles? —bromeaba Penelope mientras lo veía firmar una pila de libros una tarde en su estudio.

Colin la miraba con una sonrisa, siempre agradecido por su humor.

—Eso podría ser cierto, pero mi mayor fan siempre serás tú —respondía, inclinándose para darle un beso en la frente.

Mientras tanto, la novela de Penelope "De Wallflower a Rosa Roja", que contaba su historia de amor con Colin, su accidente y la superación de los desafíos que enfrentaron juntos, se convirtió en un éxito rotundo. Las críticas la aclamaban como una obra revolucionaria mientras alababan su sinceridad, profundidad emocional y la manera en que capturaba la belleza de amar y ser amado. La novela se convirtió en un fenómeno literario. Su narrativa sincera y emotiva conectó con miles de lectores, especialmente mujeres, que se veían reflejadas en su valentía y resiliencia.

—Tu pluma tiene una magia que las mías no pueden igualar —le dijo Colin un día mientras hojeaba su libro—. Yo solo describo lugares; tú tocas corazones.

Penelope, sonrojada pero radiante, lo miraba con gratitud.

—Es porque tengo al mejor compañero de aventuras como inspiración.

La familia también se consolidó en esos años. Agatha, Jane y Edmund llenaban la casa de alegría con sus risas y travesuras. Penelope y Colin se turnaban para leerles historias por la noche, muchas veces relatos de los diarios de Colin o pasajes de las novelas de Penelope. Ambos se deleitaban en ver cómo sus hijos compartían su amor por las palabras y las aventuras.

Juntos, Colin y Penelope vivieron cada día con gratitud y amor, apoyándose mutuamente en sus logros y construyendo una vida llena de recuerdos imborrables. Sabían que sus historias, tanto en los libros como en la vida, eran únicas, y se sentían bendecidos de poder compartirlas con el mundo y, más importante aún, con el otro.

Cuatro años después de la llegada de los gemelos, Colin y Penelope celebraron con alegría la llegada de su cuarto hijo, Thomas. La casa Bridgerton-Featherington, ya llena de risas y travesuras, se iluminó aún más con la llegada del nuevo miembro de la familia. Thomas, con los rizos indomables de Colin y los ojos cálidos de Penelope, conquistó rápidamente el corazón de todos.

Agatha, ya una niña curiosa y cariñosa, se encargaba de "ayudar" con su nuevo hermanito, mientras Jane y Edmund, no tan mayores, se turnaban para inventar canciones y juegos para entretenerlo. Colin y Penelope miraban a su creciente familia con corazones llenos de amor y gratitud.

—Es como un pequeño ejército, Pen —bromeó Colin una noche mientras acunaba a Thomas, quien se dormía entre sus brazos—. Creo que estamos criando a la generación más traviesa y encantadora de Bridgertons.

Penelope rio suavemente, recostándose contra él mientras observaba a su hijo menor dormirse.

—Sí, y no podría estar más feliz. Aunque a veces creo que deberíamos poner límites a cuántos más llegan...