Capítulo 30: Vuelta y nuevo borrador ❤️🔥

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Los días en Malta transcurrieron llenos de risas, juegos y los pequeños pero maravillosos descubrimientos de la pequeña Agatha. Su risa suave llenaba la casa, mientras Colin y Penelope se deleitaban en cada momento, desde sus primeros intentos de sentarse sola hasta las expresiones curiosas con las que exploraba el mundo a su alrededor.

Sin embargo, a medida que Agatha cumplió seis meses, Colin y Penelope comenzaron a hablar sobre el futuro. Aunque Malta les había brindado paz y felicidad, sentían que era hora de regresar a Londres, al hogar donde la familia Bridgerton y Featherington esperaba con ansias conocer mejor a la pequeña.

Una mañana, mientras Agatha jugaba con un sonajero en el regazo de Penelope, Colin se acercó con una sonrisa.

—¿Sabes, Pen? Creo que nuestra aventura maltesa está llegando a su fin. Es momento de volver a Londres.

Penelope lo miró, acariciando suavemente la cabeza de Agatha mientras pensaba en sus palabras.

—Tienes razón, Colin. Malta siempre será un lugar especial para nosotros, pero es hora de que Agatha conozca a su familia, a sus abuelos y a todos los Bridgerton. Estoy segura de que tu madre ya debe estar organizando una fiesta de bienvenida sin que lo sepamos.

Colin rio, sentándose a su lado y tocando la nariz de su hija, quien respondió con una risa contagiosa.

—No lo dudo ni por un segundo. Y estoy seguro de que Eloise no puede esperar para enseñarle a Agatha todo sobre libros y aventuras. Aunque... —hizo una pausa, fingiendo una expresión seria—, creo que Anthony será quien le hable de reglas y responsabilidad.

Penelope rio suavemente, apoyando la cabeza en el hombro de Colin.

—Pobre Agatha, rodeada de tantos tíos y tías con personalidades tan distintas. Pero eso es lo hermoso de tu familia, Colin. Todos aportan algo especial.

Colin asintió, mirando a su esposa y a su hija con una sonrisa llena de amor.

—Y eso incluye a ti, Pen. Tú eres el corazón de todo esto, la razón por la que nuestra pequeña familia existe. No importa dónde estemos, contigo y con Agatha, siempre estaré en casa.

Penelope sintió un nudo en la garganta ante sus palabras, pero logró sonreír mientras lo besaba suavemente.

—Entonces es hora de preparar las maletas. Londres nos espera, y estoy segura de que será otra aventura maravillosa, llena de nuevos recuerdos para los tres.

Ambos pasaron los días siguientes organizando el regreso, despidiéndose con cariño de los amigos que habían hecho en Malta y prometiendo regresar algún día. Cuando finalmente llegó el día de partir, Colin y Penelope se aseguraron de que todo estuviera listo para Agatha, desde su manta favorita hasta el pequeño sonajero que siempre llevaba consigo.

Mientras el barco zarpaba hacia Inglaterra, Colin tomó la mano de Penelope y miró a Agatha, quien observaba con curiosidad las olas que se formaban a su alrededor.

—Londres nos espera, pequeña —dijo Colin con una sonrisa—. Y no puedo esperar para ver lo que nos depara el próximo capítulo de nuestra historia.

Penelope asintió, apoyándose en él mientras miraban juntos el horizonte, sabiendo que, dondequiera que fueran, el amor que los unía siempre sería su hogar.

El barco llegó al puerto de Londres en una hermosa mañana soleada. Penelope, con Agatha en brazos, observaba desde la cubierta cómo el puerto se llenaba de actividad. A medida que el barco se acercaba, los colores familiares de las familias Bridgerton y Featherington comenzaron a destacarse entre la multitud.

Colin, de pie junto a ellas, sonrió ampliamente al ver las figuras conocidas de su madre, sus hermanos, y, sorprendentemente, Portia Featherington, quien agitaba un pañuelo con entusiasmo. La emoción en el aire era palpable.

El accidente que me olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora