Capítulo 13: La familia elegida ❤️

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-Para hacerlo lo más fácil posible- dice Colin, con una sonrisa pícara, -creo que deberíamos entrar ahora. Mi madre nos espera a todos para comer hoy. Lo mejor será que entremos de la mano y pida que pongan un cubierto junto a mí... para mi futura esposa, que sorprendentemente me ha dado el 'sí' dos veces.

Penelope ríe, imaginando la escena. -Así que dos 'sí', ¿eh? Creo que tu familia se quedará sin palabras.

-Espero que no- responde Colin, guiñándole un ojo. -Aunque estoy seguro de que alguna broma habrá. Pero si logramos que mi madre se emocione tanto como creo que lo hará, cualquier comentario que mis hermanos tengan preparado será opacado.

Penelope se toma un momento para disfrutar de la idea. -Entonces, Señor Bridgerton, estamos listos para hacer nuestra gran entrada y ver cómo reacciona toda la familia.

Mientras caminaban hacia la entrada, Penelope se detuvo un momento, mirando a Colin con una mezcla de picardía y ternura en su mirada. Sin soltar su mano, lo miró fijamente y, con una sonrisa que iluminaba su rostro, dijo:

-Llevas dos "síes" y aún te queda el tercero el día de la boda.

Sus palabras estaban cargadas de un tono ligero, pero también de una profunda sinceridad. Antes de que Colin pudiera responder, Penelope hizo algo que lo dejó sin aliento. Con un gesto lleno de cariño, reposó su barbilla suavemente sobre el brazo de Colin, como si quisiera estar más cerca de él, y luego, con delicadeza, besó su brazo.

-Cada "sí" tuyo vale más que cualquier cosa en este mundo, Penelope -dijo, su voz baja pero cargada de emoción mientras sus ojos buscaban los de ella-. Y te aseguro que haré todo lo posible para merecer ese tercer "sí."

Penelope, con un destello de travesura en sus ojos y una sonrisa más amplia, levantó ligeramente la barbilla para mirarlo a los ojos. Sin soltar su brazo, dejó escapar un comentario juguetón que rompió la tensión con un toque de humor:

-Y si tu brazo es lo que imagino debajo de tu chaqueta, te vas a llevar muchos más "síes" -dijo, acompañando sus palabras con una risa que resonó en el aire.

Colin parpadeó, sorprendido por el comentario tan descarado, pero no tardó en unirse a sus risas. El rubor subió a sus mejillas, aunque sus ojos brillaban con una mezcla de orgullo y diversión.

-¿Así que mis brazos son lo que podría convencerte? -respondió con una sonrisa traviesa, flexionando el brazo ligeramente como si quisiera presumir, mientras su tono adquiría un matiz juguetón-. Tendré que asegurarme de mantenerlos a la altura de tus expectativas, futura señora Bridgerton.

Penelope soltó una carcajada, completamente encantada con la forma en que Colin respondía a su humor. Su risa era contagiosa, y el momento, aunque ligero, reforzaba la conexión entre ambos, como si cada palabra y gesto creara un vínculo aún más profundo.

-Bueno, ya veremos si cumples con esas expectativas, señor Bridgerton -dijo Penelope, guiñándole un ojo antes de entrelazar su brazo con el de Colin para seguir caminando juntos hacia la puerta. El momento, aunque breve, fue tan íntimo y lleno de amor que parecía encapsular todo lo que significaban el uno para el otro. Con sus manos aún entrelazadas, continuaron su camino, sabiendo que ese día sería solo el principio de todo lo que construirían juntos.

Colin se detuvo frente a la gran puerta de la casa Bridgerton, su mano descansando sobre el pomo mientras miraba a Penelope. Sus ojos se encontraron, y él sonrió con una mezcla de nerviosismo y emoción. Había un brillo en su mirada, como si el momento que estaban a punto de compartir fuera uno de los más importantes de su vida.

-¿Lista para entrar?- pregunta Colin, mirándola con una mezcla de emoción y ternura.

-Por supuesto- responde Penelope, apretando su mano en señal de apoyo y confianza.

El accidente que me olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora