Amanece el día de la boda, y la casa Featherington está llena de movimiento. Sirvientes y familiares van de un lado a otro, ultimando detalles, revisando cada rincón y asegurándose de que todo esté perfecto para la gran celebración. La emoción es palpable en el aire, y los murmullos y risas nerviosas llenan cada espacio.
Pero Penelope, en medio de toda esa revolución, se siente en paz. Despierta temprano, con una sonrisa tranquila en su rostro, y decide que este día, tan especial y esperado, merece comenzar con un momento solo para ella. Sin prisa y disfrutando de la calma, se dirige a la sala de baño y ve como esta preparada una bañera llena de agua tibia, con sales aromáticas y pétalos de flores, creando un pequeño santuario de relajación.
Mientras se sumerge en el agua, cierra los ojos y deja que la calidez la envuelva. Inhala el suave aroma de las sales, sintiendo cómo se disipan sus pensamientos y se calma cualquier posible nerviosismo. En este momento, se permite simplemente ser, sin más expectativas ni preocupaciones. Hoy será un día largo, lleno de emociones intensas y momentos inolvidables, pero por ahora, en la paz de este baño, se permite disfrutar de la tranquilidad de saber que está a punto de casarse con el amor de su vida.
Recuerda la conversación de la noche anterior con Colin y sonríe al pensar en la vida que comenzarán juntos. Cada detalle, cada palabra compartida, se convierte en una afirmación de que este es el camino correcto. Con ese pensamiento, siente cómo su corazón se llena de calidez y alegría.
Después de un rato, finalmente decide salir del baño, sintiéndose renovada y llena de energía para lo que está por venir. Hoy será un día que recordará para siempre, y, mientras comienza a prepararse, sabe que cada momento será un reflejo del amor que ha compartido con Colin y de la vida maravillosa que los espera juntos.
Penelope se sienta frente al espejo, vestida apenas con un corsé y las enaguas, mientras Rae, su doncella, comienza a trabajar en su cabello con esmero. Con destreza y cuidado, Rae crea unas ondas suaves que caen con elegancia, recogiendo los laterales con dos delicadas peinetas doradas adornadas con pequeñas perlas, que relucen a la luz de la mañana.
El maquillaje de Penelope es perfecto, resaltando su piel de porcelana y dando un toque de rubor rosado a sus mejillas, que hace que su rostro luzca aún más radiante. Sus ojos, amplios y deslumbrantes, parecen brillar con un nuevo resplandor, llenos de ilusión y amor. Con cada detalle que Rae termina, Penelope siente que algo mágico sucede frente a sus ojos. Es como si el reflejo en el espejo mostrara una versión de sí misma que ella apenas podía imaginar, una visión que parece haber cobrado vida gracias a la devoción de Colin.
Se observa en el espejo y, por primera vez, realmente se ve a sí misma como él la ha descrito tantas veces: hermosa, segura y llena de una energía que no solo es reflejo de su belleza exterior, sino del amor y la felicidad que siente en su interior. La idea de que Colin la verá así, tan radiante y lista para unir sus vidas, hace que sus labios se curven en una sonrisa sincera y serena.
—Hoy, me siento realmente yo... y realmente bella— susurra, casi como si sus palabras fueran solo para ella misma. Rae, al escucharla, sonríe con satisfacción. —Mi señora, siempre ha sido bella, pero hoy... hoy está radiante. Se nota el amor en sus ojos.
Penelope respira profundamente, sintiendo que el momento se acerca. Hoy se ve a través de los ojos de Colin, y ese reflejo la llena de una paz y felicidad que nunca antes había sentido. Sabe que, al caminar por el pasillo hacia él, estará mostrando no solo su apariencia, sino su verdadero ser, el que él ha ayudado a descubrir y aceptar.
De pronto, Penelope siente cómo sus mejillas se tiñen de un rubor intenso al pensar en algo que hasta ahora no había considerado: esta noche, Colin la verá a solas, tal y como está ahora, apenas cubierta por el corsé y las enaguas. La idea de estar tan vulnerable y cercana a él de esa manera le hace estremecerse de anticipación y nerviosismo. Sin embargo, es una sensación que también la llena de emoción y un toque de expectativa.
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El accidente que me olvidó
FanfictionFanfic Polin con Romance y Drama en el que los dos protagonistas, Colin y Penelope, buscan la mejor versión de si mismos tras un evento trágico. La historia tendrá drama pero también habrá amor, deseo, complicidad, momentos cómicos y tambien sensibl...