.-We Might As Well Be Strangers-.

Un paso más.

-.Capítulo 73-.

No le quedó más remedio que acostarse con las manos sobre su nuca reposando en la almohada mirando al techo, otra noche había pasado sin que se repitiera esa experiencia y comenzaba a sentirse ansioso o deprimido de pensar que tal vez jamás volverían a tener sexo. Disolvió esos pensamientos para levantarse de la cama y cambiarse de ropa para dormir a su lado, tal vez no podía tenerlo de esa forma pero si podía apreciar como dormía o sentir el calor de cuerpo junto a él si lo abrazaba de la cintura como hacían las parejas que ya vivían juntas; al hacerlo cerró sus ojos totalmente regocijado esperando que mañana pudieran retomarlo.

El americano suspiró hondamente mientras bostezaba y acomodó su cabeza en la suavidad del pecho del sueco aferrándose a un costado de su torso cuando... ¡¿Cómo diablos había terminado así?! Se preguntó al incorporarse con rapidez mirándolo plácidamente dormido, de inmediato levantó la sábana encontrando de que ambos tenían ropa y confirmando que no le dolía el trasero por lo que no había pasado nada la noche anterior, se acarició la sien totalmente tranquilo de que no hubieran tenido ningún contacto físico más que este cuando el otro abrió los ojos lentamente mostrando el azul de ellos, de inmediato sonrió al verlo frente a él.

-Buenos días –murmuró para llevar una mano al rostro del otro y acariciar su mejilla con la intención de acomodar un mechón de su cabello justo atrás de su oreja izquierda.

-Buen día –le respondió sin expresión.

-¿Qué harás hoy? –eso lo dejo confundido, ¿de qué rayos estaba hablando? –Ayer te invité a salir y en medio de mi recompensa te quedaste dormido así que espero con ansias por saber qué harás hoy.

-¿Recompensa?, ¿Cómo cuál? –alzó su ceja izquierda sospechando y rebobinando en lo sucedido anoche pero no recordaba.

-Tú sabes... -añadió tras incorporarse poniéndose a su altura, lo tomó de la barbilla para acortar el espacio entre ellos- me gustaría que hicieras magia con tu boca otra vez –escucharlo decir eso provocó que abriera los ojos como platos dilatando su pupila al recordar la sesión oral que le había dado, como respuesta obtuvo un gran golpe en la cabeza.

-¡Eres un completo imbécil! –Se levantó de la cama dejándolo sufriendo por el dolor del golpe- iré a darme un baño así que no te acerques –le lanzó una mirada penetrante para cerrar la puerta atrás de él sin escuchar plegarias.

Cuando salió del baño el otro ya no estaba y la cama estaba recién hecha, aprovechó para cambiarse de ropa y mientras lo hacía escuchó el timbre de la casa lo cual no le prestó atención, terminó de arreglarse y salió hacia el pasillo.

-Pewds ¿Tienes algo para la resaca? El baño no ayudó mucho –iba cabizbajo pero al decir la última frase levantando su mirada se encontró con dos rostros no familiares pero que tenían cierta similitud con el sueco que estaba de pie en el lado derecho. -¿Qué demonios... -no pudo concluir la frase al sentir tres miradas posándose en él sintiendo presión y nerviosismo.

-Uh... Ryan –al escucharlo titubear y musitar su nombre real sabía que era malo- te presento a mis papás. –concluyó tratando de sonreír aunque no podía hacerlo, estaba seguro que el castaño lo mataría por esta visita pero no había sido su culpa. –Él es mi padre Ulf y mi mamá Johanna –los señaló cordialmente pero el otro seguía con una expresión atónita.

-¿Hola? –dijo como en forma de pregunta porque estaba seguro de que no le entenderían, las dos personas mayores no dijeron nada sino que se mantuvieron un poco sorprendidos por lo que pasaba.

-Vi är tillbaka i en andra –musitó el sueco para luego acercarse al americano y tomarlo de los hombros encaminándolo de regreso a la habitación, justo cuando cerró la puerta todo comenzó.