No me voy a rendir.

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-.Capítulo 31.-

Casi a regañadientes, Félix se levantó del lugar para acercarse hacia ellos después de haberse quitado la chamarra negra para dejar su playera blanca, pero sin llegar al extremo del que había dicho Ree; al acercarse un poco a la orilla vio como la morena pasaba sus pies por las olas que golpeaban contra la arena mientras que Cry se remangaban su pantalón de mezclilla para no mojarse, él no se había quitado nada de prendas.

-Lo divertido es mojarse Cry, no seas idiota –le gritó Félix tras ya estar cerca de la chica y aprovechó para aventarle agua a su torso

-¡No Félix! –le dijo pero hizo lo mismo, fue cuando comenzó la batalla entre los dos por ver quien había quedado más empapado. Por su parte el castaño sólo pasaba sus pies por la fría agua para divertirse a su manera cuando comenzaron a mojarlo entre los otros dos y ahora fueron los tres quien participaron en ese encuentro con el simple afán de divertirse un poco.

La tarde cayó y con el atardecer a sus espaldas recogieron todas las cosas en el lugar donde habían estado comiendo; esta vez los tres caminaron al mismo paso hacia el auto mientras los hombres cargaban las cosas y a Ree le tocó abrir la puerta del auto.

-No quería que nos mojáramos porque tendré que lavar mi auto y no quería hacerlo –acarició su cien el americano sintiéndose molesto.

-Pues te divertiste así que no te hagas el tonto Cry –le dijo su amiga para subirse al auto.

-Ella tiene razón –musitó Félix para cerrar la cajuela

-Maldita sea –exclamó por último para subirse al auto. Ya estando ahí se pusieron los cinturones de seguridad y fue Pewds quién arrancó el motor para dirigirse al apartamento de la morena, tenía que llegar temprano a casa.

-Lamento tener que desviarlos pero es importante que llegue a tiempo a casa, nos vemos luego ¿sí? –Félix asintió y se despidió con un beso en la mejilla

-Cuídate y gracias por lo de hoy –le reiteró y ella sonrió, le dio un beso a Cry.

-Te quiero –acotó por último y salió del auto.

Los chicos se regresaron al hotel con la música de fondo y sin decir nada más, justo cuando estaban a cuadras del hotel el sueco acotó.

-¿Qué tenía que hacer Ree? –pregunto curioso sin despegar la mirada del camino

-Tiene que terminar unas cosas de la universidad y hablar con sus padres, así que tiene que estar justo a esa hora porque se molestan –suspiró hondamente –es un poco complicado, tiene que ser ella la que te cuente bien todo lo que pasa.

-Hmmm ok –respondió Félix y se estacionó frente al gran hotel. Salieron del auto para sacar las cosas que pertenecían al equipaje del sueco.

-Entonces nos vemos mañana –añadió Cry, ciertamente se sentía nervioso de estar a su lado sin la compañía de su amiga y deseaba que se despidieran lo más pronto posible.

-Sí, nos vemos mañana –rectificó y el castaño pudo exhalar para bajar su mirada sintiéndose relajado, ya era hora de irse a casa- pero necesito que me acompañes al hotel.

-¿Para qué? –sonó algo preocupado y el rubio soltó una ligera risa para darle un golpe en el hombro a Cry.

-Necesito que firmes los papeles de mi instalación, tu hiciste la reservación ¿lo recuerdas? –ante eso el americano se sintió como un idiota- sino me quedaré sin habitación y tendré que vivir contigo o con Ree –nuevamente volvió a reír.

-No Pewds, lo siento... olvide ese detalle pero vamos –le indicó que comenzaran a caminar para acercarse a la recepción del hotel.

Al entrar no había mucha gente, eran las 8 de la noche y la mayoría de las personas que estaban cerca era porque se estaban instalando; se acercaron con la señorita de recepción y comprobaron los datos para que todo quedara registrado a nombre de Félix después de que Cry firmara, de inmediato le dieron la llave de su cuarto de hotel que estaba en el tercer piso.

.-We Might As Well Be Strangers-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora