Epílogo

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Cuando Clint salió de la oficina de la directora y observó la escena que lo estaba esperando se sintió extraño.

Por más de que lo inusual ya había roto su rutina con aquella llamada proveniente de la escuela, era en ese preciso instante que se percibía a sí mismo descolocado, como si lo hubieran quitado de repente de un lugar para ponerlo en otro totalmente distinto.

Dio dos pasos hacía adelante y eso bien podría ser una especie de regresión, de avanzar y por alguna locura de la vida volver al pasado, a un momento de su vida a cuando a él también lo habían llevado a la oficina de la directora por su comportamiento inapropiado, a cuando Harold se había enojado mucho por eso.

Habían detalles que, después de mucho tiempo, ya se habían borrado. Tal vez su mamá también había estado ese día, tal vez la directora les había preguntado si pasaba algo en casa, tal vez Clint había sentido un miedo helado y paralizante.

Continuó caminando despacio, asimilando que en ese regreso al pasado él, ahora, ocupaba otro papel, no era una repetición exacta. Era exacta la circunstancia, sí, pero no era él quien estaba sentado en un banco de madera frente a la puerta de la dirección, tan alto que los pies no le alcanzaban el suelo, con el cuerpo encorvado y encogido, con la cabeza gacha, pareciendo más pequeño de lo que ya era.

La vida a Clint lo había puesto del otro lado, ocupando un papel que nunca había creído que le iba a tocar.

Finalmente lo alcanzó, tomó asiento a su lado y respiró profundo. Se estaba percatando que su propio cuerpo ya había perdido por completo la tensión inicial que la oleada de nervios le dio cuando recibió la llamada aquella mañana.

—Bien, bueno, acabo de hablar con la directora —comenzó a decir, procurando utilizar un tono de voz neutro pero calmo—. Ella me contó lo que pasó pero quisiera que ahora tú me des la versión de los hechos.

Tardó demasiado en responder, tanto que creyó que no iba a hacerlo. Su lenguaje corporal seguía siendo el mismo. Nunca antes se había metido en una situación así y de igual forma Clint podía distinguir cómo se sentía con tan solo verlo.

—Oliver estaba molestando a Alex —murmuró—. Siempre lo molesta, la maestra nunca le dice nada —tenía la voz ahogada y pequeña, con el timbre que siempre le quedaba cuando estaba aguantando las ganas de llorar.

—Eso no es excusa para golpearlo en la nariz.

—Pero esta vez usó una palabra fea, esa que tú me dijiste que nunca la diga, la que empieza con "p" —se había enderezado levemente y sonaba molesto y disgustado. Sobre su regazo, sus manos se habían formado en puños.

Clint nunca lo había visto así, el niño realmente estaba enfadado y con razón. Alex era su mejor amigo y no era la primera vez que se burlaban de él. ¿Por qué les enseñaban a los niños de hoy en día palabras tan ofensivas? ¿Por qué les permitían decirlas?

—Ya veo.

Concretar la reunión que la directora había sugerido ahora le parecía buena idea, ya no podía ver la hora de tener delante suyo a los padres de ese niño para decirles lo que opinaba de ellos. ¿Amenazarlos? No, eso era demasiado. Bueno, dejaría que su mujer hiciera esa parte, ella era la experta.

De repente un par de ojos llorosos se fijaron en él.

—¿Estás enojado, papá? —preguntó. Y lo hizo con algo que al rubio lo destrozó. Lo hizo con temor, con inseguridad.

No, no era un tal vez. Lo podía recordar bien, aquella vez había temido la reacción violenta de Harold, había vivido una pesadilla cuando había regresado a la casa, había tenido un miedo similar al de ese niño, un crío que le recordaba a sí mismo porque, bueno, era su copia exacta (salvo por el pelo ondulado y pelirrojo y los anteojos marrones) y que también tenía siete años. Era pequeño. Y era de las personitas más importantes de su vida. Lo fue desde el primer momento que lo tuvo en sus brazos ni bien nació, con la carita roja, llorando, pesando menos de tres kilos y por eso se había jurado hacer todo lo posible para protegerlo del mismo miedo que a Clint le persiguió desde que tuvo uso de razón.

EL FIN DEL SILENCIO - clintashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora