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martin
le escribo un mensaje a mi chico como cada día a la hora del descanso para ver cómo va pero hoy no me responde
estará liadoa las dos horas me contesta y saco el móvil con discreción para intercambiar un par de mensajes con él
he visto que hoy en el menú de la cafetería había hamburguesa y obviamente voy llevarle una para comer, normalmente me espera con la comida hecha pero hoy me apetece darle una sorpresa y más ahora sabiendo que está agobiadosigo atendiendo a la clase y a la hora de la salida me paso por la cafetería
—pedro un par de hamburguesas porfa, tengo al chaval muerto en el curro –pido divertido–
—como se le echa de menos por aquí, dale recuerdos de mi parte, estáis viviendo juntos no?
—si, en terrassa, luego le digo que se pase un día a verte –sonrio y él entre a la pequeña cocina para prepararlas–espero unos minutos y me despido alegre tras pagar
—agur pedro
—chao guaposalgo a la puerta y al ver que a mi tren le queda un cuarto de hora decido pasar por la tienda de chuches a la que vinimos la primera vez
hace mucho que no le compro lenguas y hoy le quiero mimaral tenerlas, me dirijo hacia la estación, poco después me subo al tren poniéndome los cascos como cada día
el agobio y la ansiedad por suerte cada vez me son menos frecuentes en el transporte público
cuando llego a terrassa, camino hasta casa tranquilo, a penas tengo un par de calles
mi reloj de muñeca marca las 15:45 cuando pongo un pie en nuestro piso
por fin
me extraño al no ver a juanji en el salón, ya debería haber llegado
en ese momento escucho el agua en el baño, se está duchando
sonrío sin querer molestarle y aprovecho para calentar las hamburguesas en el microondas
—hola mi amor –sonrío al verle salir con una toalla enrollada a la cintura poco después–
—hola nenito –me saluda con un pequeño pico agarrado mis caderas —me has pillado en la ducha, he llegado hace nada, no me han soltado hasta las tres
—joder juanji... –acaricio su nuca–
—bueno, ya estamos en casita, ponte cómodo y comemos, te va a encantar lo que he traído –sonrío ya que aún no me ha dado tiempo a poner la mesa–
—vale –besa mi mejilla notablemente cansado y se mete en el cuarto–las paso a un par de platos y abro una bolsa de patatas junto a nuestras bebidas de siempre
—pero martin –me mira haciendo un puchero cuando lo ve–
—son de la cafetería no te emociones –bromeo–
—eres el mejor –se acerca deprisa y besa mi moflete repetidamente– —gracias, con lo muerto que estoy nada podría animarme más
—por eso mismo lo he hecho bonito, y tengo otra sorpresita para después de comer –meneo ligeramente la cabeza–
—te como –deja un rápido beso en mis labios y nos sentamos el uno enfrente del otro en la mesa como cada día–
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𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚
Teen Fictionmartin no esperaba nada nuevo cuando entró en la cafetería de la universidad suponía que ese día transcurriría con normalidad, lo que no se imaginaba era encontrar allí a un chico... ¿cómo definirlo? hipnótico (y bastante borde, para ser sinceros...