𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚

𝐩𝐢𝐧𝐤 𝐚𝐧𝐝 𝐨𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐬𝐤𝐢𝐞𝐬

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juanjo
salgo a mi descanso de media mañana y en la puerta me encuentro a martin

—¿martin, que haces aquí? –le miro impresionado–
—he salido antes de la uni, ha faltado un profesor –sonríe–
—pues que suerte hijo, no faltará mi jefe no –resoplo rodando los ojos–
—te he traído una cosa –saca un bocadillo envuelto en papel de aluminio de su tote bag–
—por favor mi vida –hago un puchero–

—se que siempre llegas a casa con hambre, come bonito, es de jamón –acaricia mi pelo por detrás–
—tengo 15 minutos –le doy el primer mordisco–
—más que de sobra, hoy no hay pitipausa –mueve la cabeza ya que sabe que siempre suelo fumar en este rato–
—no sé yo... –suspiro–

—estoy aquí mi amor, ya sabes lo que tienes que hacer si estás muy agobiado –abre sus brazos–
—abrázame fuerte por favor –me aferro a él y descanso pegado a su cuerpo–

siento como acaricia mi espalda y mis hombros con cariño, sabe lo que necesito

—todo está bien bonito, ¿como va hoy?
—bueno, he estado un rato en cajas y reponiendo lácteos –me separo despacio–
—por lo menos ahí estás fresquito –bromea bajito– —bobo –muerdo mi labio–

—¿me regalas una sonrisita? –pide–
—solo si tú me regalas un beso
—hecho –me besa despacio–
tras separarnos, sonrío como un idiota

le quiero demasiado

sigo con el bocadillo y en ese momento oigo

—¡hey juanjo! –mi compañera laia– —¿estas al descans?
—si, ara entro –hablamos en catalán– —martin laia, una compaña, laia martin... –ella me corta–
—ja... el teu novio
—sembla que si –sonríe mi chico y le da dos besos–

—vaig a comprar una cosa al bazar –se excusa y se aleja de nosotros–
—adeu, encantat –se despide martin amable–
me mira haciendo una mueca con la cara

—le molas mogollon
—sembla que si –imito su frase– —pero sabe perfectamente que estoy contigo
— qué difícil cargar con el peso de tener el novio más guapo del mundo y ser la envidia de media cataluña –toca su hombro como si le doliera–
—eres idiota –me tiro a sus brazos de nuevo–

—te quiero bobico, solo a ti –rozo nuestras narices dándole un beso de esquimal–
—lo sé juanji, te amo –acuna mi cara con sus manos–

de repente escuchamos
—¡JUANJO! MENOS BESITOS Y MÁS TRABAJAR –habla alto mi jefe desde dentro– —se te acabó el descanso majo
—voy –giro la cabeza un segundo– —entro –le pongo los ojos en blanco a martin–
—entra mi amor, en nada acabas, te espero en casita –sonríe tierno–
—señor dame paciencia –rosoplo–

—va mi vida, que si te portas bien luego te doy un premio –toca sutilmente mi culo–
—MARTIN –abro mucho los ojos impresionado–
—tira para dentro idiota –ríe bajito–
le hago una mueca con la cara y me meto en el super de nuevo

será sinvergüenza

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horas después llego a casa y le veo en la cocina

—pero mi vida... –me derrito al verle cocinar–
—ya que he salido antes que tú... –sonríe–

—¿que preparas? –le abrazo por la espalda–
—espaguetis con tomate
—madre... que cocinero tengo –rió bajito–
—no me pidas más –alza las manos– —si no se me pasan es un milagro
—te amo –beso su mejilla muerto de amor y voy a ponerme cómodo a la habitación–