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juanjo
llegamos al coche y le pregunto a donde le apetece ir a comer
—me da igual, a donde tú quieras
—vale, pero si elijo yo pago yo también –le señalo con el dedo índice–
—que si cansino –rueda los ojos y deja caer su cabeza en el respaldo del asiento– —a mi en realidad me la pela donde vayamos, como si quieres comprar bocadillos y nos los comemos en un banco, solo me importa estar contigo –dice haciéndome sonreír como un idiota–—ay joder, me ha salido sin pensar –se tapa la cara avergonzado–
—que no pasa nada bobo, a mi también me importa únicamente pasar tiempo contigo, ni el cómo ni el donde son relevantes –acaricio su rostro y apoyo mi cabeza en su hombro dejando un pequeño beso ahí– —vamos
arranco el coche y me dirijo a una tagliatella que hay por mi zona
charlamos tranquilos y hacemos el tonto poniendo canciones con el bluetooth
—pon a tu vera de lola flores –pido al terminar la última que ha escogido él–
—¿cual es esa? no me suena
—¿enserio? imposible, la tienes que haber escuchado cien por cien, por lo menos el estribillo, a mi me encanta, de verdad, ponla porfa
la pone y empiezo a cantar—a tu vera, siempre a la verita tuya, siempre a la verita tuya, aunque yo de amor me muera –canto lleno de sentimiento–
le echo una fugaz mirada y veo que me observa perplejo
sonrío ligeramente y continúo
—que no mirase tus ojos, que no llamase a tu puerta, que no pisase de noche, las piedras de tu calleja
respiro profundo sintiendo la música y vuelvo al estribillo
—a tu vera, siempre a la verita tuya, siempre a la verita tuya, aunque yo de amor me muera
aparco el coche ya que estamos en la puerta del restaurante y me giro en el asiento para mirarle fijamente
sus ojos siguen pegados a mi a la vez que se gira también para quedar cara a cara, parece realmente sorprendido
—mira qué dicen y dicen, mira que la tarde aquella, mira que se fue y se vino, de su casa a la alameda
antes de cantar la siguiente estrofa agarro sus dos manos apretándolas con fuerza para que sienta mi energía
—ayer, hoy, mañana y siempre, eternamente a tu vera, eternamente a tu vera
asiento con la cabeza cuando acabo esas frases
—a tu vera, siempre a la verita tuya, siempre a la verita tuya, hasta el día en que me muera –alargo la última a lo máximo que mi garganta me permite–¿se la he dedicado?
no lo sé, pero me ha salido así, me siento muy bien ahora mismo y no me arrepiento de nada—wow –es lo único que sale por su boca después de todo lo que he cantado–
—¿te ha gustado? –sonrío aún aferrado a sus manos–
—ha sido increíble juanjo, cantas de maravilla
—tampoco es para tanto, la canción me llega muy hondo, nada más –le resto importancia– —¿vamos? –señalo el local–
—joder con el momentazo a tu vera no me había dado cuenta ni de dónde estábamos, hace años que no voy a la tagliatella –ríe–
bajamos de mi coche y entramos al restaurante—mesa para dos por favor –pido educadamente–
la metre nos acompaña a la planta de arriba y nos da mesa al lado de la ventana
en este piso no hay demasiada gente, mejor, más tranquilidad
—¿que van a querer de beber? –pregunta dispuesta a apuntarlo en una pequeña tablet
—fanta de naranja para mi y coca-cola normal para él —habla martin por los dos–
—perfecto, aquí les dejo un par de cartas para que miren que les gustaría comer
nos las entrega y se retira servicial
—madre mía, no me acordaba de lo pijo que es este sitio, dios –se lleva la mano a la frente riendo–
—un poco, ¿pero te mola la comida de aquí? –lo miro preocupado de no haber acertado–
—si si, me flipa la pasta, yo me voy a pedir unos carbonara, o no, espera, una prosciutto, ay no sé –habla ahora indeciso–
—¿hacemos una cosa? pedimos las dos cosas y compartimos mitad y mitad –propongo– —a mi me encanta lo que has dicho
—pues si, genial, pero la prosciutto solo jamón y queso, que sino no me gusta
—que especialito eres hijo –niego con la cabeza riendo–
—idiota –hace el amago de darme una bofetada de coña–
pocos minutos después nos traen las bebidas y nos toman nota
pedimos y seguimos hablando de chorradas a la espera de que nos lo traigan
—oye, ¿te puedo preguntar una cosa? me quedé con ganas de saberlo la semana pasada –hablo algo nervioso–
—si claro –sonríe tranquilo y apoya sus manos en la mesa–
—no me lo cuentes si no te apetece pero... cuando nos presentamos el jueves, yo te conté que había estado con una chica antes de venirme aquí, ¿tú has tenido pareja alguna vez?
—ah si, estoy con un chico desde hace un año y pico –explica despreocupado–
mi cara se desencaja al instante, creo recordar que me dijo que estaba soltero, ¿me ha mentido?
—¿que? –susurro atónito–
—que es coña gilipollas –suelta una gran carcajada al verme así–
—serás hijo de puta –resoplo llevándome la mano al pecho recobrando el aire– —casi te dejo aquí plantado ahora mismo
acto seguido empezamos a reír sin poder evitarlo—ahora enserio, no, nunca he tenido una relación seria con nadie, he tenido los típicos líos de quedar tres veces con la misma persona, pero no más que eso
—bueno, yo con esa chavala estuve tres meses solo, no duramos mucho, entonces... si has tenido alguna cosa por ahí, ¿te has acostado con alguien? –bajo la voz antes de hacer esa última pregunta–
—si, con tres chicos, mi primera vez fue a los 17, ¿tu?
—pues yo... con unas 15 chicas y 10 chicos –lo miro pícaro– —¿desde los 16 no está mal no?
al escuchar eso se atraganta con el sorbo que le estaba dando a su fanta
—¿con cuantos? –abre los ojos como platos
—te la he devuelto imbecil –niego con la cabeza– en realidad he estado con unas 4 chavalas y solo con 2 tíos
—cabrón, me has dejado loco –suspira moviendo la cabeza– — pues no esta nada mal, me sacas dos años y 3 personas de ventaja
—si, teniendo en cuenta que supe que era bi hace dos años, pues chill –hago una mueca con la cara–— esa es otra, ¿como te diste cuenta que eres bi? mira te cuento lo mío, la verdad es que me parece súper cómico, porque yo a los 15... bien ¿te acuerdas que se viralizó muchísimo un vídeo de oscar casas y su novia begoña bailando en una boda la canción de la rubia de omar montes? –pregunta y yo asiento con la cabeza para que continúe– — pues me di cuenta de que era gay porque mientras todos babeaban por la chavala, yo no podía quitarle los ojos de encima a oscar casas, a ver, tenía sospechas de antes, pero ese fue el punto clave –acaba la anécdota divertido–
—es que madre mía ese hombre por dios, y el vídeo es adictivo –le doy la razón– —pues creo que lo mío fue mucho más normal, un día estaba de fiesta, me lié con uno y de ahí palante –explico moviendo la mano–
—claro que si, la heterosexualidad está sobrevalorada coño –ríe–
—mucho –le apoyo y mientras reímos nos traen la comida–—¿así que nunca has tenido pareja seria eh...? –ladeo mi cabeza alzando las cejas–
—no... hasta ahora
—¿me estás queriendo decir algo?
—¿yo, a ti? que va, ya te gustaría campeón –chasquea la lengua–
entrecierro mucho mis ojos haciendo una mueca con los labios y empiezo a comerme el primer trozo de pizza mientras él va a por los espaguetiscomemos sin parar de tontear con los tenedores y cogiéndonos de las manos constantemente
—que cómodo estoy contigo dios –sonríe realmente feliz–
—es que desde el día uno tío... bueno, el día dos –admito, nuestro primer encuentro fue un poco complicado–
—pensé que eras un borde, pero es que no podía parar de mirarte, me atrapaste, no sé por qué pero mis ojos no se podían apartar de tu persona, nunca antes me había pasado eso –explica gesticulando–
—a mí el primer día me pareciste un rarito de cojones, pero el segundo ya estaba dentrisimo –confieso riendo–
—obvio, soy un bombón, nadie puede resistirse a mi –acaricia su cuerpo haciéndose el chulo–
—será eso... –muerdo mi labio inferior–
acabamos de comer relajados y tras pagar la cuenta salimos y en vez de coger mi coche de nuevo decidimos pasear por los alrededores, hay un parque bastante bonito aquí cerca
al llegar al lugar, caminamos casi sin hablar admirando las preciosas vistas que hay aquí, he venido varias veces porque no vivo demasiado lejos, pero cada vez que vengo veo cosas nuevas
normalmente no le presto mucha atención al entorno pero hoy me centro en pasar un buen rato con martin dejando que las cosas fluyan entre nosotrosnos sentamos en un banco y miramos a nuestro alrededor
en ese momento noto como su mano roza la mía tímidamente
sonrío fijando mis ojos en los suyos y me atrevo a agarrar su mano con fuerza y incluso a entrelazar nuestros dedos viendo como sus mejillas se enrojecen al instante
—¿pero cómo vas a ser tan mono por favor? –poso mi otra mano en su rostro pegando nuestros mofletes
—ay jo, que me he puesto nervioso –habla en un tono demasiado adorable–
—ni que fuera la primera vez que nos damos la mano tonto
—es que no estoy acostumbrado a comportarme así con nadie, pero me gusta, mucho –admite–
—estamos siendo unos moñas de cuidado, pero me gusta, mucho –repito su última frase–
veo que se me empieza a acercar poco a poco y creo que me va a besar, sin embargo, por sorpresa para mi, en lugar de besarme, simplemente se limita a pegarse a mi cuerpo y abrazarme con mucha delicadeza
abrazo el cual, obviamente, le correspondo escondiéndome en su hombro y respirando tranquilo ahí
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𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚
Teen Fictionmartin no esperaba nada nuevo cuando entró en la cafetería de la universidad suponía que ese día transcurriría con normalidad, lo que no se imaginaba era encontrar allí a un chico... ¿cómo definirlo? hipnótico (y bastante borde, para ser sinceros...