𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚

𝐡𝐨𝐠𝐚𝐫

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martin
el miércoles a las 14;45 me paso por la cafetería a despedirme de juanjo

entro y le veo en la barra atendiendo a los alumnos
a esta hora está bastante lleno

nuestros ojos se encuentran por unos instantes y le tiro un pequeño beso, gesto el cual me responde con una ligera sonrisa

me apoyo en una de las mesas esperando a que la cola que hay se acabe

cuando no queda nadie más esperando a ser atendido me acerco rápidamente a la barra

—hola bonito –saluda contento– —hoy estamos a tope
—lo veo mi chico, solo pasaba a despedirme, hoy no te puedo esperar, maría está mala y tengo que ir a estar con ella –hago una mueca con la boca–
—tranquilo bobo, ves a cuidarla, haz de hermano mayor –sonríe acariciando mi mano suavemente–

—luego hablamos amor, te dejo trabajar –digo viendo que se acercan un par de chicos a pedir–
—chao nene –me guiña un ojo y salgo de la cafetería tras saludar a pedro también–

cojo el bus intentando mantener la calma poniéndome música y poco después llego a casa

—¡kaixo! –saludo desde la entrada–
—kaixo martin –habla mi hermana débil–

entro al salón con canela en brazos porque no para de saludarme eufórica y la veo tumbada en el sofá tapada hasta el cuello
me acerco a ella y beso su frente con cuidado, como suponía, tiene fiebre
—¿jan al duzu? –le pregunto si ha comido en euskera–
—un poco de jamón dulce, pero lo vomito todo –susurra con los ojos cerrados–
—voy a hacer sopa, eso te sentará bien –acaricio su brazo suavemente y voy hacia la cocina suspirando–

hago el caldo y lo sirvo en dos cuencos
la aviso y se acerca a la mesa despacio

esta bastante pachucha

comemos en silencio ya que obviamente no le apetece hablar y al terminar lavo la vajilla y nos ponemos una película en el sofá
apoya sus piernas en mi regazo y la tapo ligeramente, no es bueno pero me sabe mal verla tiritar

—¿te quieres tomar algo?
—no tranqui, me lo he tomado poco antes de que llegaras

vemos la película tranquilos y cuando acaba veo que se ha quedado dormida
me levanto del sofá con cuidado de no despertarla y me voy a mi cuarto con canela que juguetea sin parar en mi cama

en ese momento me entra una videollamada de juanjo

—hola cariño –respondo–
—hola mi chico, acabo de comer –está en su salón–
—¿como está maría–
—bueno... bastante flojita la verdad, tiene fiebre pero me ha aguantado la sopa y ahora se ha quedado dormida –explico–
—eso está bien bonito, nada, era para verte la carita un poquito que me voy a acostar un rato, estoy muerto, hoy no he parado ni un segundo –habla cansado yendo hacia su habitación–
—genial juanji, yo ahora creo que saldré con la bicha esta –enfoco a canela que no para de lamerme y mordisquearme la mano–
—hola mi vida –la saluda con la voz aguda–

—te dejo descansar amor, luego hablamos
—más tarde he quedado con lucas –nombra a un chico de su clase– —pero si te apetece cuando lleguen tus padres asi no dejas a maría sola, podemos cenar en algún bar –propone–
—vale –sonrío– mi padre llega a las ocho y media mas o menos
—perfecto, pues vamos hablando nene, me muero por comerte la carita –hace una mueca con la boca–
—eres idiota –tapo mi cara sonrojado–

no importa las veces que me diga este tipo de cosas, siempre consigue ponerme nervioso

—te dejo tontito –me saca la lengua divertido, le encanta picarme–
—hasta luego cariño, te quiero, pero no mucho eh, no te lo creas demasiado –le pico de vuelta–
—tu me caes casi bien –abre los ojos exageradamente y menea ligeramente la cabeza–
—anda cuelga ya idiota, que se te pasa la hora de la siesta –rio bobamente–
—chao mi chico, maite zaitut
—ay –hago un puchero sorprendido–
—maite zaitut juanji
nos tiramos un beso mutuamente y colgamos la videollamada