𝐥𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐬𝐢𝐧 𝐭𝐢 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞

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martin
juanjo y yo nos estamos arreglando, nos ha apetecido ir a cenar a algun restaurante y después saldremos un rato a una discoteca que hay no muy lejos de casa
—¿pero esto que es? –me mira abriendo lod brazos al salir del baño, se estaba duchando–

me he puesto un traje negro que hacia muycho que no usaba, no me suele gustar ir muy arreglado pero creo que la ocasión lo merece
—calla idiota –muevo ligeramente la mano algo avergonzado–
—te como bigotitos –se acerca rapidamente besando mi mejilla unas cuantas veces–

—arreglate que al final se nos hace tarde
—no sé que ponerme, me has dejado el listón altísimo cabrón, yo no tengo trajes
—cualquier camisa bobo –rio negando con la cabeza–

se pone la ropa interior a mi lado en su armario mientes yo me peino como puedo mirandome a un pequeño espejo

—deberias volver a hacerte el mullet –asegura–
—estoy esperando que me crezca el pelo para poder hacermelo –admito y veo como se me pone delante mirando mi revuelto flequillo–

—ven al baño anda que te peino –agarra mi mano y me lleva hasta allí–
coge el secador ya que yo me he duchado justo antes que él y sigo teniendo el pelo humedo
me lo seca con cuidado y saca la plancha para hacerme las pequeñas andas que se hace siempre en el flequillo

—ale, ederra –sonrie llamandome hermoso es euskera, es lo que más se le ha quedado–
—gracias juanji –beso sus labios suavemente– —y ahora que yo he pasado por peluqueria, te toca a ti pasar por vestuario que sigues e calzoncillos –rio–

volvemos hacia su armario y al final optamos por una camiseta de tirantes negra junto a una camisa desatada también negra por encima, no se atreve a llevar unicamente la camisa, los pantalones, elegrantes pero comodos efectivimente también negros
vamos matching total black

—oye... ¿vaya parezaja no? –sube una ceja mirandose al espejo–
—no es por presumir pero vas increible y es gracias a mi –chasqueo la lengua imitando su mueca–
—esta cara ayuda un poco por eso, ¿no crees? –pone morritos estrecerrando sus ojos–

el cabrón es precioso y lo sabe

—quita esa cara o te juro que no salimos a ningun lado –advierto– —¿ah no? y cual es la alternativa –habla picaro acercandose a mi–
—la alternativa es que la ropa que te acabas de poner no te dure ni 10 minutos puesta –sigo el juego porque sé que le va a poner nervioso–
—calla ya –se aleja riendo timido–
lo sabia
—vamos a cenar anda tontito –acaricio su nuca y acabamos saliendo de casa hacia el restaurante que hemos buscado por internet–

andamos charlando tranquilos sin parar de tontear y halagarnos mutuamente

en cuestión de pocos minutos llegamos al local y nos asignan una mesa
miramos la carta, pedimos y tras esperar no demasiado tiempo, traen los platos y empezamos cenar

—en mi vida había cenado con vino blanco –rio cuando me sirve en una copa– —para eso trabajamos bebé
—tu más que yo... –suspiro– —y por lo que he visto en la carta, este sitio es carisimo
—calla ya, nunca hacemos estas cosas y un dia es un dia, nos lo merecemos

—pero hoy no ninguna fecha especial ni nada... –hago una mueca con la cara–
—cualquier momento es especial contigo mi amor –acaricia mi mano encima de la mesa– — no te rayes por la pasta –sonrie–
—te amo –afianzo mucha más nuestro agarre–

seguimos cenando mientras hablamos de temas sin mucha importancia
en ese momento juanjo habla emocionado

—ay nene, hay un espejo ahi, coge la copa, vamos a hacernos una foto para la historia, aprovecha que no hay mucha gente
—juanjo... que verguenza –hago una marca con la cara– —corre
cpgemos las copas y posamos frente al espejo, él hace la foto

𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚Where stories live. Discover now