𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚

𝐭𝐞 𝐫𝐞𝐠𝐚𝐥𝐨 (𝒈𝒊𝒓𝒂𝒔𝒐𝒍𝒆𝒔)

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martin
el viernes tras hacer tiempo con bea cerca de la universidad, a las cuatro y poco voy hacia la puerta donde he quedado con juanjo y efectivamente le veo esperándome
—hola guapo –le saludo con un pico–
—¿qué tal? vamos al coche
—muerto la verdad –admite cansado comenzando a caminar–
—ahora comemos y te relajas mi nene
–acaricio su nuca–

al llegar le noto como nervioso
—juanjo, estas bien que pasa?
—es que te he comprado una cosa pero me da vergüenza –juega con sus manos mirando hacia abajo–
—ay, ¿enserio? dámelo porfa –digo emocionado–
—da demasiado cringe martin
—no digas tonterías, seguro que me encanta, sea lo que sea
—vale, está dentro, cierra los ojos y te lo doy –suspira–
hago lo que me pide y tras escuchar la puerta del coche abrirse y cerrarse noto que agarra mi mano
—coge

agarro algo que no logro identificar y segundos después me indica que puedo abrir los ojos
los abro y veo en mi mano derecha un pequeño ramo de girasoles

—juanjo... –susurro sorprendido–
—ya lo sé, es una ridiculez
—cállate, es precioso –le miro feliz–
—tampoco se si te gustan los girasoles, nunca hemos hablado de esto
—me encantan, me encantan, de verdad, gracias
—que puta vergüenza dios –rasca su nuca– —es la primera vez que hago algo así, me siento rarísimo
—juanjo –agarro su rostro con la mano que tengo libre– —es lo más bonito que me han regalado nunca, son preciosos –miro los girasoles anonadado–
—buf, pues menos mal que te gustan, no sabía cuales coger
—cualquieras hubieran sido maravillosas, mil gracias de verdad, jo –tapo mi rostro empezando a sollozar–

—martin, ¿estas llorando?
—es que es muy bonito
—pero nene –destapa mi cara y me abraza rápidamente–
—te quiero, mucho, gracias
—te quiero más bobo, no me des las gracias, si llego a saber que te iban a hacer tanta ilusión te las regalo antes –sonríe cuando nos separamos ligeramente– —es pequeñito, tampoco quería abusar
son simplemente tres girasoles en un conito de papel marrón
—es perfecto –aseguro aún con los ojos algo húmedos–

él al notarlo agarra mis mejillas con sus dos manos y seca mis lágrimas con sus pulgares
—bonito –deja un pequeño beso en mi frente–
—gracias
—deja de repetir eso, no hay nada que agradecer, te mereces millones de flores, solo quiero hacerte feliz
—te aseguro que me haces el chico más feliz del mundo –resoplo intentando no volver a llorar—
—no eh, no me llores mas o me los llevo –señala los girasoles–
—no lloro más –sonrío– —eres el mejor, grac....
no me deja terminar esa última palabra ya que me corta besándome con dulzura
—calla ya –susurra prácticamente en mis labios
—eres tontisimo –rio posando mi mano izquierda en su nuca pegando nuestras frentes–

—¿entramos? –pregunta segundos después y yo asiento separándome de él para andar hasta el asiento del copiloto–
—wow, es que aún no me lo creo –miro los girasoles muerto de amor– —¿cuando los has comprado?
—antes de que llegaras, he corrido como un loco para llegar a la puerta antes que tú y que nos sospechara, nada, y no es para tanto bobo
—si lo es, a ti te ha costado la vida dármelas y a mi me ha parecido un detalle precioso, encima has corrido para comprarlas después de salir de trabajar, no te voy a repetir la palabra pero eso juanjo, eso muchas veces
—idiota –ríe apartando mi cara–
—vamos a comer anda

empieza a conducir y yo saco mi móvil para grabar una historia
primero enfoco las flores en mi regazo y seguidamente le enfoco a él conduciendo

esta tan guapo ahora mismo

la mano que me queda libre la apoyo en su nuca empezando a acariciarla suavemente
al notarlo, juanjo gira la cabeza y me ve grabándole
saca la lengua y tira un beso al móvil
corto el vídeo, lo subo a la historia y me acerco para dejar un pequeño beso en sus labios