𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚

𝐩𝐚𝐫𝐪𝐮𝐞𝐭 𝐲 𝐛𝐚𝐧̃𝐞𝐫𝐚

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martin
al dia siguente abro los ojos lentamente por la luz que entra por la ventana y noto su brazo rodear mi cintura

sonrio bobamente y me doy la vuelta despacio

sigue dormidito

suspiro feliz de volver a despertar a su lado y acaricio su carita despacio
esta demasiado adorable mientras duerme, es el chico más guapo que he visto en mi vida

le admiro durante un ratito sin querer perderme ninguno de sus detalles y en ese instante noto como suspira algo más fuerte que de normal dandome a entender que se esta despertando

se remueve frunciendo el ceño por la claridad que me ha despertado a mi tambien pero cuando va a girar la carita hablo para recordarle que estoy aqui

—buenos dias bonito
al escucharme le veo abrir los ojos rapidamente
—ay martin –sonrie y se tira a mis brazos–
—hola mi amor, ¿ya no te acordabas de que estoy aqui o que?
—es que estoy tan acostumbrado a dormir solo... –suspira–

—pronto eso cambiará bebé –acaricio su rostro–
—dios si, es que sigo sin creermelo martin
—yo tampoco pero es real nene, en cuanto encontremos algo nos mudamos juntitos –sonrio–

—te amo tanto –hace un puchero–
—no es ni la cuarta parta de lo que te amo yo a ti –aseguro y junto nuestros labios despacio–

—espera perdón –-se separa y se levanta de la cama con prisa– —me meo vivo
corre hasta el baño y rio negando con la cabeza

a penas un minuto después vuelve y se tira a besarme de nuevo, poco a poco noto como se va subiendo encima mio bajando sus besos hasta mi cuello

—gordito... no estamos solos -suspiro intentando mantener el control ya que su familia esta en casa–

sin decir absolutamente nada más, se baja de mi cuerpo y se gira en la cama dandome la espalda

—eh, amor lo siento, sabes que ganas no me faltan pero con tu familia fuera no puedo –suspiro–
—vale –habla seco–
—mi chico... no te cabrees –me pego a él y acaricio su brazo intentando que gire la cabeza–

—no es eso martin –se aparta de mi–
—¿que pasa cariño? –digo preocupado por su actitud–
—no me ha gustado nada como me has llamado –dice aun sin mirarte–
—¿cariño? –frunzo el ceño sin entender absolutamente nada–
—no martin –gira la cabeza rápidamente– —me has llamado gordo

—¿que? –pregunto sorprendido–
—cuando me he puesto encima tuyo
—ay dios –recuerdo haberle llamado gordito mientras me besaba el cuello–
—no mi amor, ha sido un mote como otro cualquiera, ni siquiera era conciente de haberlo dicho
—ya pues ni puta gracia –suelta cabreado–

—juanjo, que me ha salido sin pensar, me estaba volviendo loco con tus besos
—que no, que estoy gordo y te estaba aplastando, dilo claro –habla firme–
—no digas eso, no estas gordo y no me aplastas, sabes que me encanta cuando te tumbas encima mio –aprieto los labios por todas cosas horribles que esta diciendo de si mismo–
—no me mientas en la cara, te ha salido decirme lo que llevas pensando todos estos meses, que soy un gordo de mierda y mi cuerpo da asco –continua machacandose–

—ya vale –le freno– —eso no es verdad, para de hablar asi de ti mismo porque nadie piensa eso juanjo, y yo menos
—pues yo si
—pues no sabes lo que me duele oírte decirte estas mierdas , lo siento si te he hecho sentir asi, pero no pienso nada de lo que estas diciendo, absolutamente nada, eres el chico más increible y atractivo del mundo