𝐚 𝐭𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐚

𝐦𝐚𝐜𝐚𝐫𝐫𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐛𝐨𝐧𝐚𝐫𝐚

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juanjo
el viernes a la hora del descanso me paso por la cafetería a despedirme de pedro, ya lo he hecho de todos mis compañeros y profesores

—hola guapetón, ¿un café como siempre?
— no pedro, paso a despedirme, dejo la carrera–
— no me digas eso juanjo, ¿porque?
— pues porque aparte de que no me motiva y no me gusta estudiar necesito buscar curro pero ya, voy bastante mal de pasta

— ¿y no te va a dar pena no volver? aquí tienes a gente muy guay
— sí, claro que me va a dar pena, lo he pasado fatal despidiéndome de mis compañeros y no ver a martin todos los días va a ser horrible, pero no me queda otra –digo resignado–
— oye, ahora que lo pienso, ¿ti si te da bien la gente?
— a ver, yo soy súper sociable, hablo con todo el mundo –admito–
— ¿y preparar cafés y alguna cosa rápida de comer qué tal?
—bien, me mola bastante cocinar
—pues yo estoy desbordado, creo que la directora estaba buscando a alguien, pero si quieres habla con ella y te vienes aquí conmigo a echarme una mano –propone–

— ¿en serio pedro?
— no sé si tienes algo pensado ya o lo que sea, pero si no aquí haces falta y tú y yo creo que haríamos un buen equipo
— no, no tenía nada, estaba tirando currículums en todos lados pero no tenía nada, pues voy a hablar con la directora, sería increíble estar aquí, no va a ser lo mismo pero podría ver a mi gente que todos los días –hablo emocionado–
— pues eso chavalín, habla con montse a ver si hay suerte
— gracias gracias pedro, mil gracias de verdad
—anda dame un abrazo
sale de la barra y le abrazo con fuerza realmente agradecido

voy al despacho directora y le comento la situación, ella me dice que le envíe mi currículum por correo, que en cuanto pueda que se lo mira y el lunes lo más temprano posible me dará una respuesta

el equipo de esta universidad es increíble

entre despedirme de mis compañeros, de pedro y venir aquí no me ha dado tiempo a ver a martin este rato, pero hemos quedado en ir a mi casa esta tarde

hago las dos clases que me quedan y a las 14:45 le veo en la puerta
—hola mi chico –le abrazo con fuerza–
—jo juanji, es la última vez que coincidimos a la salida –habla triste–
— ya mi amor y es una mierda, pero prometo que te vendré a buscar todos los días que pueda

no le quiero decir nada de lo de la cafetería, por si acaso no acaba siendo posible y si es que si, darle una sorpresa

el camino a mi casa lo pasamos cantando canciones de pablo alborán, nos ha dado por ahí hoy

—pon contigo aprendí –pido–
—esa no me la sé
—entonces escucha mi chico

la melodía lenta de la guitarra suena por los altavoces y empiezo a cantarle

—contigo aprendí
que existen nuevas y mejores emociones
contigo aprendí
a conocer un mundo nuevo de ilusiones
aprendí
que la semana tiene más de siete días
a hacer mayores mis contadas alegrías
y a ser dichoso, yo contigo lo aprendí

no le puedo mirar demasiado ya que estoy conduciendo pero noto sus grandes ojos fijos en mi

—contigo aprendí
a ver la luz del otro lado de la luna
contigo aprendí
que tu presencia no la cambio por ninguna

le miro un instante y agarro su mano con fuerza

—aprendí
que puede un beso ser más dulce y más profundo
que puedo irme mañana mismo de este mundo
las cosas buenas, ya contigo las viví
y contigo aprendí
que yo nací el día en que te conocí