martin no esperaba nada nuevo cuando entró en la cafetería de la universidad
suponía que ese día transcurriría con normalidad, lo que no se imaginaba era encontrar allí a un chico... ¿cómo definirlo?
hipnótico
(y bastante borde, para ser sinceros...
martin a la mañana siguiente salimos a visitar el pueblecito tal y como dijimos —esto es precioso –lo admira feliz– —casi tanto como tu, esta a un par de pequitas de igualarte —¿que pecas? —esta que tienes debajo del ojito, y esta del moflete contrario –las acaricio suavemente– —tu tienes una debajo de este ojo tambien –se fija– —pero me gusta más esta –acaricia mi labio inferior– —-diría que la peca esta un poco más para abajo eh –rio por lo embobado que los mira– —cállate –susurra sonriendo– —me encantas –apoyo mis manos en su pecho– —te amo –agarra mi cintura– juntamos nuestros labios con suavidad y seguimos paseando tranquilos
comemos en un pequeño bar de tapas que me empeño en pagar yo muy a su pesar y tras acabar, salimos hacia barcelona, ha quedado con lucas a las cuatro
—tengo ganas de verle –admite conduciendo– —normal bonito, os tendreis que poner al dia, yo intentaré ir a bilbao algun finde a ver a arrate y las demás –poso mi mano en su pierna relajado–
en ese momento en su playlist de spotify suena una canción que no conozco
—cosas que no te dije, saiko –sonrie– —pf –ruedo los ojos– —es bonita, escucha —solo si me la cantas –hago una mueca con la cara– —eres más listo..., dale voz anda, no se si me la se entera
empieza a cantarla y lo que dice la letra es realmente precioso
—nunca admitiré haber llorado con una cancion de saiko –seco un par de pequeñas lagrimas de mis ojos cuando termina– —bobico –acaricia mi mejilla–
seguimos el trayecto cantando juntos el resto de canciones y aparca cerca de mi portal para cuando terminemos de cenar volver, no ha quedado muy lejos de aqui
—en un rato vengo a cenar bebé, sube con tu familia, tampoco te quiero robar todo el finde –me mira preocupado– —juanji... tranquilo con eso, esta todo bien bonito –acaricio su rostro– —te amo, pasalo bien con lucas nos damos un pequeño beso y subo hasta casa
—¡kaixo! –saludo feliz– —ya esta aqui en encoñado –rie mi hermana desde el salón mientras jugueteo con canela– —envidiosa –chasqueo la lengua– —pues si, y mucho –mueve la cabeza– saludo a mis padres y le doy una colleja a ella —¿qie tal la exposición ayer maitia? –pregunta ama– —bien, estaba cagado pero fue muy bien y en cuanto vi a juanjo me olvidé de ello –admito– —sabiamos que te iria de maravilla semea, ahora ya a descansar que te lo mereces –aita acaricia mi cara– —¿salimos a dar un paseo los cinco? –propone mi madre señalando a canela provocando que ella ladre– —vamos
bajamos de nuevo y maria se aferra a mi brazo —¿que tal? —genial –sonrio– —¿si? —te lo juro, estoy muy enamorado –susurro cohibido, nuestros pares van algunos pasos por detrás–
—joer martin que envidia, yo también quiero —eso no se busca. simplemente sucede –suspiro feliz– —bohemio de los cojones –chasquea la lengua– —yo no me enamoré hasta los 18, ¿quien sabe cuando puede llegar tu momento?
—¿y juanjo no tendrá un hermano menor asi que se parezca a él? —pues... –pienso en javier– —si, pero es muy mayor para ti, te aguantas –rio– —vete a la mierda –empuja mi hombro– reimos y seguimos paseando tranquilos aun agarrados del brazo
un rato más tarde me llega un mensaje de juanjo
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