Capítulo 54

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P.O.V. Ingrid

Ian me llevo a su casa, la verdad no quise hablar mucho sobre lo que paso con él, pero ahí estaba Fátima y en cuanto la vi no pude evitar llorar y querer decirle todo.

-No estoy de su lado ni nada, pero yo digo que deberías de escucharlo.

Dice, acariciando mi cabello, cuando acabo de contarle todo lo que paso.

-¿Por qué?

-Porque Ingrid, ya una vez estuviste a punto de perderlo por no querer escucharlo, tal vez si lo haces te darás cuenta de que no fue tan malo como tu crees o tal vez decidas terminarlo, pero sabrás que hacer, no te sentirás perdida.

Entiendo cada una de sus palabras.

-¿Y si en realidad es algo demasiado malo?- Pregunto con miedo.

-Pues entonces tendrás que tomar una decisión. Ian siempre dice que uno debe buscar su bienestar, aunque eso implique dejar ir a quien amamos.

Es lo último que escucho porque mis ojos comienzan a cerrarse automáticamente, no se si me agotó llorar tanto o si mis ojos están ya tan hinchados que no puedo mantenerlos abiertos, pero los cierro y me quedo completamente dormida.

Al día siguiente.

Salgo de la habitación de Fátima, la cual me dejo bañarme y me presto ropa.

Voy a la cocina y ahí encuentro a Ian que es justo a quien estaba buscando.

-Buenos días- Dice y saca algo del bolsillo de su pantalón.

Es mi teléfono, ni siquiera note que no lo tenia conmigo. Me lo entrega.

-Gracias.

-No hay de que linda.

Escucharlo decirme de esa manera me hace sentir extraña.

Me quedo callada un par de segundos y él se queda esperando a que diga algo, porque claro que el futuro psicólogo ya noto que quiero hacerlo.

-¿Puedes llevarme a un lugar?- Pregunto nerviosa y rápidamente como si las palabras quemaran mi boca.

Me observa un par de segundos y baja la mirada.

-¿Quieres ir con él?

No logro descifrar el tono con el que van cargadas sus palabras, pero se que no es nada positivo.

-Sí- Le confirmo.

Mueve la cabeza de un lado a otro varias veces.

-Por favor- Digo en un susurro.

Vuelve a mirarme a los ojos, inclina la cabeza hacia atrás y termina accediendo.

-Bien yo te llevo, pero solo lo hago porque tu me lo pides. No por él o por lo que sea que esta pasando entre ustedes, lo hago por ti.

Ambos subimos al auto, prendo mi teléfono, que ni siquiera supe cuando lo apague, para mandarle la ubicación del departamento de Kevin a Ian, en cuento lo hago veo muchas llamadas perdidas suyas.

Mis ojos se llenan de lagrimas, pero respiro para evitar derramar alguna frente a Ian porque si lo hago se que ya no querrá llevarme con Kevin.

Hoy en cuanto desperté, decidí que si quería escuchar a Kevin porque a pesar de lo mucho que me dolía lo del beso, me dolía aun más perderlo. Como Fati dijo, tenía que escucharlo porque eso me ayudaría a saber si tenía solución nuestra situación o si me decepcionaría por completo, pero al menos sabría que hacer.

Algún día (Kevin Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora