CAPÍTULO 9
De pronto se me vinieron varias ideas a la cabeza y que recién volvía de ver una propiedad antigua en las inmediaciones de la ciudad, pero me serviría un montón para el "proyecto H" como había nombrado a todo lo referente a las modificaciones que debería hacer en Hogwarts. En el estudio no debían enterarse del proyecto, y gracias a un par de hechizos lo solucionaría por un tiempo.
Había ido al colegio hace un par de semanas y los trabajos que se tendrían que realizar serían muchos, habría que averiguar de empresas constructoras mágicas y la cantidad de personal que disponían para acabarlo antes del comienzo del próximo año escolar. También materiales sustentables y parecidos a los que ya se encontraban en el castillo, y hacerme un organigrama para poder llevar al día los trabajos de la oficina, como la universidad hasta el término del cursado y la obra en sí; y solo faltaban siete semanas para el comienzo de las vacaciones.
Empecé a hacer bocetos de las diferentes áreas que abarcaría dentro de la antigua torre de astronomía, había que reconstruirla desde cero y eso ampliaba las ideas al construirla. Se podrían agregar aulas en el último piso para los días de lluvia, y ya había hablado con Minerva para poner todos los mobiliarios y elementos de trabajo nuevos, hasta le agregaría un par de metros más a cada piso para hacer salas de estudio extras.
Mis ideas no dejaban de brotar en mi cabeza, estaba intentado plasmar todo en papel antes de que se me olvidara todo o alguien me viniera a interrumpir. La oficina se volvía muy revoltosa cuando estaba todo el personal presente, teníamos la suerte de que éramos arquitectos o estudiantes cada uno con sus propios proyectos, lo cual hacia que tuviéramos libertad al entrar y salir cuando se necesitara.
Termine mi semana laboral muy contenta, presenté todo para el "proyecto H" ante la directora McGonagall: los planos, la idea del presupuesto y personal que se contraria, los plazos para cada etapa y las autorizaciones que ya había hecho el Ministerio de Magia para el trabajo que se realizaría. Minerva McGonagall me había felicitado por todo, había agarrado un lugar en ruinas y lo convertiría en algo completamente moderno, ella no daba crédito a las ideas que había plasmado para la reconstrucción y remodelación de los espacios propuestos. Ambas esperábamos que todo se pudiera llevar en el tiempo y la forma determinada y que en el transcurso de la obra no salieran grandes contratiempos.
Estaba llegando tarde, la puta madre; como odiaba no haberme unido a la red flu desde que me mude, hacia que llegara a tiempo a todas partes, pero claro las diecisiete y treinta era un horario de mierda para sacar el auto, lo que me faltaba era quedarme atascada en alguna avenida de Londres y llegar tarde a la estación de King's Cross.
- YA MUEVETE, QUE ESTO NO ES UN PASEO – grite sacando mi cabeza por la ventanilla. Mi humor se estaba yendo al demonio con los conductores que se paraban a la mitad del tráfico. – Agg... debería haber salido antes – hable conmigo misma mientras apoyaba la cabeza en el volante. Aunque sabía la realidad y me podía culpar solo a mí por el trabajo que estaba haciendo al llevar cuatro obras en el estudio más el proyecto H, estaban logrando que no pudiera avanzar con la tesis de la facultad. Dos de las obras terminarían pronto y podría dedicar tiempo a Rose y Hugo en casa durante sus vacaciones aunque no sería demasiado porque la obra del proyecto H comenzaría la semana próxima y tendría que viajas seguido a verla.
Llegue al andén 9 ¾ justo cuando llegaba el tren, la estación estaba atiborrada de personas, como era de esperarse. Vi de lejos a Harry y me acerque a él para ofrecerle la vuelta, seguramente Ginny se había tenido que llevar el auto para su trabajo en El Profeta.
Cuando mis hijos y sobrinos aparecieron con su equipaje, también apareció Scorpius con ellos, lo cual nos sorprendió a Harry y a mí, Malfoy debería estar por alguna parte. Aunque Scorpius no se veía asombrado de que no estuviera.
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¿¡ Nueva Mansión!? (fanfic de Harry Potter)
FanfictionDraco comprendió al instante que sucedía y tuvo que decir una de sus frases de burla: - Tu esposo te engaña, Granger- me miro con una sonrisa de autosuficiencia que me dieron ganas de pegarle. - No es de tu incumbencia - conteste cortante. DRAMIONE ...