CAPÍTULO 32
El lunes cuando llego a la oficina todos se sorprenden de mi buen humor y buena predisposición para unos nuevos proyectos en el área de arquitectura. Mis compañeras me preguntan si ha aparecido algún hombre en mi vida que me ha hecho aparecer mariposas en el estomago pero me niego a comentarles mi vida privada.
A mitad de mañana traen un ramo de violetas a mi oficina, no dudo quien las envió y me lo confirma la tarjeta que dice: " Gracias por hacerme pasar un domingo único en tu compañía, espero tu semana haya empezado bien y que aceptes ir a almorzar mañana. Besos, DM". Sonrió más al leer su mensaje y guardo la tarjeta en mi billetera para que no actúen de chusmas algunas personas. El trabajo en la oficina es pesado, tengo que estar muy atenta a cada detalle y no puedo permitirme ninguna distracción, Draco Malfoy no se debe meter en mi cabeza en las horas de trabajo, aunque de vez en cuando fijo mi mirada en las violetas que he puesto en la mesa ratona de mi oficina.
A la hora de almuerzo le pido a la secretaria que llame a un restaurant italiano que envía la comida a domicilio para no tener que salir con algún compañero, no quiero darle explicaciones privadas a ninguno de ellos. La tarde sigue igual y hasta me alegra haberme quedado, he adelantado trabajo; logro salir una hora antes de la oficina y me decido por ir a ver una película antigua a un lugar de camino a casa.
En cartelera estaba "Los Locos Adams", que hay mejor un lunes que disfrutar de una película de humor. Me compre un combo de pororó con gaseosa y entré a la sala, que para mi sorpresa, estaba llena de personas de todas las edades. Me senté cerca del fondo para que nadie me moleste con salidas inoportunas, y disfrute completamente de la experiencia del cine.
El martes entro a mi oficina con una sonrisa más amplia que la misma mona lisa, desde la entrada veo un ramo de rosas rojas en mí escritorio, la secretaria me saluda esperando una invitación para hablar de las flores, pero no le doy esa opción, quien me envié o no flores es tema mío, no voy a ser el chusmerio de las secretarias. La tarjeta solo dice "Hasta más tarde. DM". Una hora más tarde le pido a la secretaria que tome nota de que de 12.30 a 14.30 hs. tengo un almuerzo de trabajo, en su mirada esta la duda de con quién me reuniré, dos días seguidos flores y voy a "desaparecer" por dos horas para almorzar, pero ella no se merece ninguna explicación y tampoco se atreve a preguntar nada, acepta diligente y se va a seguir trabajando. Al momento que cierra la puerta le mando un mensaje de texto a Draco:
Hermione - "¿Pasas por mí a las 12.30?"
Draco - "No hay problema, ¿te han gusto las violetas y las rosas?", maldito detallista que me vine a encontrar.
Hermione - "¡Hermosas! Gracias por el detalle J"
Hermione "Todos quieren saber quién es DM ¿le saco la duda a la población femenina de mi oficina?" espero unos minutos por la respuesta.
Draco - "Eso queda en tus manos, ¿quieres que todas estén babeando por mi enfrente a tu cara?" Mmm... me quiere poner celosa el HDP.
Hermione - "Creo que les podemos dejar la incógnita por un tiempo"
Draco- "Jaja, imagine que dirías eso"
Draco - "Te veo al mediodía ;)"
A las 12.25 mi secretaria entra en mi oficina, un poco nerviosa, saco mi mirada de la computadora para que hable.
- Señorita, emm... - para ser tan eficiente me sorprende los nervios que se carga en este momento - hay un señor afuera - miro hacia la puerta por instinto - pregunta por usted y no quiere decir su nombre para que lo introduzca, yo... yo no sé bien que hacer, según las normas de la empresa no lo puedo dejar entrar y él...
- Déjalo entrar - digo sin más dilatación.
Sale rápidamente por la puerta, y entra un Draco Malfoy vestido de traje gris claro y una camisa azul oscura abierta por un solo botón, con una sonrisa ladeada en su rostro y ojos brillante de ilusión.
- Buenos días.
- Buenos días - lo observo cerrar la puerta y sentarse enfrente a mí.
- ¿Estás lista para salir?
- Sí - expreso levantándome y buscando mi cartera y bleizer.
- Me encanta como te queda ese conjunto - halagos Malfoy, nunca los había vivido pero había escuchado murmullos en Hogwarts de ellos.
- Gracias, - doy la vuelta y abro la puerta - ¿Vamos?
- Claro.
Salimos de mi oficina rodeados de miradas de incredulidad, Draco me ha ofrecido el brazo como si estuviésemos en un baile de gala del siglo XVIII.
Meabre la puerta para subir a su auto y nos metemos en el transito apurado deLondres, no tardamos más de veinte minutos en llegar a un restaurante modernollamado Le Gavroche, al momento deentrar un maître nos espera sonriente para saber si tenemos reserva, Draco noha dejado un cabo suelto, la mesa está en la parte trasera del local y hay queir por un largo pasillo.
Avanzamos en silencio y a medio camino mi celular suena, el mesero sigue avanzando para darme privacidad y Draco permanece a mi lado escuchando una duda de mi secretaria, el mira hacia el fondo del local, yo voy y vengo, cinco pasos hacia el frente, cinco pasos hacia el fondo, lo hago por lo menos tres veces, termino la conversación con Malfoy delante de mí; no lo dudo es un hombre muy guapo y está esperando por mí.
- ¿Vamos? - dice con una sonrisa dando un paso al frente y ofreciéndome su brazo, y cuando miro detrás de él, los veo:
- Draco espera - lo sorprendí de pronto, arrastrándolo hacia un lado del pasillo, mire por arriba de su hombro, no era posible que de tantos lugares diferentes en Londres Ronald Weasley fuera a elegir el mismo que Draco Malfoy. Estaba entre la pared y Malfoy, pero no había otra opción para que mi ex esposo, que gracias a las musas no lo había cruzado en los últimos cinco meses, fuera a verme ahora y con su mayor enemigo. Draco solo se había pegado a mí, unidos por nuestras manos y me miraba expectante de una explicación, cuando pase mi mirada a sus grises ojos vi su sorpresa e inquietud yo no era de hacer esas cosas y sabia que le debía una explicación.
- Esta Ronald - su rostro cambio sutilmente a uno de comprensión, trague saliva, esto le iba a caer mal - y esta con Daphne. Y antes de que pudiera decir una palabra al respecto puse su mano en mi cintura, tome su cuello con las dos manos, tirándolo hacia abajo, haciendo que apoyara la otra mano en la pared y lo bese con la urgencia que se merecía un premio pullizer. Él no tardo en corresponderme y con ardiente pasión me aprisiono contra la pared mostrando cuanto me deseaba. Abrí la boca sintiendo su lengua y solté un gemido involuntario, pasando una de mis manos a su hombro y acercándolo más a mí. Su boca me beso la comisura de la mía y siguió por mi mandíbula derecha, tapando mi rostro de quien viniera por el pasillo, pero ya estaba enfrascada en las sensaciones que me producía el rubio que tenia entre mis brazos, quien había comenzado a descender por mi cuello con pequeños mordiscos y me levantaba la camisa sutilmente con su mano caliente, sentía su entrepierna apretada contra mí y eso me subió la adrenalina del momento, me gustaba saber que provocaba tanto en Draco Malfoy, que se sentía tan excitado como yo. Sentía calor, mucho calor... sus besos me provocaban una calentura desmesurada y no quería dejar de besarlo, quería, deseaba desnudarlo y que todo subiera la temperatura...
- mgmg... - una tos se escucho cercana, y Draco dio la vuelta hacia quien quería hablarnos mientras yo lo hacía hacia el otro lado, mi cuerpo no reaccionaba a la normalidad del lugar, mi respiración de a poco volvía a la normalidad y escuche las palabras que Draco dijo:
- no hoy problema, ya nos vamos- para después apoyar su pera en mi hombro sin soltarme ni un poco. Volvió a hablar unos segundos después - vamos a algún otro lugar a comer, nos me quiero ni cruzar con esos dos canallas.
Sin dudarlo me arregle un poco la ropa, me pase los dedos por mi cabello para aparentar estar peinada y tomando por la cintura a Malfoy mientras él me tomaba d hombro, salimos tranquilamente del lugar como si no hubiese sucedido nada en ese lugar.
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¿¡ Nueva Mansión!? (fanfic de Harry Potter)
FanfictionDraco comprendió al instante que sucedía y tuvo que decir una de sus frases de burla: - Tu esposo te engaña, Granger- me miro con una sonrisa de autosuficiencia que me dieron ganas de pegarle. - No es de tu incumbencia - conteste cortante. DRAMIONE ...