Capitulo 9

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''¿Esta tipa se tragó un silbato o qué?'" dijo Hayden, para sí misma cuando vio llegar a Shanon, la porrista.

-¡Nathan! –grito y se sentó entre ellos dos. Poniendo a Hayden furiosa.
- ¡Hola! –le sonrió.
- ¿Cómo estás?, no te he visto desde el domingo – le hizo un puchero.

''¡Perra!'' dijo nuevamente para sí misma.

- Si, lo siento por eso, tuve que irme...
- No te preocupes –dijo la rubia echándose el pelo hacia atrás, y pegándole con este en la cara a Hayden.

Si Hayden no hubiese aprendido a controlarse, le hubiera quitado todas las extensiones de un tirón.

- ¿Harás algo el viernes? – le pregunto coqueta.
- Creo que no – le respondió él con el mismo tono.
- Genial, te veo en el pub – lo beso en los labios-. Adiós... ahmm
- Hayden - contesto por ella.
- Claro, adiós.

La rubia se marchó con su grupo de amigas moviéndole el trasero a Nathan. Hayden se cruzó de brazos y miro seria hacia la nada.

- ¡Es un bombón! –dijo Nathan mientras se estiraba.

Ella no dijo nada.

- ¿Qué te pasa, eh?, deberías estar feliz por mí.
- Te olvidaste.
- ¿De qué?
- El viernes íbamos a tener noche de películas, palomitas y refresco.
- Agh, Hayden esas son cosas de chicas, hazlas con una amiga
.- No tengo amigas, Nathan.
- ¿Fernanda y Kels?
- Bueno si, pero seguro salen con los chicos, no les voy a aguar la fiesta.
- ¿La mía si?
- Lo habíamos planeado, pero si quieres ir a revolcarte con la perra de Shanon, ve. Pero luego no vengas aquí como si nada.
- Hayden...
- Hayden, nada, no puedo creer que seas tan mal amigo. ¡Es increíble!

Hayden se levantó de la banca, maldiciéndolo en voz baja.

''Me cambio por una zorra, me cambio por una zorra...'' se repetía una y mil veces. Nathan se había pasado de la raya, tenía muy bien merecido el premio ''Al peor mejor amigo''. Camino por los pasillos hasta el baño, sola, empujada por los demás estudiantes.

Cuando entro se aseguró de que no se encontrara nadie, dio un grito y golpeo una puerta de los baños que estaban al fondo, que nadie usaba.

- ¡Discúlpame! - Hayden se tapo los ojos.
- No pasa nada, Hayden además ya había terminado – dijo ella caminando al lavamanos. Se destapo los ojos, y se encontró con Fernanda.
- Qué vergüenza, de verdad lo siento.
- Ya, ya. Agradece que era yo, otra persona te agarraría a patadas.
- Exagerada.
- Yo lo haría...
- ¿Qué?
- Claro, si no fueras tú, obvio –rio.
- Ah.
- Y, cuéntame, ¿A qué se debe tu furia? – Sonrió
- Tienen nombres y apellidos. Nathan Sykes y Shanon Bones.
- ¿Nathan? – levanto las cejas y le hizo cosquillas.
- Si –rio.
- ¿Qué paso?
- Me cambio por Shanon, se suponía que el viernes veríamos películas y esas cosas, pero prefirió irse con ella.
- Suena feo.
- Lo sé.
- ¡Pero anímate, Hayden!, la cara que traes no me gusta -sonrió.
- Gracias.

Rieron y salieron del baño. Se pasearon por la escuela un rato, y luego volvieron a los pasillos.

- Van a tocar, te veo a la salida.
- Ok –sonrió y se despidió agitando la mano.

Hayden camino a su salón y se encontró con Siva.

- ¿Qué te pasa? – le pregunto al verlo tirado en la mesa, con la mirada perdida.
- No quiero estar aquí, esto parece una cárcel de menores.- Hayden rio.
- Hablando enserio, ¿Qué te pasa?
- Tú como mujer, como sería la manera perfecta de pedirte que fueses mi novia...
- No lo sé, ¿Por qué me preguntas eso? –Él solo la miro. Hayden saco su conclusión-. Oh my dios, ¡Le pedirás que sea tu novia!

Al gritar, Hayden no era de lo más suave, por lo que llamo la atención de todos los que estaban en el salón.

- Agh.
- Lo siento, lo siento.

La campana sonó y el salón se fue llenando.

- Tu quédate callada, ¿Si?
- Claro, y bueno tu pregunta no sé cómo responderla, eres hombre, deberías saberlo.
- Se cómo hacerlo, pero ya sabes no puedo hacerlo de la misma forma, ella es menor que yo.
- Solo unos años, no es nada diferente, tú solo... lánzate.
- ¿Algo así como comérmela?
- ¿Qué tienes en el cerebro? – le dio pequeños golpes.
- Era una broma –rio-. Seguiré tu consejo, pero si me va mal, me las pagas.- Te irá bien.

En ese momento entro Nathan, como si nada. Siva los miro raro, ni una mirada de habían dado, decidió quedarse en silencio y no decir nada.

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