Capitulo 29

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- ¿Qué haces aquí? - dijo Hayden, cerrando la Laptop.
- ¿Por qué no me contaste?
- ¿Qué cosa?
- De que estas esperando un bebé.
- No sé de qué hablas.
- No te hagas, ya me contaron, respóndeme, ¿Por qué no me contaste?
- ¿Crees qué sería un buen momento? estamos mal Nathan.

Ella tenía razón, no era el mejor de los momentos.
Nathan se acercó a la cama y se sentó junto a Hayden.

- No te hagas cargo si no quieres, puedo sola.
- Quiero hacerlo.

Se acercó aún más a ella, hasta tener sus labios a pocos centímetros de los de él. Le acaricio la mejilla y la miro para luego besarla.
Hayden se maldijo una y otra vez, por volver a sentir nuevamente los mismos cosquilleos que sentía cuando la besaba. No quería volver a lo mismo de siempre, esta vez quería hacer las cosas bien.
Hayden alejó a Nathan de ella y lo miró.

- ¿Qué pasa? - pregunto él.
- Esto no va a cambiar nada entre nosotros, tú seguirás con tu vida y yo con la mía, solo estaremos conectados por el bebé, nada más.

Nathan asintio
- ¿Y... cómo es qué paso...?
- ¿Recuerdas el fin de semana? En el sótano...
- Sí.
- Pues ahí.
- Pero ya sabes, yo...
- Sí, sí. Que te cuidaste, pero como eres de despistado Nathan. Seguro no le viste la fecha de vencimiento o si estaba roto, que se yo...

Nathan.
Me sentí mal, yo tenía la culpa de todo lo que estaba pasando...
- Lo siento - dije con la cabeza baja.
- No lo hagas, ya paso... - me dijo con una media sonrisa.
- No solo por eso.
- ¿Por qué entonces?
- Soy un tonto, jamás preste atención a lo que sentías, pero si me lo hubieras dicho...
- Sí, es cierto, te amo y no exactamente como se le ama a un mejor amigo. Y nunca te lo dije por miedo a perder tu amistad, pues no sentías lo mismo que yo.

Los hombres no lloran, los hombres no lloran. Me repetía en mi cabeza.
Yo la quería, no ¡Yo la amaba! Y recién me estaba dando cuenta que ella era la única mujer que yo quería. Quería decirle como los celos me comían por dentro cuando estaba con James. Pero no lo hice y seguí escuchándola.
Me conto que solo Kels, Fernanda y su madre sabían, ni Tom que era casi como un hermano mayor sabia, y que tenía un mes y dos semanas. También me dijo que no había necesidad de romper con Shanon, pero yo quería dejarla para estar con ella.
Ya se había hecho tarde, me había pasado todo el día hablando con Hayden, le había sacado más de una sonrisa y eso me agradaba.

- Mi madre debe estar preocupada, es mejor que me vaya.
- Si, mándale saludos.
- Lo haré
- Amm ¿Le dirás? – preguntó Hayden.
- No sé...
- Podemos decirle los dos si quieres.
- S-sí, creo que es lo mejor.

Hayden me sonrió y me acompaño hasta la puerta.

- ¡Hayden!  ¿Le dijiste? - pregunto su madre, saliendo de la cocina.
- Mamá, vete -rio.
- Bueno, bueno.
- Al parecer se tomó muy bien la noticia...
- No creas, se puso como loca -sonrió-. Mi padre estuvo un poco más calmado, solo porque le avise por teléfono, ya sabes, sus negocios y todo. -volvió a sonreír.
- Entonces, mi madre se pondrá peor.
- No, ella es muy abierta, seguro se lo toma con calma, no te preocupes.
- Si tú lo dices -le sonreí y la abrace, pegándola más a mí- Te amo... - le susurre al oído y la bese.

Hayden.
Hayden sintió un escalofrío recorrer su espalda al sentir las manos de Nathan en su cintura desnuda, por la corta pijama que llevaba. Y otro escalofrío al sentir su aliento chocar contra su cuello al susurrarle aquel "Te amo".
Haydenno quería que el beso terminara nunca, pero aun así lo aparto de ella. Si no hubiese sido por su estado se lo hubiera llevado a la habitación y que la hiciera suya cuantas veces quisiera.

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