Capitulo 55

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Nathan
Hayden no me dijo nada, solo comenzó a moverse, haciendo que mi erección se pronunciara más.
-¿Y a ti? –Cambio de tema-. ¿Tú noviecita te complace como es debido?
- No... – dije con la voz entre cortada.
- ¿Entonces? ¿Lo haces por ti solo?
- S-si...
Me sentí un poco avergonzado, pero era la verdad.
- Pues entonces deberás seguir haciéndolo, Nathan. Esta vez no estoy para tus jueguitos.
Hayden saco mis manos de su cintura y fue hacia la puerta de la cocina.
- Oh y deberás bajarte eso si no quieres llamar la atención – rio y se fue.
Maldije en voz baja y subí a mi antigua habitación, fui al baño y satisfice mis necesidades aunque no del todo. Yo quería a Hayden, quería tenerla debajo de mí, gimiendo mi nombre. Cuando termine de abrocharme el pantalón, baje, salí al patio trasero me acerque a Caroline, Hayden estaba con mi madre, conversando.
Cuando fueron pasada la una de la madrugada, Hayden se despidió.
- ¡Sophie! Vamos bebé.
- ¡No! – La pequeña corrió hacia mí-. ¡Con papi!
Sophie me estiro los brazos esperando que yo la cargara. La tomé y la senté en mis piernas.
- Es enserio, vamos – insistió.
- No tengo problema en que se quede conmigo.
- Nathan... -susurro Caroline, en un tono molesto.
- ¿Qué?-- le conteste molesto también a Caroline.- Eserio, tú ve a casa yo me llevo a Sophie.
- Amm...
- Hayden.
- Okey.
Hayden se acercó a Sophie y le dio un beso. Después de que se fue nosotros hicimos lo mismo. Me despedí de mi madre y de todos allí. Salimos de la casa y subimos al auto.

- ¿Podrías tenerla? – le pregunte a Caroline.
- Si – dijo no muy segura.
Se la entregue pero ella comenzó a hacer pataletas.
- Venga, dámela.
No podía ponerla atrás por miedo. Así que solo la senté en mis piernas, con el cinturón cruzado para que la sujetara mientras yo conducía.
- ¡Run, run, run! –gritaba ella mientras tomaba el manubrio e intentaba manejar.
- Tranquila –reí.
Mire a Caroline quien iba mirando seria por la ventana.
- Al parecer no te ha gustado la idea de que trajera a Sophie.
No me dijo nada.
- Sé que no te gustan mucho los niños pequeños, pero es mi hija, Caroline, cuando me conociste lo sabías.
- Lo sé pero está muy pegada a ti.
- ¿Estas celosa de una bebé?
Esta vez tampoco me respondió.
- Tomaré eso como un sí, no puedo creerlo, es estúpido.
No hablamos más hasta llegar al edificio. Deje el auto y subimos a nuestro piso. Cuando estuvimos adentro, lleve a Sophie a la habitación de huéspedes.
- ¿Vas a dormir aquí? – le pregunte.
- ¡Sí! – me respondió emocionada.
Solo reí y la deje en la cama.
No tenía piyama así que solo la acosté con la blusa que traía.
- Buenas noches mi vida.
Estire mis labios y ella hizo lo mismo, la bese y prendí la lámpara del velador. Fui hasta la puerta y le apague la luz.
Cuando fui a mi habitación vi a Caroline ya acostada. Me saqué la ropa y me puse una playera, una sudadera y me acosté cayendo de inmediato en el sueño.
No sé qué hora era cuando escuche a alguien llorar, estire mi mano hasta el velador, tomé el celular y vi la hora, 3:30.
- Mierda, ve a ver qué le pasa... - dijo Caroline.
Corrí hasta la habitación de huéspedes y vi a Sophie sentada en la cama llorando.
- ¿Qué pasa preciosa?
Abrí las sabanas y me recosté junto a ella.
Se acercó a mí y siguió sollozando acorrucada en mi pecho. Me enternecía verla así, ella se sentía protegida junto a mí y eso me hacía creer que a pesar de todo era un buen padre. De seguro había tenido un mal sueño y por eso había estado llorando. No podía ni siquiera preguntarle pues ya se había dormido nuevamente.
No quería levantarme y no lo haría. Iba a quedarme junto a ella.

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