Capitulo 30

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Hayden como todas las mañana se volvió a poner el uniforme. Iba a regresar al colegio, pues ya no había nada que ocultarle a Nathan, pero a Siva y a Tom, sí.
Bajo al primer piso y se encontró con su madre.

- ¿Estás segura de que quieres ir? - preguntó preocupada.
- Si, mamá.
- ¿Pero si te pasa algo?
- No va a pasar nada mamá, enserio -le sonrió para que se calmara.
- Okay, ahora siéntate a comer -le ordeno.
- No quiero llegar tarde, ma.
- Hayden, ahora comes por dos, tienes dos opciones, te sientas o te sientas.
- Agh.

Hayden se sentó y bebió un vaso de jugo de naranja y comió una tostada con mantequilla.
Luego de terminar de comer todo, se despidió de Claire, tomo su mochila y camino al colegio. Se mojaba divertida los zapatos por los charcos que dejaban las señoras al regar por la mañana, cuando la bocina de un auto la hace pegar un salto.
Miro hacia atrás y pudo ver a Nathan sonriéndole desde adentro.

- ¡Me asustaste!
- Lo siento, ¿Te llevo?
- No, estoy bien así, gracias.
- Oh, bueno.

Cuando Nathan iba a cerrar la ventana, Hayden se acercó y abrió la puerta.

- Okay, solo porque no quiero llegar tarde - dijo subiendo.

En todo el camino no se dirigieron la palabra, hasta la esquina del colegio.

- Déjame aquí, tu novia te puede ver.
- ¿Y?
- Se pondrá furiosa, no quiero problemas ahora, Nathan.
- Está bien.

Nathan quito el seguro y Hayden bajo, susurrando un gracias. Luego de que Hayden desapareciera de su vista ingreso al estacionamiento y dejo su auto ahí. Puso la alarma y entro al establecimiento.
Shanon, al verlo entrar corrió hasta él y lo abrazo. Aprovecho que Hayden iba pasando por su lado y lo besó apasionadamente.

- Tengo que ir a clase, nos vemos en el almuerzo-dijo Nathan, separándose de Shanon
- ¡Claro! Te veo ahí.

Nathan camino a paso rápido para alcanzar lugar con Hayden, pero ya había sido agarrado por Siva. La clase había comenzado y ya no había tiempo para escoger lugar ya que todos habían sido ocupados, menos uno atrás de ella.
Siva le preguntaba que por qué había faltado, que si estaba enferma o no. Hayden se limitó a decirle que había sido un dolor de estómago, nada más y que ya se encontraba mejor. Miro de reojo a Nathan, quien escribía en un papelito. Volvió a mirar a Siva, cuando sintió algo caer en su mesa. Lo abrió con cuidado de que el profesor de Geografía no se diera cuenta y leyó.

¿Podemos hablar en el receso? Quiero arreglar las cosas...

Hayden tomo el bolígrafo y escribió.

'Creí que habíamos dejado todo en claro ayer.

Hizo bolita nuevamente el papel, se lo tiró y miro a Siva, quien los miraba extrañado. No paso mucho cuando la bolita volvió a caer sobre la mesa, lo abrió y nuevamente leyó.

No es sobre el bebé, Hayden. Es sobre nosotros.

Hayden no le respondió nada más y se guardó el papel en el bolsillo del chaleco. El profesor se había dado cuenta de que Nathan le tiraba cosas y ella las devolvía. Se acercó a paso lento a ella y estiro la mano para que le pasara el papel. Hayden saco el papel y vio a Nathan, que la miraba con cara de "no se lo entregues", pero el profesor ya se lo había arrebatado de las manos y lo leyó.

-Sykes, Allen, si tienen problemas que resolver no lo hagan en mi clase, estoy cansado de ustedes, digo todos los profesores. Y tu Hayden, vienes llegando y ya me haces problemas.
- Lo siento, profesor.
- Otra y los hecho fuera - dijo devolviéndole el papel.

Hayden y Nathan asintieron y esta vez prestaron atención a la clase.

Cuando la campana sonó, guardo sus cosas rápidamente y salió afuera casi corriendo para no encontrarse con Nathan, no quería hablar con él, no quería caer en sus redes.

- ¡Hayden! - grito él a sus espaldas.
- Vete, tu novia te espera.
- Hayden, me vas a escuchar quieras o no - dijo él agarrándola fuerte del brazo.

Se había enojado, Hayden lo sacaba de quicio. Era rara, el día anterior le había sonreído y había aceptado sus besos y ahora no lo quería ver ni escuchar.

- Suéltame, me duele.

Nathan le soltó el brazo y la miro a los ojos.

- No te entiendo, un día me besas y al otro me evitas.
- Agh.

No dijo nada más, puesto que no tenía con que defenderse, él tenía razón. Para su suerte aparecieron Siva, Tom y sus chicas.

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