Capitulo 43

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Habían pasado dos semanas.
Nathan, ya no venía a casa, ni me hablaba, tampoco yo a él. Pues le había dejado las cosas claras...

*Flash Back*
Estaba en el sillón con Tom, abrazados y Nathan al otro lado.
Las dos semanas él había sido mi único apoyo junto con mi madre y los demás chicos claro está, pero él en gran manera.
Tom me tenía apretujada a él, acariciándome el brazo, mientras veíamos a Sophie jugar en la alfombra.
Cualquiera diría que éramos novios, pero a Tom le resbalaba eso, sabía que no era así y con eso quedaba tranquilo.

- Hayden ¿Podemos hablar? - dijo Nathan.
- Claro, vamos.
Salimos al patio trasero, me quede frente a él esperando a que dijera algo.
- ¿Por qué tanto cariñito entre tú y Tom?
- Somos amigos, no tiene nada de malo.
- Si pues, no me gustan que Tom toque a mi chica.
- ¿Tu chica?
- Si -me sonrió.
- Jamás fui tu chica y no lo voy a hacer, soy una tonta, mientras yo estoy aquí con Sophie, tú estás de lo más encantado con Nataly. Me entregue por completo a ti y tú me pagas de esta forma, así no Nathan.
Pude ver como los ojos de Nathan se abrían.
- No quiero verte más
Esta vez no llore, tenía rabia.
- ¿Ósea que también me estas prohibiendo ver a Sophie? Es mi hija Hayden.
- Oh, ahora es tu hija, no te acordabas de ella cuando estabas con Nataly, ¿No es cierto? La preferiste mil veces a ella antes que a Sophie.
- No puedes hacerlo.
- Puedo y lo voy a hacer, ahora te vas.
- Hayden, yo...
- ¡Que te vayas!

Desde ese momento no había vuelto a ver a Nathan, excepto en el colegio. Tampoco había vuelto a ver a Sophie y por lo que los chicos me habían contado, aún seguía con Nataly.
Lo sabía, jamás le había importado o tal vez sí, pero muy poco.

- ¡Hayden! - Llamo mi madre, desde el primer piso-. Tom llamo, que te ve en la librería, es urgente.

Me puse una chaqueta encima y salí de casa con Sophie en el cochecito. Camine empujándolo hasta la librería donde estaba Tom.

- ¡Hola! - saludé.
- Hola, hola princesa - saludo a Sophie agarrándole un cachete.
- Mi madre me dijo que me necesitabas urgente.
- Si ven, entremos.

Tom cargo a Sophie en sus brazos y yo entre con el coche.
Nos sentamos en uno de los sillones donde la gente iba a leer y cosas así.

- Bien, dime...
- Hayden, ¿Recuerdas cuando pequeños soñábamos con irnos a vivirnos a Nueva York? ¿Cuándo te jure que algún día te llevaría?
- Si . Éramos muy pequeños -sonreí al recordar la promesa del dedito meñique.
- Si... -Tom abrió su abrigo sin soltar a Sophie y de ahí saco un sobre blanco - Ábrelo.

Estaba confundida y nerviosa, las manos me temblaban.
Abrí torpemente el sobre y de el saque dos tickets.

- ¿Y esto?
- Te hice una promesa y la voy a cumplir. Quiero que te vengas a vivir conmigo a Nueva York.
- ¿¡Qué!? Pero... ¿Qué? ¿Y Sophie?
- Se viene con nosotros -sonrió.
- Dios mío, Tom, esto es increíble.
- Sé que necesitas alejarte de aquí, te hará bien.
- ¡Gracias, gracias!

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