La Corda Perdita [Jackson GOT7] (FanFic)

Capítulo 21 "Anhelos"

El silencio reinó dentro de la casa. El padre de Li Mei contenía un nudo en la garganta, y un dolor demasiado fuerte en el corazón. Jackson miraba la escena con total asombro y nerviosismo. Nunca había visto a una familia tratarse así. Las últimas palabras de Li Mei resonaban en su cabeza, la desesperación con que las había dicho había sido extremadamente obvia. La muchacha miró por última vez a su padre y luego comenzó a caminar hasta salir de su casa. El pelinegro la comenzó a seguir, pero una voz lo detuvo.

-No sé quién eres ni cuál es tu relación con mi hija, pero quiero pedirte que por favor la cuides, yo ya no puedo hacerlo.- El chico tragó duro. Ya eran dos las personas que le pedían que protegiera a Li Mei. La presión sobre sus hombros crecía. Asintió de manera educada en dirección al hombre y salió de la casa, dándose cuenta de que la joven lo estaba esperando dentro del auto. Subió en el automóvil y una vez que lo encendió comenzó a conducir.

-Lamento que hayas tenido que oír nuestra discusión.- La voz de Li Mei sonaba apagada, sin ánimo alguno. Jackson le dedicó una mirada fugaz.

-No te preocupes.- No sabía qué otra cosa decirle. Se había sentido incómodo, demasiado, pero no había sido culpa de la muchacha. Ella le había pedido que no la acompañara, si de alguien tenía que ser la culpa, tenía que ser completamente de él.

-Al menos conociste a mi familia, o lo que queda de ella.- El pelinegro notó la necesidad de hablar que tenía la chica. Parecía como si el inconsciente de la chica estuviera exigiendo que alguien la escuchase. No era psicoanalista, pero tenía el presentimiento de que, detrás de esas palabras, había algo más profundo. Un anhelo porque alguien la escuche.

Sin hablar, el camino continuó. Jackson había pensado ir de regreso al departamento, pero tenía la necesidad de intentar que la muchacha le contara todo lo que oprimía a su corazón. Quería que ella compartiera su dolor con él para que, el peso que cargaba, no fuera tan pesado.

-¿A dónde vamos?- Li Mei había notado que no iban por el camino que los llevaría al departamento. Miró al chico junto a ella, pero no recibió ninguna respuesta. La mente del muchacho de encontraba demasiado ocupada intentando pensar un sitio donde la podría llevar. En el momento en el que un lugar perfecto para hablar se hizo presente en su mente, sonrió y aumentó un poco la velocidad para llegar antes de que se hiciera demasiado tarde.

-Llegamos.- Li Mei miró por la ventana. Se encontraban frente al río. En el mismo lugar en el que ella le había contado por qué razón había empezado a tocar el violín.

-¿Qué estamos haciendo aquí?- Preguntó la muchacha cuando llegaron a orillas del gran fluvial. No le disgustaba estar ahí, todo lo contrario, el sonido del correr del agua la relajaba demasiado.

-Quiero que me digas todo lo que te lastima.- Li Mei no entendía a qué era lo que se refería específicamente. Miró al pelinegro y al ver la seriedad en los ojos de éste agachó su cabeza. El chico quería que dijera todo lo que le producía dolor.

-Son mis problemas Jackson, tú tienes los tuyos y eso ya es suficiente para ti.- Quería sonar fuerte. No soportaba la idea de mostrarse débil ante los demás, no quería que nadie le sintiera lástima.

-Yo te diré hasta cuando es suficiente para mí, ahora deja de hacerte la fuerte y dime todo lo que te atormenta.- Sabía que debía ser dura con ella para lograr su objetivo. Debía mostrarse firme y decidido a escucharla con total atención.

-¿Qué quieres que te cuente? ¿Qué mi madre murió? ¿Qué mi padre prácticamente me abandonó en mi casa? ¿Qué viví rodeada por empleados? ¿Qué no tengo ningún recuerdo con otro niño? ¿Qué nunca tuve amigos? Todo eso ya lo sabes, eres consciente de lo asquerosa que fue mi vida.- Estaba seria, no demostraba el dolor –No hay mucho más que contar, no me gusta quejarme porque sé que hay persona que se encuentran peor que yo. Nunca tuve problemas económicos, no me ha faltado nada en mi vida, salvo el amor de mi padre y la existencia de mi madre.- Jackson la miraba mientras oía todas y cada una de sus palabras.