Capítulo 35 "Vivir"

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-¿Dónde está Dara?- Ignorar las palabras de su padre había sido la opción más apetecible que le ofrecía su mente.

-Le pedí que se vaya para que podamos hablar a solas y tranquilos.- La expresión serena del hombre frente a ella lograba hacer que un sentimiento de enojo comenzara a crecer dentro suyo.

-Te recuerdo que ya no eres su jefe, ahora ella está conmigo.- Li Mei caminó hasta la cocina y tomó un vaso para llenarlo con agua y empinárselo por completo. El ruido de pasos le anunció que su padre la había seguido.

-Y yo te recuerdo que eres mi hija y debes obedecerme. Solucionemos nuestros problemas.- La muchacha lo observó durante unos segundos en silencio, luego una sonrisa llena de sarcasmo se formó en su rostro.

-¿Recordaste que tienes un hija? Eso es fantástico, lástima que hayas tardado años en darte cuenta.- El hombre tragó el nudo de saliva que se había formado en su garganta. La joven sabía perfectamente cómo hacer sentir mal a las otras personas, era una cualidad que su hija había desarrollado con el paso de los solitarios años.

-No quiero que peleemos, ¿podemos hablar tranquilamente? –preguntó su padre con su rostro resignado. Sabía bien que su hija era un hueso duro de roer pero no estaba dispuesto a irse sin haber solucionado los conflictos que había entre ambos.

-Está bien, hablemos.- Li Mei se sentó en la mesa que se encontraba en la cocina y esperó a que su padre también lo hiciera. Permanecieron en silencio durante unos eternos segundos hasta que el hombre tomó valor y decidió ser el primero en pronunciar palabras.

-Necesito...no, quiero que me digas por qué no te cae bien Ling. Ni siquiera has intentado conocerla.- La muchacha sabía que de lo primero que hablarían sería de aquella mujer, su padre era demasiado predecible. También era consciente de que a su progenitor no le gustaba tocar el tema de los años en los que no estuvo con ella y la dejó sola en su casa llena de empleados que se encargaban de ignorarla.

-Ella no me cae mal, como has dicho tú; no la conozco.- Li Mei se encontraba seria observándolo. –No me interesa conocerla ni mucho menos formar parte de la misma familia que ella. Lo único que me molesta es el hecho de que esté viviendo en nuestra casa. Casa en la que solíamos vivir mamá, tú y yo.- El hombre la escuchaba atentamente mientras trataba de descifrar alguna emoción en la voz de la joven.

-Es mi pareja, por ende, vivirá con nosotros –dijo decidido tratando de que su voz saliera autoritaria, aunque sabía que ni así podría intimidarla. Conocía bastante bien a su hija.

-Corrección, vivirá contigo. No pienso volver a la casa, ese ya no es mi hogar.- La frialdad se desprendía de sus cuerdas vocales. No había ningún tipo de sentimiento agradable hacia su padre, había transformado el amor que le tenía en un rencor que no dejaba que lo viera de otra manera más que como a un monstruo.

-¿Acaso este departamento es tu hogar? ¿Puedes llamar hogar a esto?- El lugar no era para nada feo, pero sabía que lo decía por el hecho de que llevaba muy poco tiempo viviendo allí. Aun así, sus palabras no dañaron ni un poco de su orgullo.

-Es mejor que vivir con una mujer que no conozco y un hombre que se hace llamar mi padre pero que no ha estado presente en la mayoría de los años de mi vida. Ahora que lo pienso, podría llamar a este sitio como un dulce hogar.- Su sarcasmo final logró hacer enojar a su padre. Ella sabía lo mucho que le disgustaba que le hablara así, lo hacía a propósito. Sentía la necesidad de hacerlo enfurecer, de que sintiera impotencia, dolor, rencor. Que sintiera una mínima parte de lo que había estado sintiendo ella en el último tiempo.

La Corda Perdita [Jackson GOT7] (FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora