La Corda Perdita [Jackson GOT7] (FanFic)

Capítulo 17 "Respuestas"

Por primera vez en toda su vida, Li Mei tenía la mente en blanco, no había pensamiento alguno, no tenía ninguna respuesta irónica para darle, había perdido el apoyo de su propia mente. El pelinegro se acercó al ver que la chica no presentaba resistencia verbal, las emocionas de Jackson bloqueaban los pensamientos coherentes, él sabía que estaba a punto de arrojar a la basura lo poco que había logrado con la muchacha, pero no tenía intenciones de detenerse. Una de sus manos se posicionó sobre una de las mejillas sonrojadas de la joven, la suavidad de la fémina piel alteró, aún más, el torrente sanguíneo del chico, de manera lenta comenzó a acercar su rostro al de ella, no estaba poniendo resistencia y él no sabía si debería alegrarse o preocuparse por ello, de cualquier modo, lo haría más tarde, luego de cumplir su cometido. Los ojos del chico observaban los suaves labios de Li Mei, se preguntaba desde cuándo sentía esa necesidad de probarlos, acariciarlos y deleitarse con ellos, a sólo unos pocos centímetros de que su corazón sintiera una gran emoción se oyó el ruido de unas llaves, ambos voltearon sus rostros en dirección a la puerta. Mark entraba de espaldas al departamento, tenía una gran caja que se notaba ser muy pesada, los sentidos de Li Mei volvieron y le indicaron que se alejara del chico frente a ella, dio unos cuantos pasos hacia atrás dejando a un Jackson confundido y, al mismo tiempo, enojado con su amigo.

-¿Qué les sucede?- Mark notó la incómoda atmósfera que había entre ambas personas, al mirar el rostro de su amigo pudo ver la ira reflejada en sus ojos, por el otro lado, Li Mei se encontraba demasiado concentrada observando el oscuro suelo.

-Nada.- La cortante respuesta por parte del pelinegro lo desconcertó, vio cómo su amigo se iba a su habitación dando grandes zancadas, no lograba entender qué era lo que estaba pasando o lo que había pasado.

-¿Tú me dirás algo Li Mei?- La recién nombrada negó con la cabeza para luego girarse e irse hacia la habitación de invitados. Mark había quedado solo en la sala, no sabía si había hecho algo malo o no, sentía la necesidad de ir y hablar con su amigo pero no lo haría, esperaría a que él estuviera preparado y le cuente por mérito propio.

La mente del pelinegro estaba procesando demasiada información, se sentía frustrado, enojado, dolido y no entendía por qué tenía todas esas emociones encerradas en su pecho, quería golpear algo, necesitaba liberarse. Se paró de manera brusca, tomó su chaqueta y salió de su habitación dándole una rápida ojeada a la puerta de la habitación donde se encontraba la chica que, minutos antes, había querido besar.

-¿A dónde vas?- Jackson miró a su amigo con indiferencia, sabía que no era correcto enojarse con él, no había echado a perder el momento de manera intencional.

-A tomar aire.- No esperó a que le contestara, salió del departamento ignorando a toda persona conocida que se le cruzase, no tenía el ánimo suficiente como para sociabilizar.

Mark cada vez se sentía peor, de cierta manera había comenzado a sentirse culpable por algo que, sospechaba, había hecho sin querer. Rebobinó el tiempo hasta el momento en el que entró en el departamento, había entrado de espaldas debido a que sus manos se encontraban ocupadas por la gran caja que había traído del trabajo, cuando giró su cuerpo se encontró con Jackson y Li Mei parados a la mitad de la sala, recordó ver que la joven traía su violín y no entendía por qué, también había notado la tensa aura que rodeaba a ambos, pequeños detalles que no lograban darle una respuesta concreta.

Li Mei estaba sentada sobre su cama, no quería salir, tenía miedo de encontrase con Jackson, no tenía idea de cómo enfrentarlo. En el momento en el que el rostro del pelinegro se encontraba a sólo centímetros no pudo evitar sentir una pizca de emoción, se preguntó cómo se hubiera sentido besarlo, siendo completamente sincera con ella misma, había sentido ganas de que sus labios se hubieran juntado. Unos suaves golpes la trajeron de nuevo al mundo, observó la puerta con total nerviosismo, sus piernas no se movían y su mente le decía que se quedara allí.