El silencio se instaló entre ambos. Las palabras de Jackson habían sido muy claras para ella. Lo miró a los ojos, giró y salió del lugar. El enojo dentro del organismo del joven se comenzaba a esfumar. Un suspiro salió de sus labios mientras bajaba su cabeza. Dentro de su mente se rebobinaban sus últimas palabras, la frialdad con la que las había dicho le causaban asco a él mismo. Con la tristeza reflejada en sus ojos, Jackson levantó su cabeza en dirección a la puerta por donde se había ido Li Mei. Con una de sus manos comenzó a frotar el centro de su pecho, un dolor punzante se había instalado en ese punto.
-Lo lamento tanto.- Aquel susurro hubiera calmado su corazón si la joven lo hubiera escuchado, pero él sabía que ya se había ido.
Li Mei le pagó al taxista una vez que se encontró frente al edificio donde estaba viviendo, bajó del auto y entró en éste. El señor que siempre se encontraba le dio una sincera sonrisa. La muchacha sintió admiración al verlo. Se preguntó cuántas eran las veces en las que ese hombre había tenido que sonreír sin en verdad sentirse feliz. Siguió caminando hasta llegar al ascensor donde se introdujo y marcó el número del piso al que deseaba ir. En su interior sentía una molestia. Desde que había salido del gimnasio donde se encontraba Jackson había comenzado a sentirse un poco mal. El muchacho le había respondido la pregunta, parecía honesto. En el momento en el que había oído sus palabras había sentido la necesidad de irse, como si no pudiera seguir viéndolo. Sabía que eso era imposible, vivía con él y debería verle la cara todos los días. No iba a dejar que la respuesta de Jackson le afectara, él no estaba obligado a sentirse atraído por ella y era consciente de ello, pero algo muy dentro de ella había anhelado recibir otra respuesta. Una vez que la caja metálica se detuvo en el piso indicado, salió y se dirigió a la puerta del departamento, introdujo la llave y entró en éste.
-Hola señorita.- Dara la recibió con una gran sonrisa y con un aroma delicioso. Asintió con la cabeza en dirección a la señora para luego observar un papel que se encontraba sobre el suelo. Lo tomó y confirmó que se trataba de la partitura de la canción que le había tocado a Jackson. No quería arrepentirse de haberlo elegido a él para ser quien la escuchase, pero de cierta manera le hubiera gustado que las cosas siguieran bien entre ellos, no entendía por qué estaban teniendo todos esos problemas.
-Hola Li Mei.- Mark la miró con una gran sonrisa en el rostro, sonrisa que se borró en el momento en el que fue consciente de la seriedad de la chica. Sabía que no había podido solucionar los problemas con el pelinegro. El joven esperó a que Dara fuera a la cocina para poder aproximarse a ella -¿Todo está bien?- La muchacha lo miró, sabía que él estaba esperando que le contase lo sucedido, pero no podía, ella no entendía por qué razón se sentía un poco molesta, el pelinegro no había hecho nada malo, él había respondido su pregunta de manera sincera.
-Sí.- Mark supo que, detrás de ese monosílabo, había mucho más. Había emociones que se estaba guardando, una historia que debía sacar de su corazón y una sinceridad que estaba siendo oculta por un macizo muro de orgullo.
-No te creo, pero no te obligaré a que me digas.- Le dedicó una última sonrisa antes de girarse. Luego de haber dado unos tres pasos sintió que su mano era tomada por otra. Miró hacia atrás y vio la desesperación en los ojos de Li Mei.
-De verdad lo siento, por favor, no me dejes sola.- Y en ese momento entendió todo. La chica frente a él ya no podía aguantar más. La abrazó con fuerza, quería que supiera que no la dejaría, que estaría con ella cuando lo necesitara. Sabía que no estaba llorando, su cuerpo estaba quieto. Verla llegar a ese límite le dejó en claro que hacía tiempo que venía reteniendo lo que sentía. No había tenido a nadie para poder desahogarse, había guardado todo. Aunque se oyera el ruido de la puerta ninguno de los dos se separó. Mark levantó la cabeza para observar a su amigo. Se encontraba de pie a pocos centímetros de la puerta. Los observaba con cierta confusión en el rostro, no entendía por qué se estaban abrazando de esa forma. El pelinegro dejó de ver a su amigo para pasar a mirar a Li Mei. Algo dentro de él se encogió. Pensar que su estado era producto de sus palabras hacía que la punzada en el pecho aumentara.
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La Corda Perdita [Jackson GOT7] (FanFic)
RomanceLa melodía fluía con suavidad por la habitación, no era necesaria una partitura, todo estaba en su memoria... "Hermosa canción". "Perfecta pieza". "Admirable demostración". Halagos vacíos por parte de los oyentes adinerados, sus ojos se perdían en u...