La Corda Perdita [Jackson GOT7] (FanFic)

Capítulo 58 "Única Cuerda" FINAL

Un año más tarde...

-¡Nos vemos! –exclamó Li Mei mientras agitaba su mano en dirección al grupo de personas que la observaban.

El clima era delicioso, con la llegada de la primavera los árboles comenzaban a reponer sus hojas y llenarse de una capa verde que los hacía ver maravillosos. El canto de los pajarillos provocaba una oleada de tranquilidad en el cuerpo de la muchacha. Respiró profundo y sonrió.

-¡Espera Li Mei!- La susodicha se detuvo cuando oyó su nombre, volteó y esperó a que la persona se aproximara.

-Deberías haberme dicho que esperara a que termines –regañó al ver al agitado chico.

-Lo sé, el profesor no quería dejarnos salir –se excusó el muchacho al mismo tiempo que intentaba recuperar el aire de la corta corrida.

-¿Qué quieres hacer Lay? –preguntó retomando su caminar.

-¿Vamos a comer algo? –sugirió mirándola, luego de recibir un asentimiento comenzaron a dirigirse en dirección a un restaurante, no les apetecía comer comida rápida como solían hacer.

Ambos entraron y se posicionaron en una mesa junto a la ventana, el lugar no era demasiado formal así que no se necesitaba hacer reservación. Miraron el menú que les había dejado un mesero y comenzaron a buscar algo que les apeteciera.

-Quiero comer pasta –dijo Li Mei cuando vio esa categoría en la carta de comidas.

-También yo, desde que me mudé ya no pude disfrutar de una riquísima lasaña.- La muchacha rió por la cara de tristeza que tenía su amigo.

-¿Por qué no buscas la receta y la preparas? –preguntó dejando de lado el menú puesto que ya habían decidido.

-Porque no me saldría igual a la de mi madre –respondió con firmeza. –Es su culpa por hacer la comida tan rica e irrepetible para otra persona.- Ambos rieron y esperaron a que el mesero les tomara sus pedidos.

-¿Cómo te va en las clases? –preguntó la muchacha luego de que el joven mozo se retirara ya con sus pedidos anotados.

-Bien, me encantan, pero de nuevo el profesor Kim se encontraba de mal humor. A veces me dan ganas de golpearlo con una guitarra.- La mueca de enojo en el rostro de Lay sólo le provocó gracia. No era la primera vez que lo oía quejarse de ese hombre, todos los días tenía que oír los reclamos del chico sobre lo injusto, gritón, exigente y gruñón que era ese profesor. No le molestaba, siempre terminaba riendo.

-¿Por qué no le dices que intente ser un poco más amable?- El rostro del chico se desfiguró.

-¿Estás loca? Reprobaré y jamás me darán el título.

-Exagerado –acusó rodando los ojos.

-Muy fácil para ti decirlo, consentida de todos los profesores –rió por la forma en que la había llamado.

-No soy una consentida –se quejó sonriendo.

-¿No? –Lay tenía una sonrisa. –Todos los profesores que tienes te adoran, siempre están felicitándote. Todo es culpa de tu gran talento –lo último lo dijo con cara de niño triste.

-Tú también tienes talento Lay, eres el mejor pianista que he oído, además de que eres joven y sé que lograrás ser muy reconocido.- El muchacho sonrió y le guiñó un ojo.

-¿Quieres enamorarme?

-¿Otra vez con eso? –preguntó Li Mei riendo. –Me dijiste que ya lo habías superado.