Nathalie

10.4K 643 60
                                    

     Christian estaba sentado en la cama de su habitación con los ojos plantados en sus muslos, pensando en lo que acababa de hacer. Había asesinado a la primera chica que le gustó de verdad, ¿por qué? ¿Por venganza? No... Había algo más...

     — ¿Chris? —Thomas tocó la puerta de la habitación, pero como no obtuvo respuesta entró—. ¿Cómo estás? —Se recargó en la pared frente a su hermano cruzando sus brazos sobre el pecho y los pies a la altura de los tobillos. El menor no contestó, ni siquiera había levantado la mirada—. Chris —suspiró acercándose a él—, necesito saber qué sentiste. —Christian salió de sus pensamientos para poder responderle al mayor, quien en seguida se puso en cuclillas frente a él.

     —Se sintió... —Buscaba la palabra correcta para describirlo pero sabía que al matar a alguien no había una que pudiese hacerlo—. Bien...

     — ¿Sólo bien? —Preguntó el de ojos azules, un poco preocupado de que le estuviera mintiendo.

     —Yo... —Pensó unos segundos cómo continuar—. Sí, estuvo bien... Digo... no me fascinó como sé que a ti te sucede... Pero no me siento mal por haberlo hecho. —Thomas sonrió y sujetó las manos de Christian.

     — ¿Sabes lo que significa, hermano? —Preguntó el mayor—. ¡Podemos hacer esto juntos! ¡Elegir a quien queramos! ¡Divertirnos el tiempo que deseemos!

     — ¿Cómo se van a divertir? —Jacob apareció en la puerta sobresaltando a su hijo. Thomas se puso nervioso, ¿y si los había escuchado? No podía ser, ¿cuánto de aquella conversación había alcanzado a escuchar?, por su pregunta y la sonrisa que tenía en el rostro demostraba que apenas había oído lo último dicho.

     —Eh... —Thomas soltó las manos de su hermano—. Es que... —se puso de pie—. Nosotros... —No sabía que decir, algo que nunca le había sucedido.

     —Es sobre un videojuego que descubrimos apenas. —Christian lo ayudó extrañado de que al otro no se le hubiese ocurrido una mentira al instante, ambos eran bastante buenos en eso.

     — ¿En dónde lo jugaron? —Jacob entró a la habitación—. No hay consolas en esta casa.

     —En... —Christian pensó por unos segundos—. Fuimos a casa de un amigo de la escuela y nos dejó jugar.

     — ¿Ambos? —Levantó una ceja. Era extraño que Thomas hubiese ido a la casa de un amigo de su hermano menor pues él ni siquiera iba a la escuela—. ¿Tan unidos son? —Volvió a hablar después de unos segundos de incómodo silencio.

     —Sí. —Respondió Christian poniéndose de pie.

     — ¿Qué tanto? —Jacob entrecerró los ojos.

     —Podríamos asesinar personas juntos... —Tom pasó su brazo sobre los hombros de su hermano. El esposo de Lauren rio creyendo que era broma.

     —Bueno, bueno —levantó las manos mostrándoles las palmas y moviendo la cabeza de arriba a abajo—, entonces sí son bastante unidos. Oigan... —Se le ocurrió una idea—. Cambiando de tema... ¿Les gustaría ir al cine?


     Saliendo de la plaza, después de haber visto la película, una hermosa castaña de unos 16 años, cuyas puntas del cabello acariciaban su trasero cada que movía la cadera al caminar, pasó a lado de Thomas quien la siguió con la mirada.

     —Tom —susurró Christian golpeándolo en el brazo como si pudiese leerle la cabeza—. No.

     — ¿Qué? —Preguntó el alzando los hombros de manera inocente—. Sólo estaba viendo lo brillante que se ve su cabello. —El castaño lo jaló por el cuello de la camisa para acercarlo.

Christian y Thomas #2 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora