Mery

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     Tres años habían pasado desde que se habían vengado de Michael Corbet, su padre había llamado la atención de los noticieros mencionando la repentina desaparición de su hijo, pero al ser considerado un asesino de adolescentes no investigaron más, de hecho muchos creían que era alguna especie de karma y que él se lo merecía. Eso sorprendía mucho a los hermanos, ellos eran unos psicópatas y lo sabían, pero les sorprendía la manera de pensar de las personas "normales" en cuanto al sufrimiento ajeno y si los demás lo merecían o no.

     Christian estaba a punto de cumplir 20 años. Ahora, ambos hermanos eran poseedores de las empresas que Jacob les había heredado al morir. Al principio era mucha presión para ellos, no sabían cómo manejar tantas responsabilidades pero rápidamente se adaptaron a su nuevo nivel de vida, manejando y salvando tales empresas para que no quebraran por su mala administración.

     Un día el hermano menor fue al centro comercial a comprarse algo de ropa interior pues Thomas siempre solía confundirla como suya y se la ponía, algo que molestaba mucho al castaño. Sólo había dos clientes en aquella tienda, él y una atractiva chica rubia, parecía tener su misma edad, poseía unos hermosos ojos verdes; pero se extrañó al darse cuenta de que se encontraba buscando ropa interior para hombre, así que él se acercó a hablarle.

     —Hola. —Le sonrió de manera amistosa.

     —Eh... —La chica miró a su alrededor pensando que le hablaba a alguien más, al ver que estaban solos respondió—. Hola. —Era muy bella. 

     Desde hacía años Christian se había dado cuenta de que tenía una debilidad por las rubias, simplemente le encantaban.

     — ¿Puedo preguntarte algo? —Se mostró tímido para que la chica bajara la guardia.

     —Claro. —Asintió dejando de buscar la ropa y concentrando su atención hacia el extraño.

     — ¿Qué hace una chica buscando ropa interior para hombre? —Quería asegurarse de que no estuviese viviendo con un novio o algo por el estilo. Ella se esforzó por no decir "¿Y a ti qué te importa?" para no sonar grosera, tal vez el sujeto sólo intentaba ser amable.

     —No son para mí —comenzó a explicar—, son para mi hermano, está enfermo y yo vine a comprar por él...

     —Que buena hermana eres —Christian le sonrió—, ni mi hermano siendo hombre haría eso por mí —la chica rio un poco—. ¿Cómo te llamas?

     —Mery. —El castaño creyó que le preguntaría el suyo pero no fue así, de cualquier forma decidió presentarse.

     —Soy Chris... —Se detuvo antes de darle su nombre real, decidió cambiarlo como su hermano le había repetido varias veces que hiciera en caso de que alguien más los estuviese escuchando—. Christopher...

     —Un placer, Chris-Christopher. —Bromeó mientras extendía su mano hacia el joven. Christian la tomó sonriendo.

     —Lo mismo digo, Mery. —La rubia soltó su mano, eligió un par de bóxeres y fue a pagar.



     En cuanto Mery llegó a su casa recibió un mensaje de Carlos.

     ~Hola, hermosa, ¿cómo estás?

     ~Bien y ¿tú?

     ~También, ya quiero verte :(

     ~Tú di cuando ~. Odiaba verse tan "disponible", pero realmente se sentía atraída por él. 

     Carlos la invitó a una fiesta al día siguiente que organizaría uno de sus amigos, le dijo que quería presentarla como su novia. Las mejillas de Mery se pusieron rojas como un tomate. Se habían besado un par de veces pero nunca habían hablado de formalizarse, aquel mensaje le decía que él sí estaba interesado en tener una relación con ella. Dejó el celular en su tocador y le llevó a su hermano las prendas que había elegido aquella tarde.

Christian y Thomas #2 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora